Esta vida nuestra pudiera ser o no una constante lucha a capa y espada, dependiendo de las circunstancias y las motivaciones dándole total razón a @charjaim quien presentó una iniciativa que me hizo reflexionar mucho, tanto así que aquí estoy aunque finalizó la actividad. Pero realmente deseo hacer mi aporte porque nuestra amiga, nos invita a pensar sobre aquellas circunstancias que demandan firmes acciones sin rendirse ante nada y sobre las que requieren un razonamiento más objetivo, que solo actuar impulsivamente y hasta ciegamente, aunque sintamos que nos asiste la razón.

Me vino a la mente las veces que emprendemos luchas o defensas que hasta pudieran traernos agotamiento físico, mental y espiritual, lo que es normal frente a constantes circunstancias que demandan un accionar permanente de defensa, de disputa, de forcejeo ideológico con argumentación amplia y completa. Como humanos podemos llegar a sentir deseos de tirar la toalla, sintamos debilidad, veamos algunas limitaciones y nos sintamos vulnerables. Pero dependiendo de nuestra convicción volvemos agarrar impulso para defender a capa y espada la causa que creemos justa.

También me viene a la mente aquellas situaciones que, aunque injustas, nos quedamos paralizados sin oportunidad de defensa alguna. De esto tengo muchos ejemplos de infancia, pero les hablaré de una anécdota siendo ya adulta cuando fui víctima de un atraco en una tienda que tenía mi madre, hace muchos años atrás.

Conmigo estaba mi hermano, que en ese entonces tenía 13 años, ambos estábamos detrás del mostrador porque yo era la encargada de atender la tienda esa tarde. De repente llegan dos delincuentes que eran apenas unos niños como de 10 u 11 años de edad, uno de ellos apuntó con una pistola a mi hermano exigiéndome el dinero de la venta. Recuerdo como si fuera hoy el miedo y la indignación que sentí, pero por la amenaza a mi hermano y no dude en decirle al infante maleante que se calmara que no era necesaria ninguna amenaza porque ya le entregaría el dinero. En lo que recibió el dinero, ambos se fueron en una bicicleta que habían dejado afuera de la tienda. Ellos creen que se llevaron un gran botín, realmente la venta de esa tarde no era mucho, apenas llegaba a 10 mil bolívares y nunca supieron que el verdadero botín estaba en un bolso detrás de mí donde tenía 1.000.000 de bolívares, dinero que debía entregar esa tarde como un pago. No dejé que los nervios me ganarán, no debía pelear a capa y espada con unos delincuentes, que aunque niños eran peligrosos y estaban armados poniendo en riesgo la vida de mi hermano. Actuar con sensatez salvó a mi hermanito y protegió el dinero en mi bolso. Sentí que lo primero era mi hermano y esa calma resultó beneficiosa para otras cosas de valor.

Somos seres humanos con diversos motivos para actuar con valentía demostrando un espíritu de lucha, pero sin confundirlo con un espíritu pendenciero, convirtiéndonos en personas que por todo arman un pleito irracional. En lo particular he conocido personas que desde que se levantan por la mañana hasta que se acuestan en la noche, pasan el día discutiendo absolutamente por todo, hasta por la brisa que sopla. Esto es algo que me da tristeza más que molestia porque esas personas no tienen paz y privan de ella a los que los rodean, al defender puntos de vistas muchas veces sin argumentos. Nada más de pensar en algunas situaciones en las que no vale la pena una defensa infructuosa me produce desgano.

Soy periodista y como tal tengo celo social por la defensa de los derechos humanos y por el cumplimiento de los deberes de todos los que componemos la sociedad, incluyendo a las cúpulas privilegiadas. Tengo algunos temas favoritos que están relacionados a la vida infantil y sus derechos, sin dejar de lado sus deberes. Por supuesto el autismo, como ya saben, es un tema que se convierte en importante una vez que me doy cuenta que es una condición que pasa desapercibida y mal juzgada a raíz del diagnóstico de mi primer hijo. Estos son temas en los que nada ni nadie puede cambiar mi posición ni mi deseo de aportar mi grano de arena en cualquier forma, ya sea a través de un artículo, de una imagen con un mensaje reflexivo como llamado de atención, incluso en persona ante una audiencia en un taller de orientación o un conversatorio, en la calle o donde se presente la oportunidad.

