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Venezuela, lacera el alma decirlo, país hoy del mal vivir; territorio de enconos, divisiones, polarización, exclusiones, miserias, ruinas, prisiones...
Si estos "minotauros" llegaran a perpetuarse, a lo que aun me sigo negando - porque siempre una Arianna, con su madeja - quedaría todo este territorio empozado en un tiempo; como pasa en esos países comunistas, donde no hay prisa para nada; para sus habitantes discurre la vida como alguien que a horcajadas sobre una bestia, se deja llevar, pues perdieron todo horizonte, toda vida, el Estado se la robo.
Ahora bien, echadas las bestias, caben algunas preguntas ¿Después de esto, qué venezolano seremos? ¿Cómo será nuestro estar en el mundo? ¿Se cumplirá aquello que señalara Janina, citada por Bauman en sus conversaciones sobre "La Educación en un mundo líquido", que lo mas difícil es seguir siendo humano cuando se ha estado en condiciones inhumanas? Yo apuesto a que prevalecerá esa venezolanidad que otrora nos caracterizó; se podrá.
A punta de educación, claro que se podrá.
Familia, escuela, Estado y sociedad lo harán posible, por supuesto en un estado de libertades.
Ahora bien, no pretendo que volvamos al punto donde, hace una veintena de años, nos encontraron estos malhadados seres, que luego de sus felonías golpistas, escogieron la ruta que la democracia les brindó y por las vías democráticas llegaron al poder. Pretendo, en estas líneas, trazar algunas coordenadas que nos lleven a otros horizontes. "El horizonte no existe para llevarnos de vuelta a nuestro origen, sino para que podamos medir toda la distancia que nos queda por recorrer." Pierre Furter, citado por Antonio Novoa en su ensayo Educación del 2021: para una historia del futuro.
En ese otear teleológico, me planteo algunos desafíos, a saber:
Una educación del sujeto y para el sujeto, donde este pueda desbaratar todo marco cognitivo que intente mantenerlo en condiciones de ancilaridad voluntaria. Ese será el gran desafío de la educación postdictadura.
El otro reto está en la construcción de ciudadanía. Evidentemente, para esto se requerirá de la colaboración de la familia, como génesis de una formación ciudadana. Se haría mas fácil si desde las más altas esferas del poder político bajaran comportamientos, conductas y formas de relacionamiento social coherentes con lo que la escuela y la familia enseñen, y que los políticos asuman lo que Max Weber denominaba una "ética de la responsabilidad" y una "ética de las convicciones". No se trata de estar inventando nuevos roles, resignificarlos, sí; ni tampoco ir a construir ese ser nuevo al que tanto apela toda tiranía, no. De lo que se trata, entonces, es de construir ciudadanía, desde los nuevos marcos cognitivos que se reconstruyan en la escuela. Hacer ciudadanos, para su entorno y para el mundo, con identidad propia de lo que somos hoy; que sustancie y concilie ética, estética, usos y costumbres de nuestros originarios seres con la escala de valores universales que son referentes desde los tiempos de la Grecia antigua.
Como último desafío, que no por ello menos importante: enseñar para producir, para emprender, para generar riquezas, para ser autónomos y no empleados estipendiarios. Sanarnos de ese prurito comunista que nos ha enronchado y encostrado todo el cuerpo social con esa monserga según la cual todo rico es un taimado, ruin, hombre o mujer de mala ralea; así como el estar bajo un protectorado o burócrata que te indique qué aprender, cuándo y cómo debo hacer lo que tengo que hacer; la muy comunista idea de que soy débil, frágil, estoy a merced de alguien que me quiere explotar, ergo, el Estado es tu protector, tiene que darte, lo que el rico te quitó. Ese es parte de los viejos marcos cognitivos que hay que deshacer.
A vuelo de Ícaro o con el ovillo de Arianna,
saldremos de esto; y con educación, Venezuela, entre minotauros mas no te verán
fuente(https://www.facebook.com/photo.php?fbid)
Una educación para la autonomía, la productividad, humanizada, claro, con sentido ético, es la forma de avanzar hacia estadios de desarrollo individual y colectivo que nos genere prosperidad y altos niveles de desarrollo humano.
saldremos de esto; y con educación, Venezuela, entre minotauros mas no te verán
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