Hello, dear Ecency community! After a year away, I’m back with a heart full of stories and a huge desire to reconnect. I used to share little pieces of my life: my family, my gym days, and thoughts on personal growth. But 2024 was a rollercoaster that kept me away. Between challenges, changes, and a few beautiful moments, I couldn’t be as active here. That changes today! I want to share what happened, why I’m back, and what I’m bringing to Ecency. Will you join me in this reunion? Please, tell me in the comments how you’ve been!
In 2024, life threw me a curveball I didn’t see coming. Mid-year, I was diagnosed with a cerebrospinal fluid (CSF) leak, a rare condition where the fluid that protects the brain and spinal cord leaks out—in my case, through my nose. It sounds strange, but it’s real: you suddenly notice this constant drip, and it’s not a cold. The hardest part isn’t just the headaches or discomfort—it’s the extreme care I have to take. Any infection, even a simple cold, could be dangerous because bacteria could reach my brain.
This diagnosis forced me to hit pause on everything. I had to take a leave from university, where I’m studying to become a translator and interpreter; say goodbye to the gym, my refuge and passion; and completely give up my job as a manicurist, partly because of the leak and partly due to allergies—well, that’s a story for another day! Everything that filled my days came to a halt, and it felt like life was asking me to start from scratch.
At first, I was in complete denial. I kept telling myself, “No, this can’t be happening. I’m young, I’m healthy, why me?” It was like putting on armor to avoid facing the truth. But that armor only made me feel lonelier, more lost. I bet we’ve all felt that at some point, right? Denying a problem to avoid dealing with it. Spoiler: it doesn’t work.
Learning to Accept and Move Forward
Even though the CSF leak is still with me, I’ve learned to manage it and I’m in a better place to face this challenge. It’s not a straight path: some days I feel strong, others I have to take it slow. But I’ve learned to listen to my body and not blame myself for needing to go easy.
My small victories keep me going. A short walk feeling the fresh air, getting lost in a romantic novel, or sipping a coffee calmly while planning my day—those things make me smile. This year taught me that the challenges the universe throws at us aren’t meant to break us but to shape us. My diagnosis was like a tough but wise teacher, showing me that resilience isn’t about pretending everything’s okay but finding strength to grow even when it’s scary.

Why Did I Return to Ecency?
Ecency is like a digital home for me. Here, I can be myself, unfiltered, and share my truth with people who value real stories. I missed writing, diving into your posts, and feeling the unique connection of this community. Now that I’m feeling stronger, I want to fill this space with my voice again. I plan to share my journey with my health, the small steps I’m taking to get back to the gym (even if it’s just walks for now!), and my adventures as a translation student. I’m also excited to write about positive mindset, sustainability, and how to face life’s challenges with hope.
Ecency is my canvas to inspire and be inspired. I want my posts to feel like a hug, a reminder that even on the grayest days, there’s always a spark of light waiting to shine.

Have you ever had to pause everything because of a challenge that caught you off guard? What helped you find the strength to keep going? Tell me in the comments—I promise to read and reply with love! Also, what would you like me to share in my next posts? Your stories and suggestions are my fuel.
Thank you for welcoming me back to this reunion!
My native language is Spanish, I used the Yandex translator. All photos are my property.
Versión en español.
¡Hola, querida comunidad de Ecency! Después de un año sin asomarme por aquí, estoy de vuelta con el corazón lleno de historias y unas ganas enormes de reconectar. Antes solía compartir pedacitos de mi vida: mi familia, mis días en el gym, y reflexiones sobre superación. Pero el 2024 fue como una montaña rusa que me mantuvo lejos. Entre retos, cambios y algunos momentos bonitos, no pude estar tan activa. ¡Hoy eso cambia! Quiero contarles qué pasó, por qué estoy de regreso y qué traigo para compartir en Ecency. ¿Me acompañan en este reencuentro? ¡Por favor, cuéntenme en los comentarios cómo han estado ustedes!
El 2024 me dio un giro que no esperaba. A mediados de año, me diagnosticaron una fístula de líquido cefalorraquídeo (LCR), una condición rara donde el líquido que protege el cerebro y la médula espinal se filtra, en mi caso, saliendo por la nariz. Es algo que suena raro, pero es real: de repente, notas ese goteo constante, y no es un resfriado. Lo más difícil no son solo los dolores de cabeza o la incomodidad, sino el cuidado extremo que debo tener. Cualquier infección, como un simple resfriado, podría ser peligrosa porque las bacterias podrían llegar al cerebro.
Este diagnóstico me obligó a pausar todo. Tuve que pedir una licencia en la universidad, donde estoy estudiando para ser traductora e intérprete; despedirme del gimnasio, que era mi refugio y mi pasión; y abandonar mi trabajo como manicurista, en parte por la fístula y en parte por unas alergias que, bueno, ¡esa es otra historia para otro día! Todo lo que llenaba mis días se detuvo, y fue como si la vida me pidiera empezar de cero.
Al principio, estaba en negación total. Me decía: “No, esto no me está pasando. Soy joven, estoy sana, ¿por qué yo?”. Era como ponerme una armadura para no enfrentar la verdad. Pero esa armadura solo me hacía sentir más sola, más perdida. Creo que todos hemos sentido eso alguna vez, ¿verdad? Negar un problema para no lidiar con él. Spoiler: no funciona.
Aprendiendo a aceptar y avanzar
Aunque la fístula de LCR sigue activa, he aprendido a sobrellevar la situación por lo que ya estoy en un mejor momento para enfrentar este reto. No es un camino recto: hay días en los que me siento fuerte y otros en los que debo ir con más cuidado. Pero he aprendido a escuchar a mi cuerpo y a no culparme por necesitar tomármelo con calma.
Mis pequeñas victorias me dan vida. Una caminata corta sintiendo el aire fresco, perderme en una novela romántica, o tomarme un café tranquilita mientras planeo mi día: esas cosas me hacen sonreír. Este año me enseñó que los retos que nos pone el universo no son para rompernos, sino para moldearnos. Mi diagnóstico fue como un maestro exigente que me mostró que la resiliencia no es fingir que todo está bien, sino encontrar fuerza para crecer incluso cuando asusta.

¿Por qué volví a Ecency?
Ecency es como un hogar digital para mí. Aquí puedo ser yo, sin filtros, y compartir mi verdad con personas que entienden el valor de una historia real. Extrañé escribir, perderme en sus posts, y sentir esa conexión única de esta comunidad. Ahora que me siento más fuerte, quiero volver a llenar este espacio con mi voz. Planeo compartir mi camino con la salud, los pasitos que doy para volver al gym (¡aunque sea con caminatas por ahora!), y mis aventuras como estudiante de traducción. También me emociona escribir sobre mentalidad positiva, sostenibilidad, y cómo enfrentar los retos de la vida con esperanza.
Ecency es mi lienzo para inspirar y dejarme inspirar. Quiero que mis posts sean como un abrazo, un recordatorio de que incluso en los días más grises, siempre hay una chispa de luz esperando a brillar.

¿Alguna vez han tenido que pausar todo por un reto que los tomó por sorpresa? ¿Qué los ayudó a encontrar fuerza para seguir? ¡Cuéntenme en los comentarios, prometo leerlos y responder con cariño! También, ¿qué les gustaría que comparta en mis próximos posts? Sus historias y sugerencias son mi gasolina.
¡Gracias por darme la bienvenida en este reencuentro.
Todas las fotos son de mi propiedad.