Tenía casi dos semanas sin postear nada, aunque tengo tantas cosas que contar, no encontraba el propósito. ¿Cómo crear algo que genere diálogo en la comunidad?
Ahí se instaló el síndrome del impostor, ese pequeño bastardo que vive en mi oreja y me susurra cosas al oído, muchas veces me dice que mis pensamientos o diálogos no son lo suficientemente interesantes como para estarlos compartiendo por aquí y por allá.
¿Quién querría leer los pensamientos oscuros de un ser humano que vive en una constante desmotivacion por lo que sucede con su trabajo y su salud?
Hasta que abrí los ojos y le metí un cachetadon.
No le tiene que interesar a nadie, me tiene que hacer feliz a mí y ya.
Y pues nada, aquí estoy, escribiendo después de tantos días de ausencia.
Motivada claro por @mcbro el amor de mi vida.
Prometo estar más por acá, soltar un poco de mi pesada carga y entretener a los ojos que por casualidad se encuentren con mis letras retorcidas.