Soñar despierto, es a su vez conocido como la acción de divagar, perderse en la imaginación o fantasear estando totalmente consciente. Se trata de algo de lo más común que toda persona experimenta o hace a lo largo de su vida. No es exclusivo de una sola tipología de persona, sino que que todos lo hacemos -o hemos hecho- en mayor o menor forma.
En muchas situaciones, el acto de soñar despierto es un modo de sano escape, que puede ofrecer algún tipo de alivio temporal al estrés que sufrimos, incrementando nuestra creatividad. Se posiciona o muestra como un escape de la monotonía o rutina diaria. Pero lo problemático emerge si estos sueños despiertos se tornan
en algo compensatorio o disruptivo, si se vuelven mecánicamente frecuentes, interfiriendo e interrumpiendo la realidad y las obligaciones propias de la vida cotidiana.
Es lo que nos lleva a evaluar o ponderar la importancia del equilibrio entre la fantasía y la realidad, para decidir hasta qué punto es normal o saludable dejar que los sueños despiertos influyan en nuestra vida y hasta qué punto se ha sobrepasado el límite de lo deseable.
<<<<<¿Qué visión aporta la psicología al respecto?>>>>>
Desde un punto de vista psicológico, se nos confirma que soñar despierto puede ser y será siempre beneficioso, pero con medida. Esto lo vemos porque hay evidencia comprobada, en la forma de investigaciones que sugieren que esta práctica estimula la imaginación y desarrolla la capacidad para resolver creativamente las situacions conflictivas.
Al ponernos a imaginar o vislumbrar escenarios alternativos, podemos dar con novedosas y efectivas formas de abordar los desafíos que nos toca enfrentar; formas que tal vez de otro modo no consideraríamos. Adicional a esto, toca también decir que los momentos de ensoñación pueden tornarse en una forma de regular emociones a la vez que experiencias, llevándonos a explorar y resolver conflictos internos.
En contraste, el exceso de esta práctica puede asimismo llevar a una desconexión perenne de la realidad, lo que puede perjudicar el propio bienestar psicológico del practicante. Es inestimable cuan importante es establecer una línea muy bien delimitada entre el uso constructivo y positivo de los sueños despiertos y el riesgo de evasión continua de la realidad.
<<<<<El papel de la cultura contemporánea en la tendencia a soñar despiertos>>>>>
Considerar a la cultura contemporánea en esta cuestión es conseguir darnos cuenta de que tiene un papel vital en esta tendencia. Caracterizada cada vez más por una constante sobreestimulación y un ritmo exageradamente acelerado de vida, la cultura contemporánea ha generado que muchas personas busquen refugio en sus fantasías y en su mente.
Internet y la tecnología, más la cultura del "Todo lo quiero rápido y fácil", es la cumbre de esta tendencia. Es por lo que como ya destaqué, la gente busca refugio en sus imágenes mentales, ¿Y cómo no lo harían? La mente es la primera y la última trinchera del humano; dado que es lo único que técnicamente la gente siente que se puede controlar. Pero tan atractivo como este refugio puede resultar, también plantea un gran inconveniente: Que los individuos se sientan muy insatisfechos con sus vidas reales, llevándoles a una frustración futura segura.
Para que no pase es primordial preservar una autoconciencia crítica. Un individuo que se sumerge con frecuencia en sus pensamientos imaginativos y escapa de su presente desperdiciará oportunidades de logro y realización personal muy significativas. En la otra mano de la baraja, una vida equilibrada implicaría el reconocimiento de los deseos y aspiraciones así como de las responsabilidades y acciones presentes también.
Lo que me lleva a concluir que soñar es un recurso valioso utilizándole con moderación y propósito. En la práctica, suelo soñar mucho despierto, pero no dejo que las divagaciones de una vida de ensueño me confundan u obnubilen, sino que lo uso como potenciador para entender lo que quiero, y buscar la forma de lograrlo, mientras enfrento la realidad como es.
Entendiendo que el peligro radica en darle cancha libre a estos sueños para que se moldeen en una especie de forma de evasión que cause un desajuste y descoordinación para con la realidad propia y cotidiana es como comenzamos a buscar el equilibrio que nos permite sumergirnos en nuestros sueños, sin quitar la vista de lo que realmente importa en nuestras vidas.
La consideración de los propios sueños y la acción consciente hacia las metas reales son elementos esenciales para vivir una vida de plenitud y significado. Así, la invitación es a soñar despiertos, sí, pero con los pies firmemente asentados sobre la tierra. Cuéntenme... ¿Son de soñar despiertos, o no soñar en absoluto, o procuran lograr el equilibrio entre ambos estados?