Hola soy, José Acosta, tengo 46 años y soy padre de tres maravillosos hijos, la hembra mayor tiene 21 años, el varón tiene 20 años y otra hembra de 5 meses de edad, Toda mi vida la he vivido en Venezuela, en la ciudad que todos conocen como la ciudad del sol amada MARACAIBO, deseo compartirles algo, en la vida uno pasa por muchas cosas que se van guardando en el cpu del ser humano, ósea en el cerebro y otras también muy importantes se guardan en el corazón, uno como padre desea que los hijos sean felices, que tengan tanto o más de lo que tuvimos nosotros cuando niños y cuando jóvenes, pero el País que yo conocí, el país donde yo viví y crecí, me lo arrebataron en muy poco tiempo, unos gobernantes inescrupulosos, que solo piensan en su beneficio propio y que no pienso tocar en esta publicación (en otra si lo hare). Me da mucho sentimiento que mis hijos adolescentes no puedan ir tranquilamente a una fiesta en la noche porque eso se ha convertido en un acto de sobrevivencia, es un reto salir vivo y llegar vivo a casa, me da dolor que no puedan caminar tranquilos por la calle porque cada vez que alguien se acerca, lo más seguro es que te quiera robar, en que tienen que esconder su teléfono en sus genitales porque si te lo ven, pues te lo arrebataran, han pasado toda su adolescencia encerrados en la casa, haciendo sus reuniones en la casa por temor a que algo suceda afuera, recuerdo cuando yo era adolescente, en toda la cuadra había personas, vecinos, amigos, nos poníamos de acuerdo e íbamos al cine o a cualquier parte caminando sin ningún tipo de problema, pasaba una moto y nos dábamos cuenta por si alguien comentaba, ahora estar en la calle y escuchar una moto es sinónimo de atraco, siento que tengo una deuda muy grande con mis hijos por no haber actuado y haberlos sacado de este país tan bello, pero secuestrado por un régimen narcotraficante, genocida , corrupto y pare usted de contar, mis hijos mayores están cerca de graduarse y da lástima escuchar, “me graduó y me voy”, porque no hay sueños en este País, no hay metas que se puedan lograr, para comprar un departamento aquí se necesitan ahorrar unos 320 años, para comprar un carro de segunda mano en regular estado se deben ahorra unos 105 años, y cuando digo ahorrar me refiero al salario completo, sin dejar nada ni para comer, porque la hiperinflación de este país, hace que un salario mínimo sumando los ticket de alimentación, te alcance para un cartón de huevos y un kilo de harina solamente, entonces me pregunto yo, con que animo ellos van salir de la universidad a devorarse el mundo aquí en Venezuela? Por eso desde hace tiempo me estoy esperando para su partida, hare lo imposible para que mi tercera hija de 5 meses de edad, no pase por esto, quiero brindarle sencillamente, una niñez, una adolescencia, una juventud y una vida, donde se pueda vivir y no sobrevivir, estén pendientes, luego les escribiré la segunda parte, que Dios los Bendiga.