Para: El Síndrome del impostor (Sid)
De: Heleana
Hola, estimado Sid.
He sentido como en los últimos meses has estado paseándote con más frecuencia por las calles de mis pensamientos… Entiendo que tu trabajo sea retador e incluso que tenga algún sentido, noto que intentas probarme, logras que me cuestione y me invitas a revisar las creencias que giran en torno a mis capacidades.
Supongo, has visto que terminé una etapa muy importante de mi vida, cuya larga duración me brindó certidumbres y pasos preestablecidos para seguir el camino pautado, aunque fueron palpables profundas incertidumbres durante el trayecto… ¡¿Observaste que pude manejarlas?! Aprendí a atravesar la incertidumbre, con coraje, con amor, con la visión puesta en las oportunidades que se escondían detrás del caos.
También, acepté la vulnerabilidad que me hace humana, sabes que no me interesa parecer una roca indestructible que al final del día se hace daño a sí misma, pero últimamente aprovechas para mellar mi seguridad, probar mi confianza, redescubrir qué creencias me sostienen a diario y revisar mis tomas de decisiones ¿Acaso, te cercioras que esté eligiendo con determinación las opciones que más se acercan a mi propósito divino? No lo sé, intento comprenderte, pero creo que no necesito tu voz que me hace dudar de mí, que me anula, que me minimiza, así que te invito a hacer silencio, pues… ¡Me cansas!... ¿Tu intención es que grite más fuerte lo mucho que me amo, mis logros personales y mi valía incondicional? De ser así, te tomaré la palabra…
🌷 ¡AMO LA MUJER QUE ESTOY SIENDO!
🌷 ¡AMO LA FORMA EN QUE MI ALEGRÍA Y BUEN HUMOR IMPACTA EN LOS DEMÁS!
🌷 ¡AMO MI CAPACIDAD DE UNIR A LAS PERSONAS!
🌷 ¡AMO MI SED DE APRENDER DE TODO Y DE TODOS!
🌷 ¡AMO MI TERNURA, MI FLEXIBILIDAD, MI CAPACIDAD DE AMAR!
¿Sabes? Podría escribir más cosas que amo, pero no quiero prolongar esta carta, así que optaré por decírmelas en privado y… ¿Por qué no gritarlas? Me acabo de sonreír en este momento al recordar una tendencia de una youtuber colombiana, denominada “furioso amor”, que consiste literalmente en gritarse frases lindas mientras te miras en el espejo, pienso que podría intentarlo y seguro me reiría en el proceso y eso ya sería ganancia.
En fin, gracias por invitarme a reflexionar y reconocerme, Sid. Te aprecio pero no te permito que me apabulles, le subiré el volumen a mi voz interior que me anima, impulsa y motiva. Recibiré tus susurros como un reto a conocerme cada vez más de forma más profunda.
Adiós, Sid. No hagas estragos en otros pensamientos.
Con amor, Heleana.
