Para los que se preguntan qué tan fácil o difícil es salir del país, Venezuela como es sabido está en una situación de estallido social, no hay comida o si la consigues es a precios bastantes altos en relación a tu salario, contarlo no es lo mismo que vivirlo. Le podríamos adicionar más factores a los de las comidas, el transporte, el dinero en efectivo, la inseguridad; no vivimos en Venezuela, solo sobrevivimos quienes estamos aquí.
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Pero que sucede con los que ni estamos allá ni estamos acá, quienes vivimos en un limbo, tal como describen a esas almas que aún no consiguen la luz; si, es realmente caótico no ser de aquí ni de allá, cosa que me mantiene con dos números telefónicos que se activan dependiendo del país, un WhatsApp y dos direcciones físicas simultaneas, que me permiten integrarlas a mi hoja de vida.
Hace casi 4 años por cosas de la vida cuasi me fui, no porque lo deseaba, la situación en Venezuela aún no estaba tan ruda como hoy día, era el año 2014 y yo estaba en pleno apogeo profesional, tome la decisión de presentarme a un concurso viciado que me llevo como consecuencia a una especie de penalización por dos años en dicho sitio, triste por aquellos que no pudimos ingresar en este momento a la plantilla oficial de dicha organización (en la actualidad los que ingresaron ya renunciaron). Lo único cierto es que una semana después ya estaba en una entrevista de trabajo en un país vecino llamado Colombia, era mi primera vez sola en esa zona a pesar que vivo en un estado fronterizo.
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Es allí donde inicia la travesía del primer año, donde inicie mis laborales de forma ilegal porque no contaba con un documento de identidad que me permitiera trabajar; es así como conozco el padecimiento de mis paisanos en este país neogranadino en la actualidad, tuve la suerte que no me pagaran completo y que si lo hacían era por el mínimo, cual repartidor de pizza sin propinas pero también fue una fortuna que llegue a un puesto relacionado con mi profesión, por lo menos el trauma de ser médico y que te toque repartir pizza no fue mi caso.
Fue allí en esa época, que empecé a ser más sociable con gente que desconocía y que sabía que probablemente no volvería a ver jamás, me sentía como Forrest Gump relatando historias pero también a diferencia de él, nutriéndome de otros Gump ; por una extraña razón la mayoría de personas quieren escuchar o quieren ser escuchados. En esos días, le encontré la utilidad del google maps, para saber exactamente donde quedaba mi trabajo, que bus debía tomar y desde donde debía caminar, en esa época también supe quiénes eran mis amigos y quienes solo fueron arlequines del momento
Aunque mi trabajo , me permitía trabajar digamos más de medio turno, no vivía allá y todos los días cruzaba la línea fronteriza hacia mi casa , duraba aproximadamente dos a tres horas en los recorridos, más lo que caminaba pero siempre con la firme idea que volvería al final del día y podría entonces tomarme un jugo o comer algo; los primeros 3 meses solo gastaba pasajes y no consumía ningún tipo de alimentos debido a los precios , el cambio de la divisa me consumía y para irme el primer mes fue un prestamos que me hicieron , recuerdo mi primer sueldo en Colombia, yo creí que era rica; lo importante es que fui pagando mis deudas , a pesar que solo ganaba el mínimo.
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Mis conversaciones se volvieron más amplias que solo decir buenos días, preguntaba en el bus que zona era, o entablaba comunicación acerca del clima, clima que por cierto me hizo adaptarme a un dolor de cabeza constante.
Ese año fue el cierre fronterizo, me halle en plena historia, la viví, la padecí incluso fui señalada de conspiradora del gobierno venezolano, en plena línea fronteriza fui acusada de grabar un vídeo de un militar que hacia argumentos no diplomáticos de odio contra estudiantes y el gobierno colombiano; desde ese momento fui privada de libertad por unas horas luego de un interrogatorio de parte de inteligencia militar, fui reseñada con mi pasaporte con un teléfono BlackBerry e insultada porque no quise café, el café que amablemente me dio el señor de inteligencia y que asumía que yo debía tomarme por ser gocha. Jamás pensé en un plan de que tenía suero de la verdad, lo cierto es que el café negro no es mi delirio y menos en esa situación; allí no te provoca ni agua y menos un cafecito entre amigos.
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Si les amplio ese episodio, puedo decirles que una aplicación que en ese entonces tenía mi teléfono Samsung S3 donde salía un cohete que hace que tu procesador sea supuestamente más rápido y borra archivos de la cache; según ese cohete yo lo presione para enviar mi archivo de video a la nube!!!! Pero veamos la causales de dicha detención fue basada en la acusación porque según su apreciación, digo de un comandante que yo estaba tomando un vídeo, un vídeo con mi teléfono de forma incógnita y con el flash encendido!!!
El teléfono fue revisado por unos cuantos efectivos militares, siempre lo hicieron delante mío creo, el caso es que analizándolo bien un militar me borro mis fotos, fotos de esa época de flores, de mi familia, de la sesión privada y personalizada de mi gata Mini con sus poses, realmente no había nada. Lo que siempre me quedo la duda es que si era inteligencia militar porque jamás le hicieron una autopsia informática a mi equipo, analizaron mi tarjeta y buscaron en los archivos borrados, a ellos les gano el éxtasis del momento y a mí el pánico no me permitió abrir la boca para decirles que lo hicieran.
**Siempre les quedo la duda a los de inteligencia militar, y a mí una sonrisa nerviosa cuando me preguntan los amigos: ¿el video existió? , Cuéntanos que hiciste!!! y les contesto :¿Tu qué crees? Siempre queda la duda como lo dijo PI en la película "Una historia maravillosa **
Tú decidirás por ti mismo en qué creer.
Esta historia continuara…..
Tips de nómada fronterizo
- Siempre lleve consigo los objetos personales y no los pierda de vista, nunca se sabe que puedan hacer con ellos.
- Trate de no sacar su teléfono para evitar sea acusado de conspiración del lado venezolano, recuerde que todos están en una tensa calma y cualquier movimiento causa nerviosismo.
- Si llega a tener un episodio de este tipo trate de pedir una llamada o comuníquele a alguien rápidamente que se comunique con un familiar, que se evidencia a donde lo llevan.
- La gente en Colombia es muy atenta, sobre todo en los buses o el chofer del mismo, pregúnteles sin vergüenza la dirección.
- Trate de no acercase a la gente en Colombia con su gorrita Venezolana de manera apresurada, asumirán que usted lo robara. La xenofobia está creciendo.
- Sea humilde, y recuerde que debe respetar al país que visita pero preste atención no se deje abusar de patronos o personas por el hecho de que usted es extranjero, pero tampoco abuse usted de la hospitalidad y buena fe de los colombianos, ellos no son bobos, el bobo es usted si cree que los timara.