Hola amigos de Hive!!
¿Hay algo mejor que una tarde de gaming con los amigos? La respuesta es no, y si además le sumas unos buenos panes y refresco, la cosa se vuelve legendaria. Les quiero contar sobre un día de esos que se quedan grabados en la memoria, un día de camaradería, risas y, por supuesto, mucho fútbol virtual.
Todo empezó con un plan simple: "vamos a casa de fulano a jugar un rato". Pero como siempre, un plan simple se convierte en una aventura. Antes de llegar, hicimos la parada obligatoria en la panadería. Imaginen la escena: un grupo de panas decidiendo qué panes llevar. No podíamos faltar a la tradición, así que nos hicimos con una buena bolsa llena de pan. El olor a pan recién horneado es un tesoro, y anticipa una tarde de felicidad simple. Luego, pasamos por la nevera de refrescos y elegimos.
Con el botín en mano, llegamos a casa de nuestro amigo. La atmósfera ya era de pura energía. La sala se convirtió en nuestro estadio personal. El televisor, nuestro campo de juego. El sofá, el césped que nos veía ganar o perder. Pero la verdadera estrella del espectáculo era el FC25.
El primer partido fue un calentamiento. Nos dividimos en equipos, y la competencia se encendió de inmediato. Hubo goles espectaculares, atajadas dignas de un superhéroe y, por supuesto, algunas jugadas que nos hicieron gritar de frustración. Entre gol y gol, nos atacábamos los panes. Morder un pan, beber un sorbo de refresco frío y luego gritar un gol es una combinación de sensaciones que solo se pueden entender cuando se viven. Es una experiencia única, un ritual de amistad.
La noche continuó, y los partidos se volvieron cada vez más intensos. Los gritos de "¡No, no pases ahí!" o "¡Increíble gol!" llenaban la sala. Uno de los momentos más graciosos fue cuando mi amigo, en un intento desesperado por atajar, se cayó de la silla. Las risas se oyeron por todo el edificio. Estos son los momentos que valen oro: la victoria es dulce, pero las risas compartidas son un tesoro.
Además del fútbol, las conversaciones fluían. Hablamos de todo y de nada. De las cosas que nos preocupan, de las metas que tenemos, de las anécdotas del colegio, de la música que nos gusta.
Hello Hive friends!!
Is there anything better than an afternoon of gaming with friends? The answer is no, and when you add some good bread and soda to the mix, it becomes legendary. I want to tell you about one of those days that stays etched in your memory - a day of camaraderie, laughter, and of course, lots of virtual soccer.
It all started with a simple plan: "let's go to so-and-so's house to play for a while." But as always, a simple plan turns into an adventure. Before arriving, we made the mandatory stop at the bakery. Picture the scene: a group of buddies deciding which breads to get. We couldn't break tradition, so we got ourselves a good bag full of bread. The smell of freshly baked bread is a treasure, and it promises an afternoon of simple happiness. Then, we stopped for cold sodas and made our selections.
With our loot in hand, we arrived at our friend's house. The atmosphere was already buzzing with energy. The living room became our personal stadium. The TV, our playing field. The couch, the grass that witnessed our wins and losses. But the real star of the show was FC25.
The first match was our warm-up. We divided into teams, and the competition heated up immediately. There were spectacular goals, saves worthy of a superhero, and of course, some plays that made us scream in frustration. Between goals, we attacked our bread. Taking a bite of bread, a sip of cold soda, and then shouting "GOAL!" is a combination of sensations you can only understand when you experience it. It's a unique experience, a ritual of friendship.
The night continued, and the matches grew more intense. Shouts of "No, don't pass there!" or "Incredible goal!" filled the room. One of the funniest moments was when my friend, in a desperate attempt to make a save, fell off his chair. The laughter could be heard throughout the building. These are the golden moments: victory is sweet, but shared laughter is the real treasure.
Beyond the soccer, conversations flowed naturally. We talked about everything and nothing. About our worries, our goals, school memories, the music we love.
Dispositivo | Device | Redmi 13C
Fotos editadas en: |Photos edited in | Canva
Traducción con | Translation with| DeepL