Hi, girls ☺️.
Today I'm happy because I'm on vacation with my whole family.
Yesterday, I told you in my previous post about how scared I was, as a protective mother, about letting my oldest son travel alone for the first time.
A few days ago, we wrote here about magic and how my husband says I have powers, even though I don't believe it. Well, once again, his words make sense, "believe it or not."
It turns out that in my province, buses to Havana only leave at night (at 7 and 9 pm). However, since I still didn't want to let my son Carlos travel alone, as he had a taxi reservation at 4:00 pm, I went to see the terminal manager to see if she could arrange a ticket for me so he could go with me.
As it turns out, they not only arranged a ticket for him, but also for my other son, Diego, and me, on a bus that miraculously appeared at 2:00 pm. An unheard-of schedule, according to what I was told.
These are the times when you'll see magic, I believe, in everything they tell me I am or exists.
My children traveled with me during the day since I don't like traveling at night. We travel even with guitars.
This post today is about faith. The faith we, as mothers and women, must have in ourselves, that everything will be okay if we believe in ourselves and that we can achieve anything we want.
Faith is something immeasurable and ineffable. But real.
To the topic of faith in all its meanings and variations. I'm talking about faith in ourselves, in God, in magic, and in keeping an open mind to all possibilities.
Of course, no matter how much we have, we can't stop working and taking action to make our wishes come true.
Yes, I could have wished for anything. But if I hadn't gone to the station for two days straight to talk to the bosses, I would never have gotten on the bus.
You have to have faith, girls, but you have to do your part and work hard for your dreams.
Faith alone won't move mountains. But we did.
Abel had to go ahead alone to prepare the house and for our arrival. Otherwise, he would have gone with us too. Of that, I have no doubt.
Versión en español
Hola, chicas ☺️.
Hoy estoy feliz, ya que ando de viaje de vacaciones con mi familia completa.
El día de ayer les comenté en mi post anterior del miedo que tenía, como madre protectora que soy, a dejar viajar solo a mi hijo mayor por primera vez.
Hace unos días escribimos aquí sobre la magia y de cómo dice mi esposo que tengo poderes, aunque no lo crea. Bueno, pues otra vez sus palabras vuelven a tener sentido, “aunque no lo crea”.
Resulta que en mi provincia, los ómnibus hacia La Habana, solo salen de noche (a las 7 y 9 pm). Sin embargo, como aún no quería dejar viajar solo a mí hijo Carlos, quien tenía reservado para un taxi a las 4:00 PM, fui a ver a la jefa de la terminal a ver si podía resolverme un pasaje para que él pudiera irse conmigo.
Resulta que, no solo me resolvieron a él, mi otro hijo, Diego y a mí, en una guagua que apareció milagrosamente a las 2:00 pm. Un horario inaudito, según me dijeron.
Estas son las ocasiones en que se veras creo que la magia y en todo lo que me digan que soy o existe.
Mis niños viajaron conmigo y de día ya que no me gusta viajar de noche. Viajamos hasta con las guitarras
Este post de hoy trata sobre la fe. La fe que tenemos que tener en nosotras las madres, las mujeres, en que todo va a salir bien si creemos en nosotras y en que podemos conseguir todo lo que querramos.
La fe es algo inconmensurable e inefable. Pero real.
A lo de la fe en todos sus sentidos y en todas sus variantes. Hablo de la fe en nosotras, en Dios, en la magia y en mantener la mente abierta a todas las posibilidades.
Por supuesto por más que tengamos no podemos dejar de trabajar y de accionar para que se haga realidad nuestros deseos.
Sí, yo pude haber deseado cualquier cosa. Pero si no hubiera ido, durante dos días seguidos a la estación para hablar con las jefas, nunca me hubiera montado en el ómnibus.
Hay que tener fé, chicas, pero hay que poner de nuestra parte y trabajar duro en aras de nuestros sueños.
La fe sola no moverá las montañas. Pero nosotras sí
Abel se tuvo que ir solo adelante para preparar la casa y nuestra llegada. Sino, también se hubiera ido con nosotros. De eso, no me cabe la menor duda.
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