Hola amigos, hoy vengo a compartir con ustedes un tema bastante personal, en esta oportunidad quiero hablarles sobre mi piel y los padecimientos que tengo, no es un tema del que me guste hablar demasiado, pero esta entrada la quise hacer como parte de la iniciativa de @skin-body-care de #estaesmipiel y me voy a enfocar especialmente en la piel de mi rostro.
LA EDAD DE LA INOCENCIA
Quiero empezar contándoles sobre los años de mi adolescencia, es esa época yo no sabía absolutamente nada del skincare, es más, no recuerdo ni siquiera cómo lavaba e hidrataba mi cara, por lo que estoy casi segura de que no lo hacía y si lo hacía, seguramente no lo hacía de forma correcta, por suerte nunca fui de tener demasiado acné, sí, estuvo presente durante muchos años, pero siento que jamás fue algo que se saliera de control, aunque actualmente tengo algunas marcas que quedaron como vestigios de mi época adolescente.
Recuerdo que durante esta época había dos cosas que me causaban muchísima inseguridad sobre la piel de mi rostro, mis ojeras que están supermarcadas y los lunares que tengo. Las ojeras son herencia de la parte de mi madre y si bien aún siguen sin gustarme, he aprendido a vivir con ellas. Con mis lunares la relación ha cambiado bastante, han pasado de no gustarme, a parecerme que son parte de mi marca personal y ahora me encanta tenerlos, sobre todo el que tengo cerca de la boca.
LOS VEINTE Y LA APARICIÓN DE LA DERMATITIS
Al llegar a mis veinte seguía sin una rutina fija o adecuada de cuidado del rostro, sin saber ni siquiera qué tipo de piel tenía, honestamente, no me preocupaba demasiado por estos temas, por suerte mi piel se portó bastante bien y no se salió demasiado de control, hasta que comenzó una de las etapas más difíciles para mí con respecto a mi apariencia, comencé a presentar manchas muy rojas en la frente y en las mejillas, en la parte cercana a la nariz, estos brotes, además de verse muy mal, me causaban muchísima comezón.
Al principio no le presté demasiada atención, hasta que vi que mi piel comenzaba a presentar manchas, las lesiones eran cada vez más visibles y antiestéticas, además de que el picor ya era tan fuerte que me causaba demasiada desesperación e incluso llegaba a despertarme por la noche. Recuerdo que fue una época bastante difícil para mí, en ese entonces yo trabajaba en la organización de eventos y la apariencia era bastante importante, así que mi incomodidad era tremenda, pero además de todo hay demasiada gente ignorante que cuando ve un brote activo piensa que se van a contagiar o algo así, esto hacía que me vieran de forma extraña y que yo me sintiera verdaderamente horrible.
Yo nunca he sido de usar maquillaje más allá de un poco de rímel, delineador y labial, pero en ese tiempo me sentía tan insegura de mi piel que comencé a usar base y polvo para intentar ocultar mis lesiones, así que además de la dermatitis, me sentía incómoda porque sentía que llevaba una plasta de productos en la piel y no me gustaba para nada la sensación. Ya no podía seguir ignorando a mi piel, tuve que hacer una cita de emergencia con una dermatóloga que en ese momento sentí que me salvó la vida.
EL PROBLEMA Y LA SOLUCIÓN
Fui diagnosticada con Dermatitis Seborreica o DS, me dijo que a partir de ahora debía cuidar mucho mi piel porque cualquier descuido podía detonar un nuevo episodio de brotes, porque este padecimiento es algo que no se cura, solamente se controla mediante cuidados y cambios en nuestro estilo de vida. Así salí de la consulta, con un montón de indicaciones, me recetó unas pastillas, varias cremas farmacéuticas y una rutina adecuada a mi padecimiento.
