Hablando desde un punto de vista humano y realista, la muerte es algo sumamente doloroso y natural, es algo de lo cual todos huimos, pero está a nuestros talones en cualquier momento, esa amiga que nos acompaña al final de este plano, donde el mayor temor sin importar las religiones y creencias es, que hay después de la muerte, pero aquí no nos enfocaremos en ello, sino más bien en el proceso cuando nos dicen que nuestros días están contados y relataré mi punto de vista, además de un caso muy cercano que en realidad me da dolor, pero poco a poco debemos seguir adelante.
Cuando me refiero a que poco a poco debemos seguir adelante, cuando se tiene este tipo de noticias sentimos un frío en el alma y a su vez, una sensación de que el tiempo se escurre entre nuestros dedos, sin embargo, esto nos enseña de que cada segundo de vida cuenta, y nos damos cuenta de que 24 horas de un día no son suficientes para seguir con nuestros ideales.
Cuando la vida nos atropella o nos da una noticia que nos sacude nuestros cimientos bien sea en carne propia o de un ser querido muy cercano, y lo vemos llorar en una batalla contra el tiempo, sencillamente el mundo se transforma tanto para nosotros como para ellos, entramos en un proceso donde los colores se intensifican, los sonidos se nos agudizan y cada abrazo y beso se vuelven un tesoro a apreciar, para estos casos recuerdo a mi padre cuando dice “aprovéchenme cuando esté vivo, porque cuando me vaya solo palabras y videos quedarán con ustedes”.
Durante este proceso, algunas veces nos preguntamos si hemos vivido realmente o amado lo suficiente a la persona, y como diría amigos míos, no se trata de la cantidad de días no horas que vivimos, más bien de la intensidad y propósito que le damos a la vida, este es para mi el verdadero sentido de la vida.
He sido testigo fidedigno de como una situación de tiempo limitado de vida puede transformar a una persona, y también he notado como el miedo puede convertirse en valentía y gratitud ante la vida y la desesperanza en una pasión por la vida, y he sido parte de una partida de personas que se van de este plano con una sonrisa y dejando un legado de amor y vida a su paso, algo dolorosamente hermoso inexplicable y real ante la vida.
Y he aquí que he podido entender, que en los momentos de vida más oscuros existe una luz de esperanza antes de un último abrazo, de una última conversación o simplemente de un hermoso y pintoresco último atardecer, pero debemos recordar que aunque la vida nos deje atrás dolor si se vive con sentido y amor nada mejor que recordar los momentos gratos y hermosos que esta misma vida nos regala.
Hoy me despido, amigos míos, pero quisiera invitarlos a reflexionar sobre sus propias vidas, ¿e imaginen como sería la vida si supieran que sus días están contados? ¿A quién amarían más intensamente? ¿Qué sueños perseguirían con más pasión?, no esperemos que la vida nos dé un golpe y dejemos nuestra huella en todas las personas que se encuentran a nuestro alrededor.
Muchas gracias y mis mejores deseos para todos en este día tan hermoso.