El Síndrome del Lucio

El condicionamiento es un proceso mediante el que prácticamente todas las especies animales, incluido el ser humano, aprenden a dar respuestas ante la presencia de determinados estímulos, de tal forma que este aprendizaje adquirido modela la forma de pensar, las creencias y la conducta en la vida diaria, permitiendo una adaptación óptima y eficaz al medio ambiente, esencial para la supervivencia.

Existe un experimento muy curioso mediante el que un grupo de investigadores pretendían demostrar cómo se adquiere este aprendizaje y cómo el mismo condiciona la posterior conducta de un animal. Para ello utilizaron un pez lucio, una especie de pez de agua dulce muy voraz y agresivo, que se alimenta de gran variedad de especies animales.

Usaron una pecera muy grande que dividieron por la mitad mediante un cristal transparente; en un lado de la pecera metieron a un lucio, y en el otro lado metieron varios peces pequeños que servían de alimento.

El lucio intentaba una y otra vez acercarse a los peces para devorarlos, pero continuamente topaba contra el cristal que le impedía el paso. Tras muchos intentos, y mediante un proceso de condicionamiento, aprendió que era imposible llegar a ellos y desistió en el intento. En ese momento los investigadores decidieron retirar el cristal separador, con lo que el lucio tenía vía libre para acercarse a los peces; sin embargo e inesperadamente no lo hizo. El condicionamiento le había hecho aprender que era imposible acercarse, y la nueva situación no le hizo modificar la conducta adquirida.

Este experimento dio lugar a que los psicólogos definan el síndrome del lucio como una incapacidad que las personas adquieren mediante un proceso de condicionamiento, y que les lleva a aceptar de forma taxativa e inamovible algo ocurrido en el pasado, sin posibilidad alguna de valorar posibles alternativas o puntos de vista diferentes.

Las experiencias pasadas son siempre personales, pero pueden haberse vivido en primera persona o bien pueden haber sido aprendidas a través de la observación de familiares, amigos o terceras personas.

Si una persona piensa que posee toda la información de un asunto basado en esas experiencias personales del pasado, manifestará muchas veces el síndrome del lucio, manteniendo una rigidez mental en su sistema de creencias, negando una apertura ante otras alternativas. Al igual que le ocurría al lucio en la pecera, al pensar que no puede hacer o conseguir algo, lo considerará como imposible y no hará ningún esfuerzo por intentarlo.

Dará igual que la situación externa cambie, o que exista la posibilidad de aprender y adquirir nuevas aptitudes y habilidades; la persona se resistirá a intentarlo debido a que su experiencia pasada le dice que si lo hace, solo conseguirá fracasar. Impera la máxima de que si algo no ha funcionado en el pasado, tampoco lo hará en el futuro.

El experimento del lucio debe servirnos para aprender que las situaciones en la vida cambian y que la adaptación es posible. La constancia, la perseverancia, la capacitación y el estudio nos pueden ayudar a revertir y transformar situaciones imposibles e inalcanzables en viables y realizables. Debemos aprender del pasado, abrirnos mentalmente para buscar soluciones, adaptarnos a nuevas perspectivas, en lugar de cerrarnos y rendirnos.

Cuando te encuentres con una situación difícil en tu vida, acuérdate del pez lucio, y actúa de forma diferente a como él lo hizo.

Todas las imágenes de este artículo están bajo licencia CC0 Creative Commons y han sido obtenidas de Pixabay