Hola amigos de este maravilloso mundo azul.
Hoy ha sido un día bonito. Les cuento que después de dos años en que David no iba a la playa, hoy logramos llevarlo.
David casi no durmió anoche, estaba ansioso por el viaje a la playa, les cuento que yo tampoco dormí bien. Es por eso que en estos momentos estoy muy agotada. Sin embargo, no podía dejar la historia para mañana, pues ya no sería lo mismo.
El transporte nos recogió a las 4.00am, muy responsable el conductor. Las personas que nos acompañaban en el viaje, aunque no nos conocíamos, se portaron muy atentos con David. No se incomodaron por su comportamiento al autorregularse, pues estaba muy ansioso y habló todo el camino, sin parar.
El viaje hasta Puerto Padre, al norte de mi provincia y luego al Socucho, que es la playa, nos lleva un tiempo de dos horas de camino. David estuvo todo el tiempo ansioso, incluso cuando llegamos a Puerto Padre, se sentía el olor a mar, allí hay un malecón precioso.
Cuando llegamos a la playa, teníamos que esperar a que el bote comenzara a cruzar a las personas para el otro lado del canal. David nunca había montado en el bote, porque siempre que íbamos a la playa lo hacíamos dando la vuelta. Es un camino más largo, pero muchos lo prefieren.
Hoy David también descubrió que los amaneceres son preciosos, nunca había visto uno y este amanecer lo vio en la playa. Contó los colores que despeja el cielo a la hora del alba, estaba feliz.
Desde el bote, se aseguró que mirando por tramos las aguas del canal, van desde el azul más intenso, más claro, muy claro, verde. Y llegamos al otro lado, a esta otra playa la nombraron La Boca, y, es que es eso, la boca del canal por donde entran los barcos hasta Puerto Carupano. Todo esto tuve que explicarle a David.
Estuvimos todo el día en el agua, pues mi niño no quería perder un solo segundo de este baño tan ansiado. Casi a las 4.00pm debíamos cruzar otra vez en el bote para El Socucho para regresar a Las Tunas.
David y yo dormimos durante una parte del camino. Llegamos muy agotados, pero felices. Una sonrisa de mi hijo vale cualquier esfuerzo.
Ya David duerme. Como estará mañana y qué contará. Yo solo les puedo decir que ha sido uno de los mejores días de mi vida.
Gracias a todos por permitirme contarles mis historias.
Un abrazo azul
El texto publicado es real y las imágenes son de mi propiedad
Hello, friends of this wonderful blue world.
Today was a beautiful day. I'd like to tell you that after two years of David not going to the beach, we were able to take him today.
David barely slept last night; he was anxious about the trip to the beach. I can tell you that I didn't sleep well either. That's why I'm so exhausted right now. However, I couldn't leave the story for tomorrow, because it wouldn't be the same.
The shuttle picked us up at 4:00 a.m. The driver was very responsible. The people who accompanied us on the trip, although we didn't know each other, were very attentive to David. They weren't bothered by his self-regulation behavior, as he was very anxious and talked the entire way, without stopping.
The trip to Puerto Padre, in the north of my province, and then to Socucho, the beach, took us about two hours. David was anxious the whole time, even when we arrived in Puerto Padre, where we could smell the sea; there's a beautiful seawall there.
When we arrived at the beach, we had to wait for the boat to start transporting people to the other side of the canal. David had never ridden a boat before, because every time we went to the beach, we always turned around. It's a longer route, but many prefer it.
Today David also discovered that sunrises are beautiful. He had never seen one before, and he saw this sunrise on the beach. He counted the colors that cleared the sky at dawn; he was happy.
From the boat, he saw the waters of the canal in sections, ranging from the deepest blue, to the lightest, to very clear, to green. And we reached the other side. This other beach was named La Boca, and that's exactly what it is: the mouth of the canal where boats enter to Puerto Carupano. I had to explain all this to David.
We spent the whole day in the water, because my son didn't want to miss a single second of this long-awaited swim. At almost 4:00 p.m., we had to cross again by boat to El Socucho to return to Las Tunas.
David and I slept part of the way. We arrived very exhausted, but happy. A smile from my son was worth any effort.
David is now asleep. How will he be tomorrow and what will he say? All I can tell you is that it was one of the best days of my life.
Thank you all for allowing me to tell you my stories.
A blue hug
The published text is real and the images are my property
