Hoy, mientras participaba en algunas de las defensas de ejercicio de culminacion de estudios de mis estudiantes, reflexionaba sobre los sacrificios que se realizan durante un ciclo para obtener una meta.
Generalmente lo que se ve es el resultado final. Mejor dicho, es mucho mas fácil medir la efectividad de nuestro comportamiento en base a un resultado final, pero en realidad, llegamos allí tras un proceso de aprendizaje.
Yo he sido partícipe de ese aprendizaje. No me refiero a lo que puede haberles ensenado durante este ciclo. He sido partícipe porque junto a ellos, he aprendido también yo… ¡He aprendido mucho!
Sobre eso volví a reflexionar cuando, una de mis estudiantes, licenciada ya, agradecía a sus profesores y entre ellos a mí, Egos aparte.
Ella se refería a cómo sus profesores les acompañaron durante el proceso, cómo les animaron a continuar en momentos difíciles.
Pero es que en ese proceso, también nosotros crecimos. Yo mismo me ví en ocasiones dando a
ánimo, en ocasiones en las que, a ciencia cierta no me sentía precisamente con el mejor estado de ánimo. Sin embargo, tuve que hacerlo porque... me tocaba.
Asumir el rol de docente implica eso, guiar o al menos hacerlo lo mejor que se pueda. Pero… aprendimos, nos desarrollamos.
Precisamente dando ánimos, comprendí que había que luchar, aun cuando no tuvieras ganas. Luchar por seguir adelante.
Utilizar mecanismos de la comunicación como la persuasión o la sugestión (utilizados para el bien, para educar) implica creernos lo que estamos profesando.
No creo que podamos convencer a alguien de algo si no creemos en que es posible eso que profesamos.
Así que, tratar de mirar problemas ajenos y buscarle una solución o tal vez no encontrarla pero convencerme de que había que encontrarla para ayudar a alguien, fue una herramienta que me ayudó a cambiar la perspectiva sobre algunos asuntos de la vida.
Claro, si le repites a alguien que por muy mala que parezca una situacion, siempre hay otra posibilidad, al final puedes terminar interiorizando esa actitud.
Precisamente eso me ha hecho crecer. No me siento más grande, ni más fuerte, ni más resiliente, simplemente no me siento el mismo hace cuatro años.
También es cierto que han sucedido cosas en mi vida, fuera del ámbito profesional que han contribuido a ello, pero sin dudas, tratar de asumir el rol de educador, lo mejor que he podido… me ha ayudado.
Terminando este ciclo, con el final del curso, me he dado cuenta de qu, si bien he recibido con agrado los agradecimientos de mis estudiantes, debo agradecerle a ellos el haber estado ahí para mostrarme otra perspectiva sobre la vida.
Quiza algo tan sencillo como la oportunidad de contrastar mi percepción del mundo con la suya. La posibilidad de que hiciera transferencia de mis miedos y los enfrentara de otro modo.
Quiza interpretando al personaje de docente en el que sueño convertime, eso me ha ayudado a cambiar, para bien.
Este ciclo termina, estos estudiantes se van. Pero dejan una huella en mi vida.
Mire usted que paradoja, cuando les recibí al inicio en su primer año, les dije que ojalá y cuando terminaran la carrera pudiese haberlos ayudado en su transformación.
Resulta que ellos me han transformado a mí y les agradezco por ello.
Agradecido por su compañía hasta el final (la tuya y la de ellos) les dejo un abrazo de amigo.
Texto traducido al inglés por DeepLTranslate.
Foto tomada con mi telefono Xiaomi Redmi.
ENGLISH VERSION
 implies believing what you are professing.
I don't think we can convince someone of something if we don't believe that what we profess is possible.
So, trying to look at other people's problems and find a solution—or maybe not finding one, but convincing myself that I had to find one to help someone—was a tool that helped me change my perspective on some of life's issues.
Of course, if you tell someone that no matter how bad a situation seems, there's always another way, you can end up internalizing that attitude.
That's precisely what has made me grow. I don't feel bigger, stronger, or more resilient; I just don't feel the same as I did four years ago.
It's also true that things have happened in my life outside of my professional life that have contributed to this, but without a doubt, trying to assume the role of educator as best I could has helped me.
As I finish this cycle, with the end of the course, I've realized that, while I've welcomed my students' gratitude, I should thank them for being there to show me another perspective on life.
Perhaps something as simple as the opportunity to compare my perception of the world with theirs. The possibility of transferring my fears and facing them differently.
Perhaps playing the role of the teacher I dream of becoming has helped me change, for the better. >This cycle ends; these students are leaving. But they leave a mark on my life.
Look at this paradox. When I welcomed them at the beginning of their first year, I told them that I hoped I could have helped them in their transformation when they finished their degree.
It turns out they have transformed me, and I thank them for that. >Grateful for their company until the end (yours and theirs), I send them a friendly hug.
Text translated into English by DeepLTranslate.
Photo taken with my Xiaomi Redmi phone.