Por suerte, a los dos días los brotes habían disminuido considerablemente y a la semana ya estaba con la piel prácticamente limpia, yo estaba completamente feliz, no podía creer que hubiera funcionado tan rápido. Pasó un mes y regresé a mi cita de control y la Derma me terminó de dar indicaciones sobre mis nuevos cuidados, me indicó que mi piel era grasa y que debía evitar por completo los productos que no fueran para mi tipo de piel porque podrían hacer aparecer nuevamente a la dermatitis.
Ya por fin tenía una rutina adecuada, incluso me dio indicaciones de cómo debía lavar mi cuero cabelludo, porque a pesar de que en ese entonces solo tenía brotes en la cara, normalmente ese tipo de dermatitis también afecta el cuero cabelludo, haciendo que aparezca mucha caspa. Con esta rutina pasé años, aproximadamente del 2016 al 2020, fueron años de bastante tranquilidad en los cuales incluso llegué a olvidarme de la dermatitis.
UN NUEVO RETO: LA PANDEMIA
Pero llegó la pandemia y eso trajo consigo muchos problemas, entre ellos me quedé sin empleo, entonces me era imposible poder comprar los productos que necesitaba para mi rutina debido a que eran algo costosos, así que los sustituí por otras opciones, pero me fue terrible, para diciembre de ese año los brotes eran horribles y ya no sabía qué hacer, cuando se descontroló hicimos un esfuerzo en casa y retomé los productos que me mandó la doctora, pero aun así los brotes seguían sin desaparecer, estaba desesperada.
Mi rostro estaba en un estado terrible y como la pandemia estaba en uno de sus puntos más críticos, no había consultas presenciales, nuevamente comencé a sentir mucha inseguridad sobre mi apariencia, además de la que incomodidad de los brotes no me dejaba estar tranquila ni durante la noche, así que busqué un dermatólogo que me atendiera en línea, me recetó unos productos nuevos y una vez más comencé prácticamente desde cero. En esta ocasión descubrí que ya había productos especiales para mi padecimiento, así fue como comencé a usar los productos especiales de Bioderma para la dermatitis seborreica.
Pero, honestamente, esto no era sostenible para mí, los productos eran bastante costosos, yo seguía sin trabajo y el salario de mi esposo había sufrido recortes debido a la pandemia, así que tuve que buscar otras opciones para mantener la dermatitis a raya. Una de las cosas que más me ayudó y que más me sigue ayudando seguir el Método Curly Girl, este me ha enseñado a cómo cuidar correctamente mi cabello y a limpiar adecuadamente mi cuero cabelludo, lo cual le ha permitido a este regular la producción de sebo, que es uno de los desencadenantes de la dermatitis.
Yo sé que no es correcto experimentar con la piel, pero tiempos desesperados requieren medidas desesperadas, así que comencé a probar productos indicados para la piel grasa, ya no especializados en mi tipo de padecimiento, y debo decir que si bien al principio no obtuve buenos resultados, actualmente estoy bastante satisfecha con la rutina que estoy llevando, porque a pesar de no ser productos "dermatológicos" me han ayudado a mantener a raya los brotes y a volver a sentirme segura de la apariencia de mi rostro.
¿QUÉ MÁS PODRÍA PASAR?
Pero en septiembre del año pasado llegó algo que me agarró por completo fuera de base y que volvió a tirar al suelo esa "seguridad" de haber controlado la dermatitis, me dio VARICELA. Fue algo verdaderamente horrible para mí, recuerdo que en las noches lloraba demasiado, no quería que nadie me viera, ni siquiera mi esposo. Mi rostro estaba completamente lleno de las erupciones características de esa enfermedad, me picaban, me dolían y me veía horrible, además de que me preocupaba que tantas ronchas me fueran a dejar marcas espantosas.
Durante este tiempo intenté mantener mi rutina, pero eran muy pocos los productos que toleraba, así que tuve que modificarla, por suerte estas enfermedades tienen un ciclo relativamente rápido y poco a poco fui mejorando, y para mi tranquilidad no me quedaron muchas marcas, creo que solamente una bastante visible en la mejilla y dos más mucho menos notorias.
