Saludos amigos de esta gran comunidad
La iniciativa "Echame el cuento" en esta oportunidad nos ha invitado a hablar sobre nuestra conexión con Dios,un tema muy espiritual y hermoso porque así como tenemos diferentes percepciones sobre la importancia de Dios en nuestras vidas, estamos todos conectados a él aún cuando no podamos sentirlo.
Generalmente clamamos a Dios cuando estamos en una situación angustiante de la que no sabemos cómo salir, cuando el miedo nos paraliza y decimos en voz baja o en la mente "Dios ayúdame".
En esta iniciativa de mis amigas @brujita18 y @annafenix, les quiero compartir como fue mi proceso y como comencé a sentir a Dios, a tener la certeza de que él respondería a mi llamada de auxilio y digo esto porque ahora comprendo que él siempre ha estado a mi lado, acompañándome y cuidándome, solo que yo no lo sentía y mucho menos lo escuchaba, aunque creía en su existencia como el Dios todopoderoso y amoroso que nos creó a su imagen y semejanza.
Desde pequeña mi madre me crio dentro de la religión católica y, aunque fui bautizada e hice la primera comunión, y asistía con frecuencia a la iglesia, conforme crecía, mi conciencia comenzó a cuestionar sus enseñanzas y normas y me fui alejando.
Mi creencia en Dios se limitaba a rezar y asistir a la iglesia durante Semana Santa y en Navidad, creer en los ángeles y en algunos santos, esto heredado de mi madre. Y aun cuando él estuvo presente sin sentirlo desde que nací, no fue sino hasta muchos años después cuando mi estabilidad emocional y mi equilibrio se vio alterado, que tuve una gran necesidad de Dios.
Yo era una persona tranquila que vivía sin mayores problemas, estaba trabajando en lo que me gustaba, tenía una familia amorosa y no tenía mayores responsabilidades.
Pero la vida me dio un vuelco y el miedo a no saber cómo enfrentar lo que estaba sucediendo, me paralizó. No podía hablar de lo que me pasaba con mi familia y mucho menos con amigos.
Un día, al salir del trabajo muy desorientada y triste, estuve caminando un rato por el centro de la ciudad. Pasé frente a la catedral y me detuve en la puerta. Yo tenía muchos años sin entrar en una iglesia. Pero sentí que debía hacerlo, era como si escuchara una voz en mi interior que me invitaba a pasar. Lo hice. La iglesia estaba casi vacía. Caminé en su penumbra y me senté en un banco. Allí lloré y hablé con Dios. Le pedí que me ayudara. Me arrodille y me quedé un rato en silencio. Mi alma se fue calmando poco a poco. Fue como un bálsamo.
Ese reencuentro con Dios me ayudó a tener una mayor fortaleza y con los años fui superando los problemas. Sin embargo, todavía me sentía alejada. Y no tenía nada que ver con la religión, sino con mi comunicación personal con él.
Comencé a leer algunos libros que fueron abriendo mi conciencia sobre el significado de Dios y cómo alcanzar estados de calma que me permitieran escuchar esa voz interna. Empecé a meditar.
Entendí que Dios responde a la oración, al clamor, cuando se tiene una gran fe. Lo he comprobado en diferentes situaciones. Y lo que es asombroso es que la respuesta llega de manera imprevista y como uno menos la espera. Por eso dicen que Dios obra de manera misteriosa. Hay que creer y esperar.
En un momento de mi vida, tenía una gran urgencia por mudarme con mi familia del apartamento donde vivía, pues lo iban a vender y no podíamos comprarlo. Le pedí a Dios que me ayudara a conseguir un lugar. Encontrée una opción dentro de mis posibilidades, aunque me quedaba en una zona un poco lejos y era muy pequeño para mis dos hijas y yo. Sin embargo la presión que tenía de los dueños del apartamento, hizo que me decidiera. Llamé a la dueña y le dí un dinero de reserva. Y acordamos firmar el contrato el día viernes a las 9am. Ese día a las 6 de la mañana, tenía una llamada perdida. No conocía el número.
Como a las 7 am me vuelven a llamar. Era una amiga que tenía muchos años sin ver, pues se había ido del país. "Morela me enteré que estabas buscando donde mudarte" Y cómo se enteraria, pensé pero no le pregunté. Yo le dije que era cierto pero ya habia conseguido donde vivir. "No, no te vayas para allá". Su tono fue tan tajante que me sorprendio. Le dije "Pero es que justamente ahora voy a ir a firmar el contrato". Me respondio "Mi apartamento está vacio, mudate para allá". Me quedé tan soprendida por ese repentino ofrecimiento. Y sin pensarlo mucho le dije que sí. Estaba en la misma utbanización donde viviamos. Y aún estoy aca.
Entendi que Dios me hablaba a través de mi amiga. Que la solución no era la que yo había encontrado, sino la que él me envio.
Mi cuarta hija tiene una gran intuición y sensibilidad. Y se que algunas personas como ella, pueden comunicarse mas fácilmente con Dios. A través de los sueños ella ha recibido mensajes de eventos que sucedieron posteriormente y también de una promesa que yo debía cumplir. La claridad en el mensaje de sus sueños es sorprendente y maravilloso.
Con la ayuda de ella he comenzado a leer la biblia, lo que por muchos años no hice, y he ido comprendiendo que Dios envio a su hijo Jesús a dar a la humanidad otra oportunidad. Es un gran amor que debemos corresponder con amor. Y agradecer cada dia de vida y cada oportunidad de aprender y de ayudar.
