ENGLISH
The university is the modern temple of wisdom, a place where, in theory, the necessary resources are learned so that a professional can contribute his or her value to society.
And I say, in theory, because to achieve this, an adequate physical space is needed.
Most public universities in Venezuela do not have a structure or modern equipment.
I was at the University of the Andes (ULA), in the city of Merida, to visit the old headquarters of the Faculty of Engineering, which is in complete abandonment.
In 2005, it ceased to function, and soon after future engineers began to study in another part of the city.
However, this faculty, which is very close to the one of Medicine, which is (halfway) functioning, lends itself to robberies and even rapes as a possibility.
While I was taking the photos, I was with a medical student, who accompanied me on the tour, and was telling me what the students usually say.
Numerous have been the cases, and although this publication does not pretend to count them reliably, it does not mean that a university space is wasted, much less that it is a den of criminals.
During my short stay I did not see anything unusual, other than a group of people cooking, I do not know if they were homeless or professors, but it caught my attention.
ESPAÑOL
La universidad es el templo moderno de la sabiduría, un lugar donde en teoría se aprenden los recursos necesarios para que un profesional aporte su valor a la sociedad.
Y digo, en teoría, porque para lograr esto, se necesita de un espacio físico adecuado.
La mayoría de las universidades públicas de Venezuela no cuentan con una estructura ni equipos modernos.
Estuve en la Universidad de los Andes (ULA), en la ciudad de Mérida, para acercarme a la antigua sede de la facultad de Ingeniería, que está en completo abandono.
En 2005 dejó de funcionar, y poco tiempo después los futuros ingenieros comenzaron a estudiar en otra parte de la ciudad.
Sin embargo, esta facultad, que está muy cerca de la de Medicina, que si está funcionando (a medias), se presta para que los robos e incluso violaciones sean una posibilidad.
Mientras hacía las fotos, estaba con una estudiante de medicina, quien me acompañó en el recorrido, e iba contándome lo que los estudiantes suelen decir.
Numerosos han sido los casos, y aunque esta publicación no pretende contabilizarlos de manera fidedigna, no significa que un espacio universitario sea desaprovechado, y mucho menos que sea una guarida de delincuentes.
Durante mi corta estancia no vi algo fuera de lugar, más que a un grupo de personas cocinando, no sé si eran indigentes o profesores, pero me llamó la atención.