Mientras vivamos, no estamos excentos de pasar por malos momentos, así hagamos las cosas bien, así intentemos cumplir todas las normas sociales, siempre habrá algo particular que termine siendo una mala experiencia, y esta puede hacer que nuestra confianza se vea trastocada de alguna manera, expresándose de formas que a veces ni nos damos cuenta.
Pero está ahí, limitándo nuestro diario vivir, así que darnos cuenta de esto es importante, pero más aún lo es el saber que podemos recuperar la autoconfianza, y que es necesario hacerlo, porque sino, terminaremos con muchas inconformidades sumándose.
Me atrevería a decir que después de una mala experiencia, lo más difícil no es el hecho en sí que pasó, sino la sensación que nos deja. Es como si algo dentro de nosotros se perdiera, y si, en realidad se puede perder algo de esa seguridad que hemos consturido a lo largo de nuestros años de vida. A veces podemos tardar en darnos cuenta, y no si no hasta que nos enfrentamos a una nueva situación y notamos que ya no confiamos en nosotros mismos de la misma manera, ¿esto les ha pasado?.
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A veces la vida nos puede sacudir, y cuando eso pasa, parece que la confianza desaparece de un golpe. Nos sentimos inseguros, dudamos de nuestras capacidades, de nuestras decisiones y hasta de nuestra propia valía, ¿les ha pasado? puede llegar a ser normal, porque cuando atravesamos un golpe emocional, una traición, un fracaso o un error que nos pesa demasiado, nuestra mente se protege.
NO es algo que hagamos de manera consciente, si no que es como si nuetra mente si dijera: "si te vuelves a arriesgar, podrías salir herido otra vez". Esto es un mecanismo mental de defensa llamado Disociación.
Y aunque esta es una reacción natural, lo cierto es que no podemos vivir eternamente bajo esa coraza de miedo. En algún momento tenemos que reconstruirnos.
Ahora bien, ¿cómo se hace? Porque suena fácil decir "vuelve a confiar en ti", pero la realidad es que no es algo automático. La confianza no regresa de un día para otro, y no podemos forzarla. Lo que sí podemos hacer es empezar a reconstruirla, paso a paso, sin presionarnos.
Para empezar, creo que es importante recordar que una mala experiencia no nos define. Solemos pensar que porque fallamos una vez, siempre fallaremos. O que porque alguien nos lastimó, entonces todos lo harán. Pero si miramos con perspectiva, nos daremos cuenta de que una sola experiencia no puede tener tanto poder sobre toda nuestra historia. No somos solo ese error, ni solo esa caída. Somos todo lo que hemos aprendido y todo lo que aún podemos ser, centrarnos en este aspecto positivo puede marcar un gran cambio.
Somos seres sociales, buscar una buena guía es necesario, no debemos aislarnos, esto no nos dejará nada bueno, ya que "La inseguridad se alimenta del estrés y del aislamiento", esto es algo que escribió Kevin Daum, un reputado orador y especialista en marketing, y particularmente lo creo, porque lo he vivido. Cuando nos sentimos mal por algo la tendencia a aislarnos es inherente la mayoría de las veces, y no nos deja nada bueno al final, una conversación con la persona indicada puede ayudarnos a superar la situación mucho más rápido.
También es importante darnos ese permiso de empezar de nuevo, de intentarlo de nuevo, pero sin la presión de hacerlo perfecto. No tenemos que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. A veces, lo único que necesitamos es dar un primer paso, aunque sea pequeño (y no olvidar celebrarlo).
Esaquí donde retomar aquello que nos hacía sentir bien antes, donde probar cosas nuevas sin miedo al resultado tiene un gran peso, o incluso, permitirnos fallar sin castigarnos por ello puede servirnos, porque sí, lógico, fallar es parte del proceso. Y cada vez que lo hacemos, en lugar de hundirnos más, podemos verlo como una oportunidad para reconstruir esa confianza que creíamos perdida.
Personalmente, me ha pasado. He dudado de mí en momentos donde antes me sentía seguro. Y sé lo frustrante que peude ser eso de sentir que el miedo te detiene. Pero también sé que la confianza se puede entrenar. Es como un músculo, que si no lo usamos, termina por debilitarse, pero si lo trabajamos poco a poco, vuelve a fortalecerse. Quizá al principio nos va a costar, quizá haya tropiezos, pero es seguro que con cada intento, con cada pequeña acción, vamos recuperando la seguridad que un día teníamos y que por una u otra razón, perdimos.
Recuerda que la confianza es algo que se construye con paciencia, con constancia, y que depende de nosotros mismos y de ese impulso que nos demos para mantenernos a flote a pesar de las experiencias complejas. Les deseo a todos un bonito domingo y una gran semana por venir.
