El hecho en cuestión al que me refiero es a la partida de mis hijos hacia el exterior. Por más que me digan que el tiempo todo lo cura, una madre no se acostumbra a vivir sin saber que sus hijos están ahí para verlos crecer, ayudarlos en sus proyectos de vida o regañarlos cuando hacen algo incorrecto.
No puedo describir el estado de depresión por el que he pasado por la partida de mis dos tesoros. Es cierto que todos los días sé de ellos por la magia digital de las aplicaciones informáticas. Pero el roce, los besos, los abrazos, las sonrisas o las lágrimas no pueden ser sustituidos por las nuevas tecnologías.
Toda esta separación ha sido muy difícil y se agudiza cuando es el cumpleaños de alguno de nosotros, el día de las madres o las Navidades. Muchas veces, sobre todo, cuando ellos se marcharon, estas fiestas eran más nostálgicas y tristes para mí que momentos de diversión y felicidad.
Debo decir que mi esposo ha sido pilar y bastón esencial en el proceso de aceptación y mejoramiento experimentado porque me ha ayudado a encontrar los caminos para seguir adelante y, sus terapias han sido espacios de reflexión y sanidad.
Unido a la salida de mi último hijo, llegó la jubilación.
Mi trabajo se había convertido en parte del escape de la situación con la salida de mis hijos y me mantenía ocupada. Además, más de 40 años de trabajo no se olvidan tan fácil y ese cambio es muy brusco y, si no encontramos las maneras de adaptación a la nueva condición de vida, sucede lo que a mí porque me sumí en un estado depresivo que afectó mi salud mental y física.
Algunas de mis amistades no reconocían mi carácter alegre, mi condición de estar sonriente siempre y ese optimismo permanente. Llantos, decaimiento, metida todo el tiempo en casa, hacían mi día a día.
Aquí, nuevamente agradezco a mi esposo porque combinó las terapias que me daba con lecturas entretenidas, salidas a lugares que siempre me gustaron y mucha música.
Pero, otra de las cosas que me sacó del estado depresivo fue entrar en este ecosistema llamado #hive. Gracias a él entré en este mundo y he podido refugiarme en él para explicar mis proyectos, hablar de temas como estos, aprender de los demás y tener un nuevo motivo para saber que la vida no ha acabado.
Cuando leí sobre este tema, me dije: puedo participar porque he tenido dos motivos muy fuertes que me han tenido en un estado depresivo y que otras personas también lo han tenido. Quizás uno de ellos solamente, tal vez, los dos.
En este tiempo he aprendido que la jubilación también se disfruta y que es una nueva etapa de mi vida.
Por más que me duela, he entendido que los hijos los traje al mundo, pero, ellos necesitan volar y buscar su propio horizonte.
Es cierto que ha sido un camino muy duro, pero, he entendido las razones de cada uno de estos procesos y sin haberme acostumbrado totalmente a estar sin mis hijos o a estar jubilada, puedo decir que la depresión me toca a la puerta, pero, casi nunca ha vuelto a vivir en mí.
Nota: He utilizado el traductor DeepL Translate.
Las fotos son de mi propiedad.
ENGLISH
This is one of the topics that hurts me the most to address, but, from the initiative launched by @holos-lotus I have decided to participate to share my experience and to receive some advice to incorporate it into my life routine or that what is expressed here can be of some use to any bee in this great hive.
The fact in question I am referring to is the departure of my children abroad. As much as I am told that time heals everything, a mother does not get used to live without knowing that her children are there to watch them grow, help them in their life projects or scold them when they do something wrong.
I cannot describe the state of depression I have gone through because of the departure of my two treasures. It is true that I hear from them every day through the digital magic of computer applications. But the touch, the kisses, the hugs, the smiles or the tears cannot be replaced by the new technologies.
All this separation has been very difficult and it gets worse when it is someone's birthday, Mother's Day or Christmas. Many times, especially when they left, these holidays were more nostalgic and sad for me than moments of fun and happiness.
I must say that my husband has been an essential pillar and cane in the process of acceptance and improvement experienced because he has helped me find the paths to move forward and his therapies have been spaces for reflection and healing.
Together with the departure of my last child, retirement arrived.
My work had become part of the escape from the situation with the departure of my children and kept me busy. Besides, more than 40 years of work are not so easy to forget and that change is very abrupt and, if we do not find ways to adapt to the new condition of life, what happened to me happened because I fell into a depressive state that affected my mental and physical health.
Some of my friends did not recognize my cheerful character, my condition of always smiling and that permanent optimism. Crying, depression, being at home all the time, made my day to day life.
Here, again I thank my husband because he combined the therapies he gave me with entertaining readings, outings to places I always liked and lots of music.
But, another thing that got me out of my depressive state was entering this ecosystem called #hive. Thanks to him I entered this world and I have been able to take refuge in it to explain my projects, talk about topics like these, learn from others and have a new reason to know that life is not over.
When I read about this topic, I said to myself: I can participate because I have had two very strong reasons that have kept me in a depressive state and that other people have also had it. Maybe only one of them, maybe both of them.
During this time I have learned that retirement is also enjoyable and that it is a new stage of my life.
As much as it pains me, I have understood that I brought my children into the world, but they need to fly and look for their own horizon.
It is true that it has been a very hard road, but, I have understood the reasons for each of these processes and without having become totally accustomed to being without my children or to being retired, I can say that depression knocks at my door, but, it has almost never come back to live in me.
Note: I have used the translator DeepL Translate.
The photos are my property.