Actualmente, estoy con unos brotes de dermatitis activos, que aunque no son muy visibles, sí siento como me pican y me causan incomodidad. Esto fue detonado en un principio por la preocupación de habernos enfermado todos en casa de COVID y se mantiene por el estrés y la ansiedad que me ha causado la mudanza que tuve el fin de semana pasado, sin embargo, ya he comenzado a conocer a mi piel y estoy segura de que cuando me acostumbre a la nueva casa y controle los episodios de estrés y ansiedad, también la dermatitis quedará bajo control.
APRENDIENDO Y VALORANDO
Con el tiempo he podido darme cuenta de que también mi estado de ánimo afecta o detona la dermatitis, cuando tengo temporadas de mucho estrés, como las que les comenté, esta hace su aparición irremediablemente y solo desaparece cuando logro controlar mis emociones, así que además de los cuidados externos, también tengo que tomar en cuenta mi salud mental.
Finalmente, puedo decir que he aprendido a cuidar y valorar bastante mi piel porque, a pesar de todo, considero que con todo lo que ha sufrido no se encuentra en tan mal estado.
Muchas gracias por leerme, nos vemos en comentarios 🤞✌️
ENGLISH VERSION
Dermatitis, moles and dark circles, meet my skin.
Hi friends, today I come to share with you a very personal topic, this time I want to talk about my skin and the ailments I have, it's not a topic I like to talk too much about, but I wanted to do this post as part of @skin-body-care's #estaesmipiel initiative and I'm going to focus especially on my facial skin.
THE AGE OF INNOCENCE
I want to start by telling you about my teenage years, at that time I knew absolutely nothing about skincare, what's more, I don't even remember how I washed and moisturized my face, so I'm almost sure I didn't do it and if I did, I surely didn't do it correctly, luckily I was never one to have too much acne, yes, it was present for many years, but I feel it was never something that got out of control, although currently I have some marks that were left as vestiges of my teenage years.
I remember that during this time there were two things that caused me a lot of insecurity about the skin on my face, my dark circles that are super marked and the moles I have. The dark circles under my eyes are an inheritance from my mother's side and although I still don't like them, I have learned to live with them. With my moles the relationship has changed a lot, I have gone from not liking them, to thinking that they are part of my personal brand and now I love having them, especially the one near my mouth.
THE TWENTIES AND THE ONSET OF DERMATITIS
When I reached my twenties I still didn't have a fixed or adequate facial care routine, without even knowing what type of skin I had, honestly, I didn't worry too much about these issues, luckily my skin behaved quite well and didn't get too out of control, until one of the most difficult stages for me regarding my appearance began, I began to have very red spots on my forehead and cheeks, in the part near the nose, these outbreaks, besides looking very bad, caused me a lot of itching.
At the beginning I did not pay much attention to it, until I saw that my skin began to present spots, the lesions were more and more visible and unsightly, besides the itching was already so strong that it caused me too much despair and even woke me up at night. I remember it was quite a difficult time for me, at that time I was working in the organization of events and appearance was quite important, so my discomfort was tremendous, but on top of everything there are too many ignorant people who when they see an active outbreak think they are going to catch it or something, this made them see me in a strange way and I felt really horrible.
I have never been one to wear makeup beyond a little mascara, eyeliner and lipstick, but at that time I felt so insecure about my skin that I started wearing foundation and powder to try to hide my lesions, so in addition to the dermatitis, I felt uncomfortable because I felt like I was wearing a load of products on my skin and I didn't like the feeling at all. I could no longer ignore my skin, I had to make an emergency appointment with a dermatologist who at the time I felt saved my life.
THE PROBLEM AND THE SOLUTION
I was diagnosed with Seborrheic Dermatitis or SD, she told me that from now on I had to take good care of my skin because any carelessness could trigger a new episode of outbreaks, because this condition is something that cannot be cured, it can only be controlled through care and changes in our lifestyle. So I left the consultation, with a lot of indications, she prescribed me some pills, several pharmaceutical creams and a routine adapted to my condition.
