Me presento, soy Wilber-sw, atleta de calistenia, y hoy quiero contarles sobre mi día de entrenamiento, que aunque coincidió con una fecha tan especial como el 24 de diciembre, fue igualmente productivo. Para muchos, este día es sinónimo de fiesta, celebraciones familiares y momentos de descanso, pero para mí, los entrenamientos no tienen pausa, especialmente cuando se trata de seguir mejorando en calistenia. A veces, las fechas especiales nos invitan a hacer una pausa, pero siempre trato de mantenerme enfocado en mis objetivos, aunque respete y celebre también estos momentos con los míos.

Ayer, 23 de diciembre, decidí entrenar con un buen amigo, alguien que comparte mi pasión por la calistenia. Fuimos al parque como es habitual, y debo decir que la atmósfera era bastante tranquila, casi solitaria. Esto, claro, porque la mayoría de las personas estaban en casa con sus seres queridos, disfrutando de las festividades. Yo, por mi parte, siempre he visto estas fechas como días normales, aunque entiendo que no todos tengan las mismas circunstancias. Hay quienes necesitan tomarse un respiro, y está bien; sin embargo, mi enfoque sigue siendo el mismo: trabajar en mi desarrollo físico y seguir adelante con mis rutinas, que también me permiten desconectarme de las tensiones del día a día.

El entrenamiento de ayer fue algo intenso, como siempre me gusta. Nos centramos en una rutina de espalda que, aunque pequeña en cuanto a volumen, fue muy exigente. La calistenia es, como muchos sabrán, una disciplina que requiere de mucha fuerza, control y concentración, y cada entrenamiento se convierte en una oportunidad de desafiarse a uno mismo. Después de un par de series bastante desafiantes, mi amigo y yo nos sentimos satisfechos con el trabajo hecho. Fue una jornada productiva, aunque terminamos antes de lo habitual, ya que ambos queríamos aprovechar la tarde para compartir con nuestras familias y celebrar la Navidad.

A pesar de que la Navidad es un momento de festividad y descanso para muchos, para mí sigue siendo un recordatorio de la importancia de seguir esforzándome. Estoy muy agradecido por todo lo que he logrado hasta ahora, pero sé que siempre hay más por aprender y más por mejorar. Además, también valoro mucho estos momentos con mis seres queridos, por lo que al finalizar el entrenamiento, aproveché para pasar una noche tranquila con mi familia, disfrutando de la comida, las risas y la compañía, lo cual es igualmente importante.

En este sentido, quiero desearles a todos una Navidad llena de paz, salud y alegría. Aunque las circunstancias de cada uno sean diferentes, lo importante es seguir creciendo, tanto en lo físico como en lo personal. Ojalá todos puedan disfrutar de estos momentos especiales, rodeados de las personas que más quieren, y seguir trabajando por sus metas y sueños.

Sin más que añadir por ahora, les mando un fuerte abrazo y los dejo hasta una nueva ocasión. ¡Espero que estén pasando una feliz Navidad y que el año nuevo traiga consigo nuevos logros y muchas bendiciones para todos! ¡Nos vemos pronto, amigos! ¡Hasta luego! 💪🎄