La alegría que calma el corazón. A menudo, nos planteamos metas y objetivos con la intención de que, cuando los alcancemos, nos sintamos realizados, dichosos y nos llene de satisfacción.
Pero ¿qué sucedería si esos logros nunca pueden ser alcanzados? No digo eso siendo pesimista, pero sinceramente, algunas cosas en la vida se convertirán en objetivos difíciles.
Entonces, si no podemos obtener aquello que deseamos, ¿significa que somos un fracaso en nuestra vida? Alguien podría decir que sí, tal vez por la idea infundada de que algunos fracasos perpetúan a una persona en una continua desgracia.
O quizás sea porque quienes nos rodean, que a veces les va mejor, nos haga parecer que no somos buenos, y como resultado, una decepción continua.
En ese punto, hay dos cosas que decir. Una de ellas es que, infortunadamente, en la vida nada es color de rosas; hay muchos altibajos, por lo que no todo lo que deseamos o queremos lo podremos disfrutar.
Esa idea, lejos de hacernos sentir mal, debe tener el efecto siguiente: tenemos que sentir satisfacción por lo que tenemos AHORA, sí, en mayúscula el ahora.
Pues, como ya he dicho antes, suponer que el éxito depende de las cosas que pensemos tener en el futuro, o que la verdadera felicidad vendrá de lo que algún día podríamos tener, simplemente podría causarnos ansiedad o una profunda tristeza si no lo conseguimos.
Pero estar contentos y alegres con las cosas que poseemos ahora no solo nos enriquece en todo sentido, sino que también permite que seamos más felices, nosotros y con los demás.
Un ejemplo de esto es la historia de una persona que siempre quiso ser millonaria, pero que en su lugar encontró satisfacción en su trabajo como profesor.
Aunque no tiene la riqueza que siempre deseó, se siente realizado y feliz en su trabajo, y ha encontrado una sensación de propósito y significado en su vida.
La gratitud es otro aspecto importante de la satisfacción. Cuando nos enfocamos en lo que tenemos, en lugar de lo que nos falta, podemos encontrar una mayor sensación de felicidad y bienestar.
Esto no significa que no debamos trabajar hacia nuestros objetivos, sino que debemos encontrar un equilibrio entre la búsqueda de nuestros sueños y la apreciación de lo que ya tenemos.
En conclusión, la satisfacción es un estado mental que podemos alcanzar enfocándonos en el presente y apreciando lo que tenemos.
No necesitamos esperar a alcanzar nuestros objetivos para sentirnos felices y realizados. Al contrario, podemos encontrar satisfacción en la vida diaria, en las pequeñas cosas que nos hacen felices y nos dan un sentido de propósito.
Imagen creada con IA
Ismael D. Rodríguez
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