Dirijo un cordial saludo a toda la comunidad @holos-lotus. Hoy me uno a la iniciativa propuesta por @emiliorios, Confiesa: ¡Tú también hablas solo! -Y Puede ser un Buen Síntoma de Gran Creatividad- (ES/EN), en la cual se nos pregunta: ¿Hablar solo es bueno o malo?, ¿Cuál es nuesta experiencia personal? ¿Conoces de algún caso parecido?, esta y muchas preguntas que derivan del tema las analizaré en mi post, dándole un enfoque objetivo, el cual espero sea de su agrado.
Invito cordialmente a unirse a los Hivers: @snipc, @ivoryluv, quienes son bastante nuevos en la plataforma y creo que se sentirán a gusto en esta comunidad.
¿Hablar solo? ¿Por qué no?
Mi propia experiencia
Es común para un escritor continuo leer en voz alta su propia narrativa, más aun, cuando se trata de un poeta, donde la rima y la métrica, definen el resultado final de una composición.
En ocasiones, pasamos de la práctica de la oratoria a la dialéctica evaluativa donde con la intención de plasmar la obra en la memoria ahondamos en la repetitividad de la poesía, con esmero, tratando de humanizar hasta la más mínima frase y el porqué de su naturaleza.
Esto constituye un proceso propio del literato quien en su fascinación por el mundo de las letras es capaz de planear una velada íntima, rodeado de sus composiciones como único confidente y testigo de su arte.
He cumplido con la experiencia más profunda del proceso creativo el cual parte de la simple escritura de versos en cadencia los que luego se van transformando progresivamente en una serie de pensamientos e ideas conexas, sumando el conteo de palabras, hasta el punto de lograr un ensayo robusto y bien completo que finalmente se convierte en un diálogo mental con mi propio Yo, llámese también, seudónimo del escritor o sencillamente “Alter ego”.
¡Para algunos es una práctica habitual!
Consiste en liberar la imaginación tratando de comunicar la obra a una especie de quorum ficticio, pero igualmente calificado, donde surge la necesidad de ser escuchado por los mismos canales que confiere el proceso inspiracional desde su inicio hasta la final estructura de una composición completa lista para ser entregada al escrutinio del lector.
En este espacio se pone a prueba el compromiso del orador y su integración con las raíces del escrito en una ponencia de ideas individualizada cuya perspectiva recae sobre la misma redacción, la factibilidad del escrito, la redundancia, la densidad, la objetividad, el género, entre otros, agentes importantes que intervienen en la evaluación de una obra.
A todas estas, en ocasiones, terminamos hablando solos, bien sea, en nuestro gabinete o entre los pasillos equidistantes de la casa, tampoco hay distinción de tiempo, por cuanto, puede ocurrir a primeras horas de la mañana cuando la mente despejada espera llenarse de nuevos conceptos o también se puede dar a lugar durante el filo de la madrugada, cuando la fatiga y el cansancio nublan ligeramente al bardo poeta profiriéndole una inmensa cuota de la más noble delectación.
A veces, es una actividad creativa
En fin, es algo indiferente, que no se escoge ni se planifica, solo consiste en un proceso espontáneo al cual estamos acostumbrados y que aparte de su importancia y tan decisiva idoneidad, nosotros los escritores, lo disfrutamos e incluimos como parte inalienable de nuestra auténtica personalidad y forma de trabajo.
Más que una confesión, sencillamente, esto consiste en hacer extensivo alguno de nuestros tantos gustos personales, tal vez, otros lo ven como manías o hábitos adquiridos por la observación y aprendizajes mal canalizados, por ejemplo, existen personas que suelen repasar en voz alta todo lo que hicieron durante el día, otros, se memorizan y repiten la receta del mercado, tanto así, como los montos que pagaron por cada uno de los productos.
¡Todo tiene un porqué!
Conozco de algunos que hablan, incesantemente, a solas, de cada uno de sus problemas tratando de postular posibles soluciones.
También sé de catedráticos que viven en una constante exposición mental de su nueva tesis o su clase del día, hablando a solas, cada detalle de la próxima conferencia cual si estuvieran delante de un público imaginario.
Algunos niños suelen sumergirse en la fantasía con diálogos inocentes que llenan su espacio, principalmente, cuando se encuentran solos y no tienen con quien jugar.
Crean la figura de un amigo ficticio con el cual suelen hablar en voz alta y comunicarse efectivamente en el marco de su recreación.
El hombre que habla frente al espejo, es un caso bastante común sobre todo en personas que exploran su individualidad, la autogestión y el psicoanálisis.
No sé, si se pueda incluir como ejemplo, al común caso de sonambulismo, que a pesar de tratarse de alguien que está hablando dormido, en el tránsito del sueño profundo, a fin de cuentas, también es una forma de hablar solo, recostado en la almohada o sentado al borde de la cama.
Me viene al recuerdo "El mito de Narciso", de acuerdo a la mitología griega, cuando un joven habla con su imagen reflejada en el agua, halagándole y confesándole su enamoramiento.
