Buenas tardes queridos amigos de # Holoslotus, después de enviarles un fuerte abrazo, me dispongo a participar en la propuesta que nos dejara, hace algunos días, la amiga @iriswrite.
Nos convida a hablar de errores, pienso que de los nuestros porque aunque hay algunos ajenos que nos pueden modificar la vida, hay que entender que no podemos razonar con cabeza ajena, por eso me concentro en los míos que no son pocos en el transcurso de los años.
Como dije, he cometido errores como todo humano ,pero que redefine mi vida lleva otro tipo de análisis.
Confieso que no encontraba la forma de conceptualizar a lo debía referirme pues tenía claro que el punto de partida sería el momento en que asumí la maternidad pues a partir de ahí me convertí en dos mujeres diferentes o la misma mujer pero con una visión bien diferente antes y después de serlo.
No podía relatar el hecho marcándolo como un error, pues ser madre siempre estuvo en mis anhelos y prioridades , por lo tanto era necesario encontrar el término justo o escudriñar hasta descubrir el error verdadero.
Hoy leyendo un post de @maylink pasó toda mi verdad ante mi, como una película, nítida de total comprensión, pues aunque existan otros factores externos y psicosociales que hayan influenciado el error mayor fue mío.
Siempre tuve dos propósitos bien definidos, ser madre y dedicarme a la literatura.
Antes de la llegada de mi hijo, le dedicaba mucho tiempo a escribir, pero vivía en una zona rural de difícil acceso y no contaba con el asesoramiento necesario de talleres,cursos de preparación literaria ni editoriales para hacer avances en mi objetivo.
Decidí mudarme a la ciudad para facilitar mi continuidad de estudios por mis condiciones físicas.
Así lo hice pero con el cambio de residencia vino el matrimonio, el embarazo y en menos de dos años el divorcio.
Dónde radicó mi error, dedicarme en cuerpo y alma a la tarea de ser madre y no simultanearlo con la literatura.
Postergué veinticinco años de mi literatura y junto a la creación guardé en una gaveta mis sueños; no dejé nunca de escribir por esa necesidad en mi ADN ,pero textos sin un discurso que permitiera relacionarlos entre si, ni en tema ni forma de estructura.
Esa fue la evidencia que escribir sin proyección no me llevaría a ninguna parte, perdí el norte, por un periodo muy prolongado y esa reacción tardía me ha obligado a pagar el precio.
La llegada a mis manos de la tecnología celular y la pausa obligatoria de la pandemia me hicieron retomar el rumbo de la literatura como oficio.
Desde el 2019 hasta la fecha mi labor literaria ha dado un salto notorio, pero con un camino sumamente escabroso.
Esa falta de rigor en el trabajo literario me deja como resultado al mostrar mi currículum, que no es malo para una trayectoria de cinco años, pero incongruente con mi edad.
Cuando presento mi propuesta algunos ni se molestan en leer el cuaderno y no los culpo por razonar de manera lógica, el que con mi edad no ha logrado una carrera sólida probablemente es por falta de talento, pues en el currículum van solo datos literarios no la vida y vicisitudes del escritor.
No me autocompadezco ,solo pido que la vida me conceda un poco más de tiempo para seguir intentando.
Unas veces lo logro y otras no, claro está como todos, solo que no es lo mismo fallar a los treinta que a los sesenta años, hay personas que jamás lo vuelven a intentar.
Un abrazo y hasta la próxima.
Good afternoon, dear friends of #Holoslotus, after sending you a big hug, I'm ready to participate in the proposal that our friend @iriswrite left us a few days ago.
She invites us to talk about mistakes, I think about our own because although there are some other people's that can change our lives, we have to understand that we can't reason with someone else's mind, which is why I focus on my own, which are quite a few over the years.
As I said, I've made mistakes like every human being, but the ones that redefine my life require a different kind of analysis.
I confess I couldn't figure out how to conceptualize what I should be referring to because I was clear that the starting point would be the moment I assumed motherhood, because from then on I became two different women, or the same woman but with a very different vision before and after becoming one.
I couldn't recount the incident by labeling it a mistake, because being a mother was always among my desires and priorities, so it was necessary to find the right solution or investigate until I discovered the true error.
Today, reading a post by @maylink, my entire truth flashed before me, like a movie, crystal-clear with complete understanding, because even though other external and psychosocial factors may have influenced it, the biggest mistake was mine.
I always had two clear goals: to be a mother and to dedicate myself to literature.
Before my son's arrival, I devoted a lot of time to writing, but I lived in a rural area with difficult access and didn't have the necessary support from workshops, literary preparation courses, or publishers to make progress toward my goal.
I decided to move to the city to facilitate my continued studies due to my physical condition.
I did so, but with the change of residence came marriage, pregnancy, and, in less than two years, divorce.
Where did my mistake lie? Devoting myself body and soul to the task of being a mother and not combining it with literature.
I postponed my writing career for twenty-five years, and along with my creative endeavors, I put my dreams in a drawer. I never stopped writing because of that need in my DNA, but texts without a narrative that allowed them to be related to each other, neither in theme nor structure.
That was the evidence that writing without direction would get me nowhere. I lost my bearings for a very long time, and that delayed reaction has forced me to pay the price.
The arrival of cell phone technology and the mandatory pause caused by the pandemic forced me to return to the path of literature as a profession.
From 2019 to the present, my literary work has taken a noticeable leap, but with an extremely bumpy road.
This lack of rigor in my literary work leaves me with a result, when I show my resume, which is not bad for a five-year career, but inconsistent with my age.
When I present my proposal, some people don't even bother to read the notebook, and I don't blame them for reasoning logically. Those who haven't achieved a solid career at my age probably lack talent, since a resume only includes literary details, not the writer's life and vicissitudes.
I don't feel sorry for myself; I just ask that life grant me a little more time to keep trying.
Sometimes I succeed and sometimes I don't, of course, like everyone else. It's just that failing at thirty isn't the same as failing at sixty. Some people never try again.
A hug, and until next time.
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Post libre de IA.
Fotos de mi propiedad.
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