Esta semana los amigos de la comunidad @ecotrain nos dejan la última pregunta de la temporada dedicada a la espiritualidad: ¿Necesitamos un Gurú o Maestro para nuestro crecimiento espiritual? Como todas las preguntas anteriores esta nos abre un buen espacio para nuestras reflexiones. Comparto la mías.
Creo que todos los seres venimos al mundo dotados de espiritualidad, la que se puede manifestar de muchas formas a lo largo de la vida. Y también se puede dar el caso que aprendamos a reprimirla.
La presencia de lo espiritual lo podemos apreciar fácilmente en los niños; hay unos que desde pequeños muestran una sensibilidad especial hacia el mundo que los rodea, parecen que tienen el don de comunicarse con todos los seres. Tocan las piedras, las plantas, los animales y con todos se sienten maravillados, sin que se sientan tentados a golpearlos o dañarlos.
Y están los que responden de otra manera, no sienten la misma motivación y asombro ante las cosas y sienten el deseo de romper y maltratar.
En ambos casos está presente la espiritualidad. Pero se me ocurre pensar que en los primeros es más probable que llegue el despertar espiritual sin que medie ningún Maestro. Mientras que los segundos probablemente necesiten más de un guía para lograr conectarse con su mundo espiritual.
Casi todas las cosas de la vida las aprendemos por imitación o modelado. De niño aprendemos las costumbres del mundo de los adultos de tanto convivir con ellos. Nuestros padres y familiares son nuestros primeros maestros. Si nos tocó una familia de creyentes nuestra tendencia natural será a cultivarnos en las creencias. Por el contrario, si nos tocó vivir en una familia de agnósticos o ateos, seguramente que nos costará mucho más acceder a lo espiritual, por la sencilla razón de que esas vivencias han estado ausentes de nosotros. Pero siempre tendremos la opción de cambiar nuestra manera de entender la vida. Para nada estamos condenados a repetir lo que aprendimos de niños.
Soy de las personas que necesité de un Maestro para avanzar en mi crecimiento espiritual, se trató de un gran hombre, un Sacerdote Salesiano que ya no está entre nosotros. Nuestro encuentro se produjo cuando ya yo estaba casi en los cuarenta años. Y antes de ese tiempo había tenido más bajas que altas en mi relación con lo espiritual. La verdad es que andaba muy perdido.
Cuando la vida me puso en el camino a ese Maestro que les menciono ya yo estaba preparado para recibir sus enseñanzas. Se cumplió entre nosotros aquella sabia máxima del Budismo: “Cuando el alumno está preparado aparece el Maestro”.
De haberme encontrado con él unos años antes quizá hubiese desaprovechado toda la sabiduría que él depositó en mí. Es probable que mi terquedad hubiese sido tan fuerte como para mantener mi corazón cerrado a esa experiencia espiritual. O quizá, el aura que acompañaba aquel hombre hubiese sido tan potente como para romper la coraza que yo me había creado en aquel tiempo.
El caso fue que logramos encontrarnos en el momento más oportuno, cuando mi corazón estaba dispuesto para recibir y cuando él todavía contaba con el tiempo suficiente para dar.
En casi veinte años que estuve a su lado sus enseñanzas impactaron decisivamente mi forma de ver la vida, de relacionarme conmigo y con los demás. Siempre me he sentido afortunado de que nuestros caminos se cruzaran.
A veces pienso que a lo mejor para ese momento en que nos encontramos ya yo estaba viviendo un momento de cambio, no sé. Y que aún sin haberme topado con él quizá hubiese vuelto a transitar los caminos de la espiritualidad que había abandonado en mi juventud. Pero eso por supuesto nunca lo sabré y pensarlo solo son divagaciones para momentos de ocio.
Pienso que hay personas excepcionales que pueden lograr el despertar espiritual sin la presencia de nadie, solamente impulsados por la misma fuerza de la espiritualidad. Pero esos deben ser muy pocos.
