Cada foto representa un momento único de mi transformación, donde el maquillaje, el vestuario y la actitud se unen para crear arte. Ser drag queen es mucho más que un look: es una forma de expresión, una explosión de creatividad y una celebración de la diversidad. Cada detalle, desde las pestañas hasta los tacones, me recuerda que puedo ser quien quiera ser.
Vivir la experiencia transformista me ha enseñado a amarme y a valorar mi autenticidad. En el escenario o frente a la cámara, siento una libertad increíble y una energía que solo se entiende cuando te permites brillar sin miedo. Ser una diva no es solo un título, ¡es una actitud ante la vida!
Agradezco a la comunidad de Hive Cuba por el apoyo y el cariño. Aquí comparto mi arte para inspirar a quienes sueñan con expresarse sin límites. Si alguna vez dudaste de mostrar tu verdadero yo, ¡anímate! El mundo necesita más brillo, color y autenticidad.