En el último número de la revista Nature, se reseña un trabajo realizado por un grupo de ingenieros de las universidades de Cornell y Pensilvania, en Estados Unidos, quienes han creado un robot con un sistema circulatorio para obtener energía, emulando el de los sistemas biológicos.
Los ingenieros se inspiraron en los peces ya que su corazón es uno de los que tiene menos latidos por minuto.
Tomando como modelo al pez león, crearon una red vascular para que la energía almacenada se mueva por el sistema circulatorio del robot, tal como ocurre en los animales, lo que marca una notable diferencia con los sistemas de almacenamiento de energía utilizados hasta ahora, basados en el concepto de la batería.
La llamada “sangre de robot” es un compuesto de yodo y zinc, dos sustancias que combinadas en la proporción adecuada son bombeadas por todo el cuerpo cibernético, transmitiendo una corriente eléctrica que hace que el pez robot adquiera movimiento.
La propuesta constituye un viraje significativo en lo relacionado con el uso de fluidos para las máquinas. En los sistemas hidráulicos convencionales los fluidos cumplen básicamente la función de movilizar los mecanismos, sólo se transmite fuerza. Pero la “sangre falsa” añade una nueva funcionalidad. A la vez que transmite fuerza también sirve para almacenar energía.
Con esta nueva funcionalidad se logra avanzar sobre uno de los problemas fuertes de la robótica, como es el de la autonomía y el almacenamiento de la energía. Aumentar el tamaño o el número de las baterías no ha sido una solución viable, puesto que aumentaba el peso de los cuerpos. Por lo que este experimento, donde se combina la multifuncionalidad del fluido, abre grandes perspectivas; se consigue aumentar el almacenaje de energía sin añadir peso adicional.
Como aspectos positivos de la experiencia se destaca un aumento significativo en la cantidad de la energía almacenada y en la autonomía, muy superior a la de robots similares donde el sistema de almacenamiento y el sistema hidráulico del movimiento se encuentran separados.
Como puntos por resolver está el de la lentitud, los robots operados por baterías independientes tienen una movilidad más rápida.
Aunque esta nueva tecnología apenas está dando sus primeros pasos y tiene varios retos por superar, es un cambio de paradigma en los sistemas de transmisión de energía para los robots. Con este diseño lo que hemos visto muchas veces en la ciencia ficción, de robots con apariencia más humana, podría ser una realidad.
Fuente de imagen. I
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