Hoy fue un día dedicado al entrenamiento de front lever, uno de los ejercicios más exigentes en el mundo de la calistenia. Este movimiento requiere no solo de una gran fuerza en la espalda, los hombros y el core, sino también de una técnica impecable y mucha concentración. Acompañado de mis amigos, nos adentramos en una rutina que, aunque parecía manejable al principio, resultó ser más dura de lo esperado. No tanto por la fuerza necesaria para realizar los ejercicios, sino por el dolor que sentía en las palmas de mis manos debido a los callos que se han formado por el constante roce con las barras.

La rutina estuvo enfocada principalmente en el desarrollo de la fuerza en la espalda, con ejercicios como front lever holds, pull-ups y front lever raises. Cada uno de estos ejercicios demandaba un esfuerzo considerable, especialmente porque el dolor en mis manos hacía que agarrar la barra fuera todo un desafío. Sin embargo, gracias a la motivación que recibí de mis compañeros y a mi propia determinación, logré completar la rutina sin rendirme.

Uno de los momentos más difíciles fue durante los front lever raises, donde sentí que mi cuerpo estaba al límite. Pero recordé que el progreso en la calistenia no se trata solo de fuerza física, sino también de mentalidad. Respiré profundo, me concentré en mi técnica y, poco a poco, logré completar las repeticiones que me había propuesto.

Al final del entrenamiento, aunque estaba exhausto, sentí una gran satisfacción por haber superado los obstáculos del día. Esto me recordó una vez más que, en el deporte y en la vida, la perseverancia y la mentalidad positiva son clave para alcanzar nuestras metas.

Sin más que agregar, les deseo a todos una feliz noche y espero poder compartir más experiencias como esta en el futuro. ¡Nos vemos en la próxima! Hasta luego.