Hola, me alegra que te pasaras por aquí. ¿Te quedas un rato?
Hoy amanecí con la nostalgia cabalgando mis hombros, y una canción con pretensiones de estocada.
La nostalgia la puso mi esposo, con sus labios de video chat que no puedo aplastar con un beso, y una ausencia que ya envejece en mi almanaque.
De la canción es culpable James Hethfiel...
Tan cerca, no importa lo lejos.
No podría ser más sincero.
Siempre confiando en quienes somos.
Y nada más importa
No sé si repito el estribillo porque me lo creo o para convencerme de que no soy aquel mito deshilando en las noches excusas y esclusas para traerte antes del tiempo porque me marchita, y mucho, lo lejos.
Pienso qué probabilidades había de recordar justo esa canción con tanto pop tristón en el mundo para servir de leitmotiv a esta historia.
En cambio fui a sacar con pinzas una balada melódica de entre todo el pesado universo musical de Metallica. Quizás fue precisamente eso: la explosión genuina del que nunca confesó una "debilidad"; la honestidad del monstruo que, en pleno álbum oscuro, descubre que tiene un corazón... Ese amor me lo creo.
Nunca me importó lo que saben.
Pero lo sé.
Nunca me abrí de esta manera
Si esperamos sobrevivir tanto tiempo de palabras y promesas no quiero las ligeras, las aguadas, berborrea de dandies, cupidos de neón para hipnotizar incautos. Quiero la promesa ronca que suda y tiembla al nacer, hija única que se guarda con celo,
que se guarda.
Todas estas palabras, no solo las digo.
Y yo no solo las escucho, leo entre gestos y silencios asombradamente cómo te madura mi amor dentro. Reinvento mis caminos hacia ti, abrazo códigos apenas estrenados. Te adaptas. Me adapto.
Confianza busco y encuentro en ti.
Cada día para nosotros algo nuevo.
Mente abierta para una visión diferente
No sé si de tanto vibrar con los riffs, o de desgastarme en la lijosa voz de Hetfield, pero siento que la nostalgia ya no me cabalga (me sigue mansamente de la rienda) y la estocada devino en abrazo, quién lo diría.
Ahora tengo las fuerzas para recordarme que tu ausencia es temporal, que todos tus caminos te traen hacia mí, que hoy ya fue un día menos de esperarte, que este abrazo te encontrará al fin, y nada más importa.
No, nada más importa
Y a ti, gracias por pasarte
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Hi, I'm glad you stopped by. Are you staying a while?
Today I woke up with nostalgia riding my shoulders, and a song that pretended to be a stab.
My husband brought the nostalgia, with his video chat lips that I can't crush with a kiss, and an absence that's already aging in my calendar.
James Hethfield is to blame for the song...
So close, no matter how far
Couldn't be much more from the heart
Forever trusting who we are.
And nothing else matters
I don't know if I repeat the chorus because I believe it or to convince myself that I'm not that myth unraveling excuses and locks at night to bring you back before my time because the distance withers me, a lot.
I wonder what the odds were of remembering that exact song, with so much sad pop in the world, to serve as the leitmotif for this story.
Instead, I went to carefully pick out a melodic ballad from the entire heavy musical universe of Metallica. Perhaps it was precisely that: the genuine explosion of someone who never confessed to a "weakness"; the honesty of the monster who, in the midst of a dark album, discovers he has a heart... I believe that love.
I never cared what they know. But I know. I never opened up like this
If we hope to survive this long on words and promises, I don't want the light, the watered-down, the babble of dandies, the neon cupids to hypnotize the unwary. I want the husky promise that sweats and trembles at birth, an only child who jealously guards herself, who guards herself.
All these words, I don't just say them.
And I don't just hear them, I read between gestures and silences, amazed, how my love matures within you. I reinvent my paths toward you, I embrace newly discovered codes. You adapt. I adapt.
I seek and find trust in you. Every day something new for us. Open mind for a different vision
I don't know if it's from vibrating so much with the riffs, or from wearing myself out in Hetfield's slick voice, but I feel like nostalgia no longer rides me (it follows me meekly by the reins) and the stab has turned into a hug, who would have thought.
Now I have the strength to remind myself that your absence is temporary, that all your paths lead you to me, that today was just one less day of waiting for you, that this hug will finally find you, and nothing else matters.
No, nothing else matters
And to you, thanks for stopping by.
This post was written AI-free. The photo is my own, and the image was generated in Luzia. The banners were designed in Canva.