El concepto de food-porn se podría definir como un nuevo “movimiento artístico” basado en la potencia sexual de frutas, verduras o cualquier otro tipo de alimento que simule contenido sexual.
Una nueva forma de experimentar la libertad sexual a través de la comida, con un claro mensaje político-libertario a la par que un intento de abrir la mente del público, algo muy en consonancia con los tiempos que corren.
La lujuria y la gula van de la mano de una forma irresistible, algo que también se utiliza en la fotografía publicitaria de restaurantes, aludiendo al plano metafórico de la sensualidad.
Esto es una evolución en la búsqueda de nuevas tendencias artísticas, experimentando con la expresividad, la abstracción e incluso, estéticas inquietantes y surrealistas.
La fotografía food-porn tiene su origen en una exposición del año 2011, la primera exposición en España relacionada con la comida pornográfica en La Laguna (Tenerife), dentro del festival de cine gastronómico CineEsCena. “Del bodegón al porn food”, donde se recogían más de 50 imágenes de 14 fotógrafos españoles, entre los que se encontraban Francesc Guillament (habitual de El Bulli), Mikel Alonso (Arzak) o los cocineros Sacha Hormaechea y Paco Roncero.
Diferentes artistas se están haciendo un hueco en esta nueva modalidad de arte, como Lucia Litman, quién se ha hecho famosa en su cuenta de Instagram por llevar el food-porn a otro nivel encontrando el equivalente en la gama pantone a diferentes productos comestibles. Aquí una pequeña muestra de su obra:
Otra artista destacada en este ámbito es Stephanie Sarley, cuyos vídeos han sido borrados varias veces de su cuenta en Instagram por su alto contenido “sexual.
Os invito a buscar su cuenta y echar un vistazo a los vídeos que aún no le han borrado.