Comencé mi travesía por América del Sur en Colombia. Elegí empezar allí por la temporada, la facilidad que tiene un extranjero para comprar una moto y equipamiento, y porque aún no conocía ese país. Pensaba quedarme solo un mes antes de emprender el viaje hacia Ecuador y continuar hacia el sur. Al final, me quedé seis meses y salí solamente cuando mi visado estaba a punto de expirar.
Durante mi estancia, descubrí un país increíblemente diverso, con pueblos típicos llenos de color, balcones floridos y calles empedradas que parecían salidos de un cuento. La amabilidad de los colombianos me sorprendió desde el primer día: siempre dispuestos a ayudar, compartir una historia o invitar a un tinto.
La naturaleza me dejó sin palabras. Desde las playas del Caribe hasta las montañas de los Andes, cada paisaje era más impresionante que el anterior. Una de las regiones que más me marcó fue el Eje Cafetero, con sus colinas verdes sembradas de cafetales, sus fincas tradicionales y ese aroma inconfundible que flota en el aire. Allí, comprendí que Colombia no era solo una etapa de paso, sino una experiencia profunda y transformadora.
Algunos ejemplos de pueblos conocidos que hay que visitar:
- Barichara (Santander) Considerado por muchos como el pueblo más bonito de Colombia, Barichara parece detenido en el tiempo. Sus calles empedradas, casas blancas con techos de teja y su atmósfera tranquila lo convierten en un lugar ideal para desconectarse. Desde aquí, se puede hacer una caminata escénica hasta Guane por el histórico Camino Real.
- Salento / Cocora / Filandia (Quindío) Ubicado en el corazón del Eje Cafetero, Salento es famoso por sus casas coloridas, su ambiente bohemio y su cercanía al Valle de Cocora, hogar de las altísimas palmas de cera, árbol nacional de Colombia. Ideal para amantes del café, la naturaleza y el senderismo.
- Murillo (Tolima) A los pies del majestuoso Nevado del Ruiz. Con sus calles tranquilas, casas coloridas y un clima frío de montaña, Murillo es un lugar ideal para conectarse con la naturaleza. Desde aquí se pueden hacer caminatas hacia paisajes de páramo, lagunas y montañas nevadas. Su belleza y tranquilidad lo convierten en un verdadero tesoro escondido.
- Jardín / Jerico (Antioquia) Un pueblo antioqueño lleno de color, flores y tradiciones. Su plaza central, rodeada de cafés y balcones adornados, es el corazón de la vida local. Ideal para disfrutar de la tranquilidad, montar en teleférico o explorar cascadas y montañas cercanas.
- Villa de Leyva (Boyacá) Un destino histórico con una enorme plaza empedrada, arquitectura colonial perfectamente conservada y un ambiente romántico. A solo unas horas de Bogotá, es un lugar ideal para aprender sobre la historia del país y disfrutar de su gastronomía y museos.
- Guatapé (Antioquia) Famoso por sus zócalos pintados en las fachadas de las casas, Guatapé es un verdadero festival de colores. A pocos minutos está la Piedra del Peñol, una gigantesca roca que ofrece una de las vistas más impresionantes de Colombia. Perfecto para un paseo de día desde Medellín.
- Mompox / Santa Cruz de Mompox (Bolívar) Una ciudad colonial a orillas del río Magdalena, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su atmósfera tranquila, sus iglesias barrocas y su historia la convierten en un lugar mágico, ideal para quienes buscan una Colombia profunda y auténtica.

La fauna de Colombia
La fauna colombiana es tan diversa como sus paisajes: desde colibríes iridiscentes hasta ranas multicolores y monos curiosos que habitan la selva. Cada región ofrece un espectáculo natural de vida y color que sorprende a cada paso.
Un paisaje atipico: Los páramos
Los páramos de Colombia son ecosistemas únicos, envueltos en niebla y llenos de frailejones que parecen salidos de otro mundo. Caminar por estos paisajes silenciosos y misteriosos es como entrar en un santuario natural entre el cielo y la tierra.
Cultura y gastronomia:
La cultura colombiana es profundamente diversa y rica en contrastes. Cada región tiene su propia identidad, acento, música y costumbres, desde los ritmos del Caribe hasta las tradiciones andinas o amazónicas. Esta riqueza se refleja también en su gastronomía: platos como la bandeja paisa, el ajiaco, los tamales o las arepas varían de una zona a otra, adaptándose al clima, a los productos locales y a la historia de cada comunidad. Comer en Colombia es descubrir otra forma de vivir la cultura, a través de los sentidos, la generosidad y la convivencia.
La moto en Colombia:
Viajar en moto por Colombia es una experiencia inolvidable. Las carreteras atraviesan paisajes impresionantes: montañas, selvas, pueblos coloniales y costas caribeñas. La libertad que ofrece la moto permite descubrir lugares remotos, conectar con la gente local y vivir el país de una manera auténtica y cercana. Además, los moteros son bien recibidos en todas partes, con una sonrisa, café y muchas historias que compartir.
Son miles las fotos que me gustaría compartir para rendir homenaje a este país. Para quienes quieran ver más imágenes, pueden hacerlo aquí: https://safary.eu/safari-2/colombie Aunque la página esté en francés, hay diaporamas de fotos.
Todas las fotos fueron tomadas por mí y se publican con el consentimiento de las personas fotografiadas. Realizadas con una Nikon D3400 y un objetivo AF-P 70–300 mm.
Mi presentación aquí: https://hive.blog/hive-110011/@terresco/mi-presentacion-un-viajero-apasionado-por-el-mundo-hispanohablante