Luckily, within two days the outbreaks had diminished considerably and within a week my skin was practically clean, I was completely happy, I could not believe it had worked so fast. A month passed and I went back to my control appointment and the Derma finished giving me indications about my new care, she told me that my skin was oily and that I should completely avoid products that were not for my skin type because they could cause the dermatitis to reappear.
I finally had a proper routine, she even gave me instructions on how I should wash my scalp, because even though at that time I only had outbreaks on my face, normally this type of dermatitis also affects the scalp, causing a lot of dandruff to appear. With this routine I spent years, approximately from 2016 to 2020, they were years of quite calm in which I even got to forget about dermatitis.
A NEW CHALLENGE: THE PANDEMIC
But the pandemic arrived and that brought with it many problems, among them I was unemployed, then it was impossible for me to buy the products I needed for my routine because they were somewhat expensive, so I replaced them with other options, but it was terrible, by December of that year the outbreaks were horrible and I did not know what to do, when it got out of control we made an effort at home and I resumed the products that the doctor sent me, but even so the outbreaks still did not disappear, I was desperate.
My face was in a terrible state and as the pandemic was in one of its most critical points, there were no face to face consultations, again I began to feel very insecure about my appearance, plus the discomfort of the outbreaks did not let me be calm even during the night, so I looked for a dermatologist who treated me online, he prescribed me some new products and once again I started practically from scratch. This time I discovered that there were already special products for my condition, so I started using the special Bioderma products for seborrheic dermatitis.
But honestly, this was not sustainable for me, the products were quite expensive, I was still out of work and my husband's salary had been cut due to the pandemic, so I had to look for other options to keep the dermatitis at bay. One of the things that helped me the most and continues to help me the most is following the Curly Girl Method, it has taught me how to properly care for my hair and properly cleanse my scalp, which has allowed my scalp to regulate sebum production, which is one of the triggers for dermatitis.
I know it's not right to experiment with the skin, but desperate times call for desperate measures, so I started trying products indicated for oily skin, no longer specialized in my type of condition, and I must say that although at first I didn't get good results, I am currently quite satisfied with the routine I am following, because despite not being "dermatological" products, they have helped me keep my breakouts at bay and feel confident about the appearance of my face again.
WHAT ELSE COULD HAPPEN?
But in September last year something came along that caught me completely off base and threw that "confidence" of having controlled the dermatitis to the ground again, I got VARICELLA. It was truly horrible for me, I remember crying so much at night, I didn't want anyone to see me, not even my husband. My face was completely full of the characteristic rashes of that disease, they itched, they hurt and I looked horrible, besides I was worried that so many welts were going to leave horrible marks.
During this time I tried to keep my routine, but there were very few products that I could tolerate, so I had to modify it, luckily these diseases have a relatively fast cycle and little by little I was improving, and for my peace of mind I did not have many marks, I think only one quite visible on my cheek and two more much less noticeable ones.
Currently, I have some active dermatitis outbreaks, which although they are not very visible, I do feel how they itch and cause me discomfort. This was initially triggered by the concern that we all got sick at COVID's house and is maintained by the stress and anxiety caused by the move I had last weekend, however, I have already started to get to know my skin and I am sure that when I get used to the new house and control the episodes of stress and anxiety, the dermatitis will also be under control.
LEARNING AND APPRECIATING
With time I have been able to realize that my mood also affects or detonates the dermatitis, when I have seasons of high stress, like the ones I mentioned, it appears irremediably and only disappears when I manage to control my emotions, so in addition to external care, I also have to take into account my mental health.
Finally, I can say that I have learned to take care and value my skin because, in spite of everything, I consider that with all that it has suffered, it is not in such a bad state.
Thank you very much for reading me, see you in comments 🤞✌️
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