Susannah Thompson no se casó con Charles Spurgeon por su riqueza, clase, ropa o apariencia. De hecho, el "largo y mal recortado cabello" del predicador del país la entretenía.
Tampoco Susannah se casó con Carlos porque tenía modales corteses, poder en el púlpito o elocuencia de algún tipo. En realidad, pensó que "su manera y palabras rusticas excitaban más arrepentimiento que reverencia".
Pero cerca del final de su vida, Susannah miró hacia atrás sobre su matrimonio y concluyó:
“Es una misericordia que nuestras vidas no se nos permite planificarlas, sino que nuestro Padre decide por nosotros; de lo contrario, a veces nos apartaremos de nuestras mejores bendiciones y sacaremos de nosotros los dones más selectos y más hermosos de su providencia.
A los veinte años, Susannah y su esposo llevaban el peso del mundo sobre sus hombros. Charles se había convertido en un nombre familiar en Inglaterra y América. Susannah apoyó sus ministerios, editó sus libros, e incluso lo ayudó a esbozar sus sermones.
Como esposa del pastor de la iglesia protestante más grande del mundo, todos los ojos estaban en Susannah. El Príncipe de los Predicadores no iría muy lejos sin su princesa. Se esperaba que Susannah fuera una supermujer espiritual: una madre y una esposa victorianas puritana y "vespertina".
Charles y Susannah Spurgeon eran una pareja poderosa. Pero su poder vino de Jesucristo, no el uno del otro.
Además de las cargas del ministerio, los Spurgeons también enfrentaron el escrutinio público, la crítica en la prensa, y tremendas enfermedades físicas y mentales, todo mientras criaban hijos gemelos Charles y Thomas.
¿Cómo pudo la pareja hacer frente a la presión de ser padres perfectos?
Aquí hay doce citas de Spurgeon de la pareja más famosa del mundo acerca de la crianza de los hijos, incluso cuando se siente difícil.
“Entrene a su hijo de la manera en que usted sabe que debería haberlo sido con usted mismo.”
“Enseñe a los niños las tres R-Ruina, Redención y Regeneración.”
“Deje que sus primeras pequeñas oraciones sean notadas por usted.”
“Que ningún padre cristiano caiga en la ilusión de que la Escuela Dominical tiene la intención de aliviarlos de sus deberes personales.”
“Empecemos desde el principio a mezclar el nombre de Jesús con su ABC. Que lean sus primeras lecciones de la Biblia".
“¡Qué bendición tener a nuestros hijos alistados en el ejército de Cristo!”
“Diga al niño que está muerto en delitos y pecados, que no haya duda sobre su condición natural."
“Si nunca tenemos dolores de cabeza al reprender a nuestros hijos, tendremos muchas angustias cuando crezcan.”
“Enséñeles a los pequeños toda la verdad y nada más que la verdad.”
“Dígale que él debe nacer de nuevo. . . . . . . Sea tierno, pero sea verdadero.”
“Reúna a los pequeños alrededor de su rodilla y escuche sus palabras, sugiriéndoles sus necesidades, y recordándoles la promesa de gracia de Dios".
“Ponga ante su hijo la vida y la muerte, el infierno y el cielo, el juicio y la misericordia, su propio pecado y la sangre más preciosa de Cristo.”
Una Palabra Final
Para las épocas en que la crianza se sienta difícil, sepa esto: Usted no anda en el camino solo. Dios va detrás de usted, delante de usted, y a su lado.
Si usted siente que ha fracasado en la crianza por completo, Spurgeon tiene una palabra para usted también:
“Algunos de los peores de los hombres han sido hijos de padres piadosos.”
En última instancia, todos los niños pertenecen a Dios-especialmente aquellos que han perdido su camino. Dios no renuncia a sus hijos e hijas pródigos. Tampoco nosotros deberíamos.
La imagen puede contener: texto