Mis queridos lectores, tengan hoy un buen día. Hoy sentí la necesidad de contarles sobre mi relación más larga a la que recientemente le he dado final.
Tuve un amigo que decía: "Yo no digo que dejé de fumar, digo que ahora no estoy fumando"; pues, ahora tengo tres meses que no estoy fumando y ha sido duro, pero lo estoy logrando. He sido fumadora desde muy joven, tendría unos 14 años cuando comencé con este vicio, siempre cautivada por el olor, curiosa por el sentido; lo probé por una simple apuesta de niños tontos y me enamoré cual adolescente del chico guapo mayor que le hace daño.
My dear readers, have a nice day today. Today I felt the need to tell you about my longest relationship that I have recently ended.
I had a friend who said: "I don't say that I quit smoking, I say that now I am not smoking"; well, now I have three months that I am not smoking and it has been hard, but I am doing it. I have been a smoker since I was very young, I would have been about 14 years old when I started with this vice, always captivated by the smell, curious about the sense; I tried it for a simple bet of silly kids and I fell in love like a teenager with the older handsome boy who hurts him.
A esa edad, 14 años, o por cumplirlos, estuve en una fiesta con dos de mis amigas de siempre, para ese momento ellas salían con un par de chicos y yo era el mal ¿Quinto? Bueno, eso. El caso es que esa noche resultó en una apuesta y si yo lograba acabar un cigarrillo, me comprarían alguna bebida que yo quería, la verdad es que ya no recuerdo mucho los detalles de aquel juego, sólo recuerdo que pensé que sería fácil puesto que había visto a mi familia por años fumar y no parecía tener ningún grado de dificultad. Así fue como nació mi amor por él. A penas lo llevé a mi boca, fue una experiencia que deseaba repetir.
Pasaron los días, las semanas, y mis ganas de volver a hacerlo iban en aumento, realmente lo quería. Así entonces, cada que veía a algún amigo fumando, le pedía que me diera a probar. Un de mis amigas también comenzó a fumar y pues, ¿Cómo no iba a acompañarla? Luego compré en el supermercado que quedaba cerca de mi liceo, descubrí que a pesar de mi edad, igual me vendían ¡Qué pecado! Ahora no dependía de nadie.
Pasaron los años y mantenerlo oculto en casa no era nada difícil. Mi mamá era fumadora, mi abuela lo había sido, el olor siempre estuvo impregnado en mi hogar. Mi hermana También fumaba y si me había descubierto, no me lo había hecho saber. Hasta que una fiesta de fin de año en una disco de mi cuidad, me encontré a su mejor amigo (y mi compañero de Orfeón), me agarró infraganti. Creí que me retaría por estar fumando y lo que hizo fue pedirme uno, esa noche quise más a Roberto de lo que ya lo quería antes.
Fumar era mi refugio, mi calma de la constante ansiedad que ha vivido conmigo por tantos años. Fumar era mi paciencia, mi abrazo, mi distracción, mi compañía. Lamento si lo romantizo pero de verdad amaba fumar y hoy lo extraño y deseo igual que todos los días pero ya estuvo bueno. Ya no lo quiero más. Aunque me muera por él.
El cigarrillo ha sido parte de mi vida en mis distintas etapas. Cuando era una adolescente jugando a ser adulto, cuando fui adulto irresponsable, cuando me creí femme fatale, cuando se agotaron mis fuerzas y caí en picada; el cigarrillo estuvo conmigo cuando me levanté de entre mis cenizas, estuvo allí cuando lo necesité. Merece mi reconocimiento puesto que aunque sé que es daño para mi cuerpo, fue alivio para mi espíritu. Sería una falsa si vengo hoy a decirles que lo odio y darles propaganda al "ambiente 100% libre de humo".
FUE UNA DECISIÓN.
Dejarlo fue fácil un día, mantenerlo ha sido simple: siento que una parte de mí agoniza todos los días hasta que lo olvido y al otro día pasa lo mismo, y así voy (Sí, fue sarcasmo). Pero me mantengo firme. Fue más por convicción.
Una vez intenté dejarlo, estudiaba en la universidad y tenía en la cabeza que un hábito se alcanzaba por repetición luego de lograr una acción u omisión por una cantidad de días determinados, si llegaba a 28 días, podría dejarlo. Entonces me apuntaron con un arma de fuego en la cabeza el día 21 y volví a fumar cual "puta presa" (así dicen en mi tierra). Años después llegó mi embarazo, allí fue sencillo: me dio asco y sospechamos de inmediato que algo raro estaba pasando. Supe que estaba en estado de 3 semanas y media y no fumé más hasta que ya había dejado de amamantar; poco más de un año duró eso. A penas dejé de producir leche materna, las ganas de fumar volvieron de inmediato y no pude evitarlo.
