I think the first Beatles song I ever heard was Yesterday, probably on one of the few radio stations in Caracas that broadcast music in English.
I remember well that at that time, in the mid-1960s, I was still in elementary school, and the vast majority of the radio stations I listened to at home only played Venezuelan and Caribbean tropical music.
It must have been some coincidence that, while I was changing the radio dial, that song came on and immediately caught my attention.
Over time, I've thought a lot about the reasons why I was so drawn to that song, whose lyrics meant nothing to me at the time because they were written in an unknown language.
Undoubtedly, the melancholic tone was enough to resonate with a spirit like mine, but there must have been something more…

I realized that something more much later, and I confirmed it when I watched a live Beatles performance on YouTube. I listened to that live version of the song several times and noticed something was missing; it wasn't complete. I looked for another video of the studio version and finally realized what had captivated me since my teenage years: the cello in the background that accompanies a good portion of the song.
The curious thing about this is that when I was listening to the song in my bedroom, probably in the afternoon after coming home from school, I had no idea that the instrument I was playing, the one that connected so much with my emotions, was a cello. I'm sure that until that moment I hadn't heard of that instrument; I'd never seen one before, and it's not one of the instruments used in either traditional or tropical Venezuelan music.
I invite you to repeat the experiment I did and listen to a live version of the song and then the studio version. I'm sure you'll notice the huge difference in the feeling the song conveys.
But don't think I identify more with the Beatles. It's true that the Beatles reached my ears long before the Stones, but I love the Stones sound much more.

My first contact with the Stones' music was in my mid-teens. A friend invited me to a live concert at El Nuevo Circo in Caracas. It was a bullring that was also used for various events. What they did most were boxing matches, but occasionally they also gave up the space for musical concerts.
It was my first time attending a live concert. For me, everything about it was wonderful. I had never heard any of the bands playing, all small rock bands from Caracas, most of them trios just starting out, but that wasn't the point; the great thing was being at an event like this.
Of everything I heard that day, the one that stuck with me the most was a performance by a band called Montaña, the same name as a famous American band.
When the guys from Montaña started playing, it was as if a switch had been flipped. The crowd immediately stood up, started moving, and clapping, and they didn't stop until the excellent performance was over.
Before leaving, I was able to find out that it was a cover of the Rolling Stones' song Satisfaction.

That Stones energy stayed with me forever, and although the lyrics of "Satisfaction" are relatively simple, its fast-paced rhythm and Mick Jagger's powerful voice were enough to make it one of those immortal classics in rock history.
I'm writing this post motivated by an initiative proposed by my friends in the @silverbloggers community. To join the initiative, click on this link.
Thank you for your time.
Translated with Google Translate.
Español.
Creo que la primera canción que escuche de los Beatles fue Yesterday, probablemente en alguna de las pocas emisoras de radio de Caracas que transmitían música en inglés.
Recuerdo bien que por aquel tiempo, mediado de los sesenta, todavía estaba en la escuela primaria y en la gran mayoría de las emisoras de radio que escuchaban en mi casa solo transmitían música venezolana y tropical caribeña.
Ha debido ser alguna casualidad la que hizo que en algún momento mientras hacía cambios en el dial de la radio cayera aquella canción que inmediatamente captó mi atención.
Con el paso del tiempo he meditado mucho sobre los motivos por los que me atrajo tanto esa canción, cuya letra no me decía nada para entonces porque estaba escrita en un idioma desconocido.

Indudablemente que el tono melancólico era suficiente para sintonizar con un espíritu como el mío, pero debía haber algo más…
De ese algo más caí en cuenta mucho tiempo después y lo confirmé al ver en Youtube una presentación en vivo de los Beatles.
Escuché esa versión en vivo de la canción varias veces y notaba que algo faltaba, no estaba completa. Busqué otro video de la versión de estudio y al fin me di cuenta de lo que me había atrapado desde los años de mi adolescencia, era el chelo de fondo que acompaña una buena parte de la canción.
Lo curioso de esto es que cuando yo escuchaba la canción en la habitación de mi casa, probablemente en la tarde luego de llegar de la escuela, no tenía la menor idea de que ese instrumento que sonaba y que conectaba tanto con mi sentimiento era un chelo. Estoy seguro que hasta ese momento no conocía ese instrumento, nunca había visto uno, no forma parte de los que se usan ni en la música venezolana tradicional ni en la tropical.

Los invito a que repitan el experimento que hice y escuchen una versión en vivo de la canción y luego la de estudio, seguro que notan la gran diferencia en el sentimiento que transmite la canción.
Pero no crean que me identifico más con los Beatles. Es verdad que los Beatles llegaron a mis oídos mucho antes que los Stones, sin embargo el sonido Stones me encanta mucho más.
Mi primer contacto con la música de los Stones lo tuve a mediados de mi adolescencia. Un amigo me invitó a un concierto en vivo que había en El Nuevo Circo de Caracas, era una plaza de toros que también se utilizaba para diferentes eventos. Lo que más hacían eran encuentros de boxeo pero ocasionalmente también cedían el espacio para conciertos musicales.

Era la primera vez que asistía a un concierto en vivo. Para mí todo aquello era maravilloso. Nunca había oído tocar a ninguno de los grupos que se presentarían, todas pequeñas bandas de Rock de Caracas, la mayoría tríos que hacían sus primeras andanzas, pero eso era lo de menos, lo grandioso era estar en un evento como ese.
De todo lo que escuché ese día lo que más se quedó en mi oído fue una interpretación de una banda llamada Montaña, el mismo nombre de una célebre banda norteamericana.
Cuando los muchachos de Montaña comenzaron a tocar fue como si hubiesen pasado un interruptor, la gente inmediatamente se levantó y comenzó a moverse y batir palmas y no pararon de hacerlo hasta que terminó aquella excelente interpretación.
Antes de salir pude averiguar que se trataba de una versión de la canción Satisfactión de los Rolling Stones.
Aquella energía de los Stones se quedó para siempre dentro de mí y aunque la letra de Satisfaction es relativamente sencilla, su trepidante ritmo y la potente voz de Mick Jagger fueron suficientes para que se convirtiera en uno de esos clásicos inmortales en la historia del Rock.
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