Todos necesitamos una pausa en nuestras vidas, bien sea porque estamos haciendo las cosas mal y necesitamos replantearnos nuestros objetivos, o bien sea porque estamos haciendo bien las cosas y necesitamos evaluar nuestras posibilidades de mejorar y poder hacer cosas mejores. Tampoco es bueno frenar nuestro progreso por un descanso, como tampoco es bueno dejar de intentar ante los fracasos.

Con una pausa, me refiero a aclarar nuestros pensamientos en función de determinar cuál es la mejor y más viable forma de continuar con nuestro camino por el que decidimos que es mejor caminar durante nuestras vidas. Para ello es claro que debemos tener un destino claro al que queremos llegar, si eso es desconocido o ambiguo puede resultar muy difícil e improbable que logremos nuestras metas pero nada es imposible de lograr tampoco.

Hay una frase de una canción muy famosa llamada Amazing de la agrupación de Rock estadounidense Aerosmith, que dice: "La vida es un viaje, no un destino". Esta puede negar un poco mi planteamiento, pero hay dos problemas en este pensamiento que a pesar de que hay que disfrutar las cosas que nos encontramos en el camino, también debemos como seres humanos saber hacia dónde vamos a caminar. Es muy fácil disfrutar del camino cuando ganas una suma cuantiosa de dinero por hacer lo que te gusta, pero no todos tenemos la misma fortuna que tienen unos pocos, el mundo sería otro si todo fuese felicidad para todos.

Por eso aquellos a los que no nos acompaña en muchas ocasiones la fortuna tenemos que conocer nuestras limitantes, y trabajar en función de eso para alcanzar las metas que nos sean posibles alcanzar. En los países del mal llamado tercer mundo hay muchas limitantes en cuanto al progreso económico de aquellos que tristemente no nacieron en una cuna de oro, y son ignorados y tratados de holgazanes por aquellos que sí tuvieron la dicha de pertenecer a una familia que desde tres o cuatro generaciones atrás están posicionados económicamente mejor.

Sin embargo esto no es una excusa para justificar el fracaso de las clases menos dominantes porque han habido casos de personas que han logrado alcanzar sus sueños derramando sangre, sudor y lágrimas, pero son un puñado dentro del vulgo. Los demás tenemos que continuar valiéndonos de lo poco que sobra para avanzar en un mundo donde la meritocracia es sólo un concepto escrito en un diccionario aristócrata.

Lo importante es que ante tantas dificultades que se nos puedan presentar en el camino, tengamos la capacidad de seguir caminando y no desistir en alcanzar los propósitos que tengamos. Unos tienen el propósito de culminar sus estudios y convertirse en grandes profesionales, otros tienen el propósito de mantener a sus familias en el bienestar, otros más intentan crear un negocio o materializar una idea de la que dependan para poder subsistir; hay muchos propósitos nobles que se pueden encontrar en tantas personas que conformar este mundo, y así como existen también se desvanecen.

Para poder tener la capacidad de continuar es necesario pausar nuestra vida por un momento. Perdernos en nuestro destino es contraproducente para nuestra existencia porque nos perdemos también de otros factores que ignoramos en el momento, pero que pueden ser de gran ayuda para lograr nuestros propósitos, o al menos en el peor de los casos consolarnos ante el fracaso y darnos la fuerza para no desistir. Existen personas que por perderse en sus propósitos terminan sus vidas deprimidos o resentidos, lo que les impide avanzar cuando quizás están a sólo pocos pasos de llegar a sus destinos.

Las pausas nos ayudan además a conocer otros caminos por donde llegar, que pueden ser mucho más extensos o pueden parecer difíciles pero como en la vida todo es cuesta arriba para el que nace sin ser un privilegiado, es necesario aceptar esa realidad y tomar la disposición de caminar por las veredas oscuras y solitarias por donde nadie se atreve a ir para poder llegar al destino. Lo importante es llegar sin importar cómo, pueden decir algunos, pero muchas veces esos "cómos" nos quedan pesando en la conciencia toda la vida, en otras palabras, no es lo mismo llegar a tener una casa o un carro con el sudor de nuestro esfuerzo que robando o matando a otro que lo tenga para que llegue a ser de nuestra posesión, las cárceles están llenas de estafadores, asesinos y ladrones que intentaron llegar a su destino caminando por la avenida principal cuando debieron ir por los caminos de la tierra para ensuciarse los pies.

Obviamente no somos quienes para criticar las decisiones de otras personas, primero porque todos cometemos errores en nuestras vidas por distintos motivos, unos más nobles que otros, que nos impulsan a realizar acciones desesperadas; y segundo porque como menciono antes, ninguno tiene aquí las mismas posibilidades ni las mismas capacidades que otros, no somos iguales en cuanto a existencia, cada cual es un universo distinto lleno de errores y logros, fracasos y victorias, sólo que hay quienes por evadirse la ética y la moral en sus acciones buscan el camino fácil. Es un tema muy complejo de discutir, y que sin duda merece muchas más líneas que las que estoy escribiendo, son problemas inagotables que surgen a medida que existen los seres humanos dentro del mundo y que se van transformando mediante vamos evolucionando o involucionando como sociedad. Depende del cristal con que se mire.