si tuviera una ultima oportunidad, tan solo una oportunidad, para poder disculparme, pero como se dio el hecho no fue así, se marcho un viernes por la madrugada, mas o menos como a las 3 de la mañana, esta oscuro, y en la ciudad de Seúl a esta hora se escuchan las bocinas de los autos, esos molestos ruidos que te levantan por la mañana, rompiendo incontables buenos o malos tienda del señor Hitman, era una cafetería, un poco simple pero un lugar donde se podía descansar, con una taza de café o chocolate bien caliente, y unos sencillos caseros y apetitosos postres, el Señor Hitman era un señor, de contextura obesa, con un bigote que en forma triangular, siempre olía a cigarro, no era muy alto, era un poco serio, y siempre que estaba dentro se ponía un mandil café de su difunta esposa, yo siempre iba ahí después del cole, me gustaba el silencio, todo iba tranquilo, y nadie, de mi edad venia, así que me sentía seguro, alejado de esos mocosos, niños y niñas de mi edad, detestaba sus ruidos molestos que salían de sus bocas, en la escuela era popular, no lo sabia y hasta ahora no lo se, no se que me ven, yo en realidad no me encuentro tan guapo, pero aun así, repetía en mi mente, "odio a esas niñas, odio a esos niños" mi tranquilidad en ella era única, hasta que algún día que no recuerdo que día se, pero solo recuerdo que hacia viento, y que entro con un vestido de lunares, de color azul, unas botas rojas, un poco gastadas, con unos ojos azules, como el mar, pero desde que que se abrió aquella puerta haciendo entrar un viento fuerte, que mesia su melena rubia, en realidad no se que paso, pero, fue como una imagen en cámara lenta, como los viejos vídeos de la tía Susan, vi lentamente como su bota toco la alfombre, y sus cabellos meniandose lentamente dejando ver su cuidado cabellos, y su tropiezo absurdo en la puerta, haciendo un ruido molesto, "como siempre las niñas son tontas" esa fue la frase que dije sin querer, aquella que nunca olvidare igual que ella, vi como se levantaba lentamente del suelo, aun con todas las miradas sobre ella, y el señor Hitman preocupado, corriendo para socorrerla, la mocosa se levanto y vino hacia mi como un rottweler, golpeo mi mesa e izo caer mi chocolate con leche en mi camisa, nueva
-¡¿que te pasa, acaso estas loca?!
ella me miro firmemente mostrándome su ojos azules,
-¿quien te crees que eres?
-¿que, yo que?
-¿siempre eres así de patán?
-¿que?
-¿crees que no e oído lo que mencionaste entre dientes? a ver si te crees tan hombre para decirlo en voz alta
Para no quedarme a tras le conteste, tenia la intención de intimidarla
-Pu.pu, ¡pues que bueno que la hallas escuchado porque eres una niña tonta!
-Pues tu eres un tarado
-Y tu una idiota
-grrrr ....
-grrrr ...
-niños, niños, dejen de pelear, que se enfriaran las tazas de chocolate que les traje- dijo el señor Hitman
los dos nos sentamos en la mesa , mirándonos fijamente y tomando el chocolate que el señor Hitman nos ofreció siempre pensé que era tonta, pero nunca pensé QUE TODO EMPEZO CON UNA..... TAZA DE CHOCOLATE CALIENTE...
CONTINURA:..................................................