¡Sabía usted! que después de toda plegaria sincera de corazón que elevamos a Dios en nuestros momento difíciles siempre recibimos fortaleza, animo y una repuesta.
Si le pusiéramos más cuidado a esto nos daríamos cuenta que Dios siempre nos responde, que no es la repuesta que esperamos muchas veces, pero es la mejor. Muchas veces nos encontráramos tristes, sin fuerza, abatidos, deprimidos y sin rumbo, sin saber qué hacer, qué decisión tomar.
En vez de seguir luchando con esa condición que no nos dejan avanzar, porque no mejor no dependemos de Dios y colocamos nuestras debilidades en sus manos y elevamos nuestra oración sincera pidiendo aliento y sabiduría
Fuente
En la Sagrada Escritura encontramos textos que nos hablan de lo importante de “orar en todo tiempo”, Dios no nos pone límites, horarios o condiciones para acercarnos a Él. Y es porque sabe que nosotros por nuestras propias fuerzas no podemos vencer todos los obstáculos, superar los problemas o triunfar sobre nuestras propias debilidades. Necesitamos una fuerza sobrenatural y esta no proviene de nosotros, sino de Nuestro Padre que nos conoce mejor que nadie porque nos formo a su imagen y semejanza.
Él nos dejo un medio para obtener la fuerza y recargar nuestras baterías para seguir adelante, esa es la ORACIÓN. Él se contenta y se goza cuando llegamos a su regazo a colocar nuestras peticiones y se complace en respondernos y suplir cada una de ellas.
Hoy es el día; si usted tiene alguna necesidad, un problema, alguna enfermedad, no pierdas más tiempo, eleva una ORACIÓN y habla con tu Padre, tiene sus oídos atentos para escuchar al que se acerca a Él confiado.

Fuente
Todos los días debemos acercarnos a Él, no importa la hora o condición en que estemos, un padre siempre se complace en cuidar, ayudar y proteger a sus hijos.