La mayoría necesita un guía que los ayude a transitar el camino de la espiritualidad. Prueba de eso es la multitud de gurúes de todo tipo que existen en nuestro tiempo. Los hay para todos los gustos, para todos los presupuestos, y hasta están los hechos a la medida.
Vivimos una época de renacimiento de lo espiritual, esto puede ser muy positivo porque nos pone en otra onda de pensamiento, pero también tiene el riesgo de que por premura nos pongamos en las manos de alguien que se declara Maestro y en realidad solo es un aprovechador de la necesidad del otro, esto ha ocurrido y sigue ocurriendo.
No siempre será fácil encontrar al Maestro idóneo y para algunos significará pasar por muchas experiencias. Su corazón les dirá cuando habrán dado con él.
Gracias por tu tiempo.
This week the friends of the @ecotrain community leave us the last question of the season dedicated to spirituality: Do we need a Guru or Master for our spiritual growth? Like all the previous questions this one opens a good space for our reflections. I share mine.
I believe that all beings come into the world endowed with spirituality, which can manifest itself in many ways throughout life. And it can also be the case that we learn to repress it.
The presence of the spiritual can be easily appreciated in children; there are some who from an early age show a special sensitivity to the world around them, they seem to have the gift of communicating with all beings. They touch the stones, the plants, the animals and with all of them they feel amazed, without being tempted to hit them or harm them.
And there are those who respond in another way, they do not feel the same motivation and amazement before things and feel the desire to break and mistreat.
In both cases spirituality is present. But it occurs to me to think that in the first ones it is more probable that the spiritual awakening arrives without the mediation of any Master. While the second ones probably need more than one guide to be able to connect with their spiritual world.
We learn almost everything in life by imitation or modeling. As a child we learn the ways of the adult world by living with them. Our parents and relatives are our first teachers. If we come from a family of believers, our natural tendency will be to cultivate our beliefs. On the contrary, if we lived in a family of agnostics or atheists, surely it will be much more difficult for us to access the spiritual, for the simple reason that these experiences have been absent from us. But we will always have the option to change our way of understanding life. We are not condemned to repeat what we learned as children.
I am one of the people who needed a Master to advance in my spiritual growth, it was a great man, a Salesian Priest who is no longer with us. Our meeting took place when I was almost forty years old. And before that time I had had more lows than highs in my relationship with the spiritual. The truth is that I was very lost.
When life put me in the path of that Master I mentioned to you, I was already prepared to receive his teachings. That wise maxim of Buddhism was fulfilled between us: "When the student is ready, the Master appears".
If I had met him a few years earlier, perhaps I would have wasted all the wisdom he had deposited in me. It is likely that my stubbornness would have been so strong as to keep my heart closed to that spiritual experience. Or perhaps, the aura that accompanied that man would have been so powerful as to break the armor that I had created for myself at that time.
The fact was that we managed to meet at the most opportune moment, when my heart was ready to receive and when he still had enough time to give.
In almost twenty years that I was by his side, his teachings had a decisive impact on my way of seeing life, of relating to myself and to others. I have always felt fortunate that our paths crossed.
Sometimes I think that maybe by the time we met I was already living a moment of change, I don't know, and that even without having met him, perhaps I would have returned to the paths of spirituality that I had abandoned in my youth. But of course I will never know that, and thinking about it is only ramblings for moments of leisure.
I think that there are exceptional people who can achieve spiritual awakening without the presence of anyone, only driven by the same force of spirituality. But those must be very few.
Most of them need a guide to help them walk the path of spirituality. Proof of this is the multitude of gurus of all kinds that exist in our time. There are gurus for all tastes, for all budgets, and there are even those that are tailor-made.
We live in a time of spiritual renaissance, this can be very positive because it puts us in another wave of thought, but it also has the risk that by haste we put ourselves in the hands of someone who claims to be a Master and in reality is only a profiteer of the need of others, this has happened and continues to happen.
It will not always be easy to find the right Master and for some it will mean going through many experiences. Your heart will tell you when you have found the right one.
Thank you for your time.
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