Hola Hive, espero que todos estén muy bien. Hoy quiero compartir con ustedes un poco de la historia de la doma en Argentina.
Para comprender esto, es importante hacer una salvedad entre lo que es domar (amansar) y lo que es la jineteada (deporte donde el jinete muestra su destreza sobre un caballo que intenta librarse de él).
Si bien en la historia las dos disciplinas iban de la mano, con el tiempo se fueron separando y marcando límites que muestran fines diferentes.
Todo comenzó hace unos siglos atrás, cuando el gaucho argentino se hacía de caballos salvajes para su propiedad y los utilizaba como transporte y también para su trabajo. En ese momento, solo contaba con su ingenio y, es por eso que el método que utilizaba era violento y de sometimiento.
Sus herramientas eran su caballo de andar (ya amansado y que se dejaba montar sin problemas), su recado (montura) y su lazo o boleadoras, que usaba para agarrarlos (cogerlos).
Luego venía la palenqueada (se los ataba a un palo fuerte y el caballo luchaba hasta que, por cansancio, se daba cuenta de que no podía liberarse), la maneada (se los esposaba para que no se movieran); de esta forma, se les ponía el recado (montura) para finalmente montarlos.
Acá, en la monta, el gaucho lo debía jinetear (quedarse montado) y luego comenzar a enseñarle todo el proceso para lograr, después de un tiempo, tener un nuevo caballo de andar (manso).
Más cerca en el tiempo (más en la actualidad), se comenzó a utilizar a los caballos que ponían más resistencia a ser amansados en el deporte de la jineteada(se los llama reservados), y los caballos menos resistentes, por llamarlo de algún modo, eran los más confiables para convertirse en caballos de andar.
Si bien podemos hablar de que el deporte de la jineteada es violento y, a mi criterio personal, esto es así, esto está marcado por la cultura del gaucho.
Ahora sí, les quiero hablar de la doma, a lo que me dedico yo. Antes, para domar un caballo, era condición fundamental ser un jinete capaz de aguantar las reacciones del caballo (jinetearlo) y, si bien tener esa cualidad ayuda, a mi criterio, no es algo fundamental, porque está ya demostrado que muchos de los jinetes no son buenos domadores y muchos de los domadores no son buenos jinetes (aunque hay algunos que son buenos en las dos cosas).
En lo personal, si me preguntan, elijo para amansar a un caballo a alguien que no sea un gran jinete. Si me preguntan el por qué?, diré que el domador que no tiene como fin usar su destreza va a utilizar todos los medios para obtener respuestas y no reacciones del caballo; además, va a ser más sabio.
Esto es muy importante porque los métodos serán menos violentos y se disminuirán los riesgos tanto para él como para el caballo en el proceso de doma, aunque sea tradicional.
La doma tradicional se diferencia de lo que en estos tiempos hemos dado en llamar la doma racional sin violencia y, sin juzgar a los antiguos, creo que es importante entender su contexto y, desde ahí, evolucionar hacia algo mejor. La doma racional sin violencia, a mi entender, es el mejor camino para obtener mejores caballos de andar.
Aquí les dejo algo de lo que hemos logrado con Otoño en la finca de @meno. También vean lo que ha logrado Andrés con su dieta, ja. En otras publicaciones les hablaré del proceso de doma racional sin violencia con Otoño.
Saludos,
David