Pensamientos finales
Hay muchísimos ejemplos que se pueden traer a colación sobre el tema de “Hablar solo”, cada uno con una explicación distinta y sustentado por alguna razón detrás, yo pienso, personalmente, que, si no se trata del caso de algún desequilibrio mental, alguna forma de delirio o alucinación persistente, el hecho de hablar solo, puede constituir un acto de lo más natural que cualquiera podría llegar a cometer en algún momento sin ni siquiera notarlo.
A veces, una palabra que se deja al viento, pronunciada en voz alta por nosotros mismos, no necesariamente constituye un problema, tampoco se trata de un acto consciente, tal vez, es solo un reflejo o impulso desprendido de nuestro ser el cual tiene la necesidad de manifestarse.
@nachomolina2
venezuela2025
(English)
I extend a cordial greeting to the entire @holos-lotus community. Today I join the initiative proposed by @emiliorios, Confess: You also talk to yourself! -And it can be a good symptom of great creativity- (ES/EN), in which we are asked: Is talking to yourself good or bad? What is our personal experience? Do you know of any similar cases? This and many other questions that arise from the topic will be analyzed in my post, giving it an objective approach, which I hope will be to your liking.
I cordially invite you to join the Hivers: @snipc, @ivoryluv, who are quite new to the platform and I think they will feel right at home in this community.
Talking to yourself? Why not?
My own experience
It's common for a writer to continually read their own narrative aloud, even more so when it comes to a poet, where rhyme and meter define the final result of a composition.
Sometimes, we move from the practice of oratory to evaluative dialectics, where, with the intention of capturing the work in our memory, we delve into the repetitiveness of poetry, painstakingly trying to humanize even the smallest phrase and the reason for its nature.
This constitutes a process typical of the writer who, in his fascination with the world of letters, is capable of planning an intimate evening, surrounded by his compositions as the sole confidant and witness to his art.
I have experienced the most profound experience of the creative process, which begins with the simple writing of cadence verses, which then progressively transform into a series of connected thoughts and ideas, adding up the word count, to the point of creating a robust and well-rounded essay that ultimately becomes a mental dialogue with my own self, also called the writer's pseudonym or simply "Alter ego."
For some, it's a common practice!
It consists of unleashing the imagination by attempting to communicate the work to a kind of fictitious, but equally qualified, quorum, where the need arises to be heard through the same channels conferred by the inspirational process from its inception to the final structure of a complete composition ready to be submitted to the reader's scrutiny.
In this space, the speaker's commitment and integration with the writing's roots are tested in an individualized presentation of ideas whose perspective falls on the writing itself, the writing's feasibility, redundancy, density, objectivity, genre, among others—important factors that intervene in the evaluation of a work.
In all of this, we sometimes end up talking to ourselves, whether in our study or in the equidistant hallways of the house. There is no distinction of time either, as it can happen in the early hours of the morning when our clear mind is waiting to be filled with new concepts, or it can also happen during the dead of night, when fatigue and exhaustion slightly cloud the poet bard, offering him an immense amount of the noblest delight.
Sometimes, it's a creative activity
In short, it's something indifferent, something neither chosen nor planned; it's simply a spontaneous process to which we're accustomed, and which, aside from its importance and decisive suitability, we writers enjoy and include as an inalienable part of our authentic personality and way of working.
More than a confession, this simply consists of sharing some of our many personal tastes. Perhaps others see them as obsessions or habits acquired through observation and misdirected learning. For example, some people tend to go over aloud everything they did during the day; others memorize and repeat the market recipe, as well as the amounts they paid for each of the products.
Everything has a reason!
I know some people who talk incessantly, alone, about each of their problems, trying to propose possible solutions.
I also know professors who live in a constant state of mental exposure to their new thesis or their current lecture, discussing every detail of the upcoming lecture alone as if they were in front of an imaginary audience.
Some children often immerse themselves in fantasy with innocent dialogues that fill their space, especially when they are alone and have no one to play with.
They create the figure of a fictional friend with whom they often speak out loud and communicate effectively within the context of their recreation.
The man talking in front of the mirror is a fairly common case, especially among people exploring their individuality, self-management, and psychoanalysis.
I don't know if we can include as an example the common case of sleepwalking, which, despite being someone talking in their sleep, in the midst of deep sleep, is ultimately also a form of talking to themselves, lying on a pillow or sitting on the edge of the bed.
I'm reminded of "The Myth of Narcissus," according to Greek mythology, when a young man speaks to his reflection in the water, flattering it and confessing his love.
Final Thoughts
There are countless examples that can be brought up on the subject of "talking to yourself," each with a different explanation and supported by a reason behind it. I personally think that, unless it's a case of some mental imbalance, some form of persistent delusion or hallucination, talking to yourself can be a very natural act that anyone could commit at some point without even realizing it.
Sometimes, a word left to the wind, spoken out loud by ourselves, doesn't necessarily constitute a problem, nor is it a conscious act; perhaps it's just a reflex or impulse emanating from our being that needs to express itself.
@nachomolina2
venezuela2025