At that age, 14, or thereabouts, I was at a party with two of my usual friends, by that time they were dating a couple of guys and I was the bad Fifth? Well, that. The thing is that night resulted in a bet and if I managed to finish a cigarette, they would buy me a drink that I wanted, the truth is that I do not remember much the details of that game, I just remember that I thought it would be easy since I had seen my family for years smoking and did not seem to have any degree of difficulty. That was how my love for it was born. As soon as I took it in my mouth, it was an experience I wanted to repeat.
Days went by, weeks went by, and my desire to do it again was increasing, I really wanted it. So then, every time I saw a friend smoking, I asked him to give me a taste. One of my friends also started smoking and well, how could I not join her? Then I bought at the supermarket near my high school, and I discovered that despite my age, they still sold me what a sin! Now I didn't depend on anyone.
Years went by and keeping it hidden at home was not difficult at all. My mother was a smoker, my grandmother had been one, the smell was always impregnated in my home. My sister also smoked and if she had discovered me, she had not let me know. Until one New Year's Eve party at a disco in my city, when I ran into her best friend (and my Orfeón partner), he caught me red-handed. I thought he would challenge me for smoking and what he did was to ask me for one, that night I loved Roberto more than I did before.
Smoking was my refuge, my calm from the constant anxiety he has lived with me for so many years. Smoking was my patience, my embrace, my distraction, my company. I'm sorry if I romanticize it but I really loved smoking and today I miss it and crave it just like every day but enough is enough. I don't want him anymore. Even if I'm dying for it.
Cigarettes have been a part of my life in my different stages. When I was a teenager playing at being an adult, when I was an irresponsible adult, when I thought I was a femme fatale, when my strength was exhausted and I fell down; the cigarette was with me when I rose from my ashes, it was there when I needed it. It deserves my recognition since although I know it is harm to my body, it was relief to my spirit. I would be a fake if I came today to tell you that I hate it and give propaganda to the "100% smoke-free environment".
IT WAS A DECISION.
Quitting was easy one day, sticking with it has been simple: I feel a part of me agonize every day until I forget and the next day the same thing happens, and so I go (Yes, it was sarcasm). But I stand firm. It was more out of conviction.
Once I tried to quit, I was studying at the university and I had in my head that a habit was reached by repetition after achieving an action or omission for a certain amount of days, if I reached 28 days, I could quit. Then they pointed a gun at my head on the 21st and I went back to smoking like a "whore dam" (that's what they say in my country). Years later my pregnancy came along and it was simple: I was disgusted and we immediately suspected that something weird was going on. I knew I was 3 and a half weeks pregnant and I didn't smoke again until I had stopped breastfeeding; that lasted a little more than a year. As soon as I stopped producing breast milk, the urge to smoke immediately returned and I couldn't help it.
Esta vez ha cambiado algo: cambió mi perspectiva. Después de ver a mi mamá en cuidados intensivos por un infarto, de esperar horas sentada en una sala de hospital, me dije a mí misma que ya había sido suficiente. No les negaré que para esa semana fumé más de lo que había fumado en años, de jovencita fumaba 10 cigarrillos diarios en promedio en un día regular, ya en estos años de adultez iba por los 3 diarios. Para cuando mi madre estuvo internada fue una cajetilla diaria, es que no podía con mi ansiedad esos días, sin embargo llegué a la conclusión de tener que dejarlo por el bien de mi madre y el mío. Si quería que mi mamá no fumar más, debía eliminar el vicio de mi casa. Y lo más imponente:
Si mi mamá sufrió un infarto a los 55 años ¿A qué edad será mi infarto si no paro de fumar ahora?
Así que ya no fumo y si lo vuelvo a hacer, no creo que me vaya a hacer feliz, sencillamente porque ya no lo necesito. Tengo algo más importante y es vida; tengo vida que preservar para cuidar de mi familia, de mi hija, de mi madre, de mí misma.
Un abrazo fuerte a todos aquellos que lo han dejado, uno más fuerte a los que quieren dejarlo y no lo han logrado. Y si fumar te hace feliz no pretendes dejarlo, también te abrazo fuerte porque te entiendo perfectamente.
Cleyna, la fumadora ¿O ex?
This time something changed: my perspective changed. After seeing my mom in intensive care for a heart attack, waiting for hours sitting in a hospital room, I told myself that I had had enough. I will not deny that by that week I smoked more than I had smoked in years, as a young girl I smoked 10 cigarettes a day on average on a regular day, by the time I was an adult I was smoking 3 a day. By the time my mother was hospitalized it was a pack a day, I just couldn't deal with my anxiety those days, however I came to the conclusion that I had to quit for my mother's and my own good. If I wanted my mother not to smoke anymore, I had to eliminate the vice from my house. And the most imposing thing:
If my mom had a heart attack at 55, how old will my heart attack be if I don't stop smoking now?
So I don't smoke anymore and if I do again, I don't think it will make me happy, simply because I don't need it anymore. I have something more important and that is life; I have life to preserve to take care of my family, my daughter, my mother, myself.
A big hug to all those who have quit, and a bigger hug to those who want to quit and have not succeeded. And if smoking makes you happy you don't intend to quit, I also hug you tightly because I understand you perfectly.
Cleyna, the smoker or ex?
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