En vista de que el acné atacó con fuerza, mi mamá me habló de una rutina que ella misma tenía como ritual, leche limpiadora y tónico facial de la marca Mon Reve, piel grasa para mí. A esa edad comencé a cuidarme la piel de mi rostro, la grasa no paraba de salir de mi cara, como soy blanca todas esas imperfecciones se notaban más, que “oso”, llamaba la atención de manera de muy negativa. Todo el mundo tenía que ver con mi cara, me daban todo tipo de consejos, pero mi mamá no me quiso llevar la dermatólogo, al final lo hizo, pero cuando ya el acné se había apoderado de toda mi piel. Seguí todo tipo de consejos de recetas caseras, limón con bicarbonato de sodio, lavarme la cara con jabón azul, de azufre, cremas preparadas, agua de arroz y hasta pasta de diente, con esta última la cara se me quemó pero no hubo secuelas ni dejó marcas, afortunadamente. .

Hubo un remedio que me funcionó, pero solo por un tiempo, una crema neutra mezclada con azufre en polvo, me quitó todos los barros y espinillas, yo estaba feliz, sin embargo, a pesar de haber mejorado mi cara seguí usando la crema, ¿y saben qué?, me empezaron a salir barros otra vez y ya el azufre no me hacía nada. Resulta que leyendo sobre el tema, el azufre ciertamente es muy efectivo para estas afecciones, pero si se usa prolongadamente produce espinillas y parecen inmunizarse. Tener acné me llevó a leer e investigar mucho sobre el tema, así supe que mi piel era del tipo grasasoa, que podía usar mascarillas naturales de pepino o tomate que son astringentes. Las usaba con frecuencia, pero yo necesitaba un especialista, tuve tratamiento y me hacían limpiezas faciales, pero mi cara no mejoraba, mi cara era una máquina de hacer grasa y la producción de espinillas no parecía tener fin. La alimentación era crucial, pero yo comía de todo, recuerdo un día que me dio por comer pan con mantequilla y me salieron muchos barros.

Fueron muchos años luchando contra el acné y de verdad pensé que nunca abandonaría mi rostro. A los 17 años por si solo comenzó a desaparecer, yo estaba en la universidad y empecé a enfocarme en mis estudios. De pronto me olvidé del acné y bueno, el comenzó a irse, y se fue. Mi rutina de limpieza con tónico y cremas hidratantes comenzó a los 14 años y la mantengo hasta hoy aunque con algunos cambios porque tengo ahora 49 años y mi piel requiere de cuidados adicionales.