I'm excited to share a special moment in my family's journey. Today marks a significant milestone - opening a mini mobile phone repair and accessories shop for my son. This isn't just any business venture; it's the fulfillment of his deepest wish - having a place he can proudly call his office and earn an honest income from his work.
For those who've been following my posts, you might remember me mentioning my son's natural talent with mobile applications and computer repairs. It's been amazing watching him use these skills to earn pocket money while juggling his schoolwork. Like many young entrepreneurs, he dreamed of having his own small shop, just like others in the business.
The path hasn't been easy. Before this shop, he struggled to handle many phone repair jobs properly. Sometimes, he had to turn down work simply because he lacked the right equipment and tools. He would often visit other mobile phone technician shops to use their equipment - a situation that was far from ideal. He'd wait patiently for shop owners to finish their work before he could use their tools, and of course, he had to pay them for the privilege. Seeing him in this situation always tugged at my heart.
Originally, I planned to invest in a shop for him after he completed his secondary education. But young dreams don't always wait for our timelines. Three weeks ago, when he approached me about opening a small shop, I was concerned about the finances. We needed money for the shop rent, equipment, tools, and inventory for accessories.
What happened next surprised me completely. My boy revealed he had been saving money to buy the equipment, tools, and some mobile accessories to get started. All he needed from me was approval and payment for the mini store he had found.
I'll be honest - the timing wasn't perfect. As a clothing retailer, I needed every penny I could gather to stock up for the Christmas and New Year season. But how could I stand in the way of a young boy's determination to build something for himself at such a young age?
So, I made the decision. Yes, it was painful to divert the funds, but I managed to pay for the shop. We even hired a carpenter to build a fitting cabinet for the little store.
Today was particularly special - it was his first official day in business! We just completed the shop furnishing yesterday, and everything is now in place. I wanted to capture this memorable moment for this post, but in my excitement, I forgot to take photos. When I called him to snap a picture of his new office front, he sent just one photo. But this is typical of him, because he has never been very much of a photo person.
Sometimes, we, as parents, have to forgo our plans and put those of our children's up front. Watching my son as his shop comes into reality makes every sacrifice I can think of worth it. This is more than just opening a business; it is the faith in our children's dreams and the courage to act on them no matter how untimely the events are.
To any parent reading, sometimes the best investments we will ever make are not the ones that we meticulously plan out, but those that answer passionate calls from our children's hearts.
Spanish Version
Estoy emocionada de compartir un momento especial en el viaje de mi familia. Hoy se marca un hito importante: abrir una minitienda de reparación y accesorios de teléfonos móviles para mi hijo. No se trata de un emprendimiento comercial cualquiera; es el cumplimiento de su deseo más profundo: tener un lugar al que pueda llamar con orgullo su oficina y ganar un ingreso honesto con su trabajo.
Para quienes han estado siguiendo mis publicaciones, tal vez recuerden que mencioné el talento natural de mi hijo con las aplicaciones móviles y las reparaciones de computadoras. Ha sido increíble verlo usar estas habilidades para ganar dinero de bolsillo mientras hace malabarismos con sus estudios. Como muchos jóvenes emprendedores, soñaba con tener su propia pequeña tienda, al igual que otros en el negocio.
El camino no ha sido fácil. Antes de esta tienda, le costaba mucho manejar muchos trabajos de reparación de teléfonos correctamente. A veces, tenía que rechazar trabajos simplemente porque carecía del equipo y las herramientas adecuadas. A menudo visitaba otras tiendas de técnicos de teléfonos móviles para utilizar sus equipos, una situación que distaba mucho de ser ideal. Esperaba pacientemente a que los dueños de las tiendas terminaran su trabajo antes de poder utilizar sus herramientas y, por supuesto, tenía que pagarles por el privilegio. Verlo en esta situación siempre me tocaba el corazón.
Originalmente, planeé invertir en una tienda para él después de que terminara su educación secundaria. Pero los sueños de los jóvenes no siempre esperan nuestros plazos. Hace tres semanas, cuando me contactó para abrir una pequeña tienda, me preocupaba la situación financiera. Necesitábamos dinero para el alquiler de la tienda, el equipo, las herramientas y el inventario de accesorios.
Lo que sucedió a continuación me sorprendió por completo. Mi hijo me reveló que había estado ahorrando dinero para comprar el equipo, las herramientas y algunos accesorios móviles para comenzar. Todo lo que necesitaba de mí era la aprobación y el pago de la mini tienda que había encontrado.
Seré honesto: el momento no fue perfecto. Como vendedor de ropa, necesitaba cada centavo que pudiera reunir para abastecerme para la temporada de Navidad y Año Nuevo. Pero, ¿cómo podía interponerme en el camino de la determinación de un niño pequeño de construir algo para sí mismo a una edad tan temprana?
Así que tomé la decisión. Sí, fue doloroso desviar los fondos, pero logré pagar la tienda. Incluso contratamos a un carpintero para que construyera un armario de montaje para la pequeña tienda.
Hoy fue particularmente especial: ¡fue su primer día oficial en el negocio! Ayer terminamos de amueblar la tienda y ahora todo está en su lugar. Quería capturar este momento memorable para esta publicación, pero en mi emoción, olvidé tomar fotos. Cuando lo llamé para tomar una foto de la fachada de su nueva oficina, envió solo una foto. Pero esto es típico de él, porque nunca ha sido muy aficionado a la fotografía.
A veces, nosotros, como padres, tenemos que renunciar a nuestros planes y poner los de nuestros hijos en primer lugar. Ver a mi hijo cómo su tienda se convierte en realidad hace que valga la pena cualquier sacrificio que se me ocurra. Esto es más que simplemente abrir un negocio; Es la fe en los sueños de nuestros hijos y el coraje de actuar en consecuencia, sin importar cuán inoportunos sean los acontecimientos.
Para cualquier padre que lea esto, a veces las mejores inversiones que haremos no son las que planificamos meticulosamente, sino las que responden a los apasionados llamados del corazón de nuestros hijos.