Ahora mi comunicación con Dios es mas intima. No solo a traves de las oraciones, sino como si hablara con mi padre. Le digo como me siento, le hablo de mis hijos, porque ellos estan lejos y siento una necesidad muy grande de pedirle a el que los guie y los proteja. Cuando estan enfermos, le pido que los ayude a sanar. Las respuestas de Dios son a traves de las buenas noticias que ellos me dan cuando conversamos.
Dios tambien me habla cuando al despertar veo un hermoso cielo, los pájaros cantando y revoloteando, el sol brillando y también cuando llueve y el viento refresca la tarde y los árboles se ven muy verdes. De esa manera tan hermosa me dice que todo lo que existe es un regalo que hay que agradecer y que mientras él permanezca conmigo todo va a estar bièn.
Muchas gracias por leer estas reflexiones y anécdotas de vida sobre mi relación con Dios. Invito a mis amigos @katleya, @maxjulisgf y @actioncats a participar. Aqui el enlace .
Greetings friends of this great community
The Tell the my story initiative this time has invited us to talk about our connection with God, a very spiritual and beautiful topic because just as we have different perceptions about the importance of God in our lives, we are connected to him even when we do not feel it inside us.
We usually cry out to God when we are in a distressing situation that we don't know how to get out of, when fear paralyzes us and we say in a low voice or in our mind “God help me”.
In this initiative of my friends @brujita18 and @annafenix I want to share with you how my process was and how I began to feel God, to have the certainty that he would respond to my call for help and I say this because now I understand that he has always been by my side, accompanying me and taking care of me, only that I did not feel him and much less heard him, although I believed in his existence as the almighty and loving God who created us in his image and likeness.
Since I was a little girl my mother raised me within the Catholic religion and, although I was baptized and made my first communion, and frequently attended church, as I grew up, my conscience began to question its teachings and norms and I began to drift away.
My belief in God was limited to praying, believing in angels and some saints, inherited from my mother. And even though he was present without feeling it since I was born, it was not until many years later that my emotional stability and balance was restored, I had a great need to talk to God.
I was a quiet person who lived without major problems, I was working in what I liked, I had a loving family and no major responsibilities.
But life turned upside down and the fear of not knowing how to face what was happening paralyzed me. I couldn't talk about what was happening to me with my family, much less with friends.
One day, after leaving work very disoriented and sad, I was walking for a while in the center of the city. I passed near the cathedral and stopped at the door. I had not entered a church for many years. But I felt I had to, it was as if I heard a voice inside me inviting me to come in. I did. The church was almost empty. I walked into its gloom and sat down in a pew. There I cried and talked to God. I asked Him to help me. I knelt down and remained silent for a while. My soul calmed down little by little. It was like a balm.
That encounter with God helped me to have greater strength and over the years I overcame my anguish. However, I still felt distant. And it had nothing to do with religion, but with my personal communication with him.
I began to read some books that opened my awareness about the meaning of God and how to reach states of calm that would allow me to listen to that inner voice. I began to meditate.
I understood that God responds to prayer, to the cry, when one has great faith. I have proven it in different situations.
And what is amazing is that the answer comes unexpectedly and as one least expects it. That's why they say that God works in mysterious ways.
At one point in my life, I had a great urgency to move with my family from the apartment where I was living, because they were going to sell it and we could not buy it. I asked God to help me find a solution. I found an option within my means, although it was a bit far away and too small for my two daughters and me. However, the pressure I had from the owners of the apartment, made me decide. I called the owner and gave her some money as a deposit. And we agreed to sign the contract on Friday at 9am. That day at 6am, I had a missed call. I didn't know the number.
At about 7am they called me again. It was a friend I had not seen for many years, as she had left the country. “Morela, I heard that you were looking for a place to move” How would she find out, I thought but I didn't ask her. I told her it was true but I had already found a place to live. “No, don't go there.” His tone was so blunt that it surprised me. I said “But I'm going to sign the contract right now”. He replied “My apartment is empty, move there”. I was so surprised by this sudden offer. And without thinking too much I said yes. It was in the same residence where we lived. And I am still here. I understood that God was speaking to me through her.
My fourth daughter has great intuition and sensitivity. Some people can communicate more easily with God. Through dreams she has received messages of events that happened later and also of a promise that I was to fulfill. The clarity in the message of her dreams is amazing and wonderful.
With her help I have begun to read the bible, which for many years I did not do, and I have come to understand that God sent his son Jesus to give mankind another chance. It is a great love that we must reciprocate with love. And to be grateful for every day of life and every opportunity to learn and to help.
Now my communication with God is more intimate. Not only through prayers, but as if I were talking to a father. I tell him how I feel, I talk to him about my children, because they are far away and I feel a great need to ask him to guide and protect them. When they are sick I ask him to help them heal. God's answers are through the good news they give me when we talk.
God also speaks to me when I wake up and see a beautiful sky, the birds singing and fluttering, the sun shining and also when it rains and the wind cools the afternoon and the trees look very green. In this beautiful way he tells me that everything that exists is a gift to be grateful for and that as long as he remains with me everything will be fine.
Thank you so much for reading these reflections and life anecdotes about my relationship with God. I invite my friends @katleya, @maxjulisgf and @actioncats to participate. Here is the link
La imagen de la presentación la edite en Canva con una fotografía propia.
La traducción al inglés lo realicé en www.deepl.com
Las fotografias 1,2 y 3 son propiaa