TENTACIONES EN LA VIDA.
Hay tormentas que ponen a prueba nuestras vidas. Muchas veces he pensado y lo he hablado con Dios: ¿por qué a los impíos y malvados les va bien, y a mí con tantas dificultades y situaciones difíciles? No lo entiendo. Pero he reflexionado, que cada uno de Sus hijos somos disciplinados y corregidos por Él, porque nos ama y quiere formar el carácter de Su Hijo en nosotros.
Sin embargo, es una gran tentación latente, ver la prosperidad de los impíos. Parece como si no compartieran las angustias y calamidades de esta vida. no pasan trabajo como los otros mortales; ni son azotados como los demás hombres; sino parece como si disfrutaran de un privilegio singular que los exime de la común penas y sinsabores.
Parece tener el privilegio de gozar una vida cómoda y placentera.
El algún momento he pensado ¿Cómo es posible esto? Sirviendo a Mi Señor, tratando de vivir una vida recta; y parece que todo de confabula para que saga mal.
El salmista revela que tuvo envidia al ver la prosperidad de los impíos. Esta vida es pasajera y se puede gozar, otros sufrir; pero de lo que sí debemos estar seguros, es que tendremos una eternidad llena de gozo y felicidad; y quizás muchos malvados no podrán la mejor de las bendiciones.
Hoy te invito a no fijar tus ojos en otros y hacer comparaciones. Esto es dañino, fijemos nuestros ojos en Jesucristo y dejemos a un lado toda envidia y egoísmo.
Vivir una relación personal con Dios, te da paz y seguridad y una verdadera felicidad ante cualquier tormenta de la vida.
Sabemos que aquí tendremos aflicciones, pero seremos llenos de gozo y felicidad por la eternidad. Cada día busque esa relación con Dios, te guiará y bendecirá tu vida a pesar de todo lo que puedas pasar.