Recuerdo cuando bajando de un autobús una abuela ataca con violencia a un niño casi fracturándole la muñeca porque no se dio cuenta que tiene suelta las trenzas de sus zapatos. Esto sucedió estando la madre presente junto a otros niños más pequeños y parecía ser algo aceptable para la mamá y la abuela. Yo iba con mi hijo menor y tenía que ir en otra dirección, pero decidí seguirlas hasta alcanzarlas. Las detuve y le tomé la mano al niño para revisarle la muñeca, preguntándole que si le dolía. El niño miraba a la abuela y moviendo la cabeza con inseguridad me dijo que no, pero yo vi que tenía roja la zona lastimada. Yo les dije que vi como la señora apretó al niño y las dos se alteraron diciéndome que no me metiera que me ocupara de mi hijo que hasta un delincuente podría ser. Les dije que sé muy bien sobre mi hijo pero que si siguen maltratando al suyo terminará en un cementerio por culpa de ellas.

Finalicé diciéndoles que les había tomado una foto porque trabajo en defensa de los niños denunciando el maltrato, que se buscaran en la prensa en los próximos días porque haría una nota denunciándolas. Esa fue una mentira, lo acepto y lamento el mal ejemplo al mentir pues yo no trabajo en un medio de comunicación impreso desde hace mucho tiempo, pero les sembré la duda y me imagino que las puse a comprar periódicos por varios días.

Tengo muchas anécdotas que contar y la verdad que ellas me dan aliento para no desistir en mi celo social por los niños y la población autista, tan vulnerables y a la vez blanco fácil para las personas abusivas. En relación a la infancia no confundo el amor con alcahuetería lo que crea niños mimados. Soy de las que sabe que la corrección (no maltrato) a tiempo es necesaria para la formación de los futuros adultos responsables, así mismo los niños con autismo deben recibir educación en el hogar donde la firmeza, sin excesos, esté presente de acuerdo a las recomendaciones de los especialistas. Para mí, es fascinante adentrarse en estos temas los cuales no me conformo con repetir “algo que oí o leí por allí “, me gusta investigar y combinar con mis vivencias para presentar mis argumentos cuando defiendo a capa y espada mis posiciones.

Sobre otros temas, más de una vez he perdido la dulzura en mis líneas y como periodista he atacado con mi pluma ponzoñosa, la que reservo para aquellos abusadores sin importar rango porque no existo para ensalzar a bandidos. Manejo otros espacios reservados para la denuncia porque para mí no todo puede ser pan con mermelada cuando represento un poder que debe ser bien usado, y aunque no llegue a un grupo numeroso, para mí toda audiencia es importante para defender a capa y escapa la justicia social.

This life of ours may or may not be a constant battle at cloak and sword, depending on the circumstances and motivations, giving total reason to @charjaim who presented an initiative that made me reflect a lot, so much so that here I am even though the activity ended. But I really want to make my contribution because our friend, invites us to think about those circumstances that demand firm actions without giving in to anything and about those that require a more objective reasoning, than just acting impulsively and even blindly, even if we feel we are right.

It came to my mind the times when we undertake struggles or defenses that could even bring us physical, mental and spiritual exhaustion, which is normal in the face of constant circumstances that demand a permanent action of defense, of dispute, of ideological struggle with broad and complete argumentation. As humans we may feel the desire to throw in the towel, we may feel weak, we may see some limitations and we may feel vulnerable. But depending on our conviction we regain momentum to defend tooth and nail or cloak and sword the cause we believe to be just.

It also comes to mind those situations that, although unjust, we are paralyzed without any opportunity for defense. Of this I have many examples from childhood, but I will tell you about an anecdote as an adult when I was the victim of a robbery in a store my mother owned, many years ago.

With me was my brother, who was 13 years old at the time, we were both behind the counter because I was in charge of the store that afternoon. Suddenly two delinquents arrived, they were just kids about 10 or 11 years old, one of them pointed a gun at my brother and demanded the money from the sale. I remember as if it were today the fear and indignation I felt, but because of the threat to my brother and I did not hesitate to tell the young thug to calm down and that no threat was necessary because I would give him the money. As soon as he received the money, they both left on a bicycle they had left outside the store. They think they took a big loot, really the sale that afternoon was not much, it barely amounted to 10 thousand bolivars and they never knew that the real loot was in a bag behind me where I had 1,000,000 bolivars, money that I was to deliver that afternoon as a payment. I did not let my nerves get the better of me, I should not fight cloak and sword with some delinquents, who although children were dangerous and armed, putting my brother's life at risk. Acting sensibly saved my little brother and protected the money in my purse. I felt that my brother came first and that calmness proved beneficial for other valuables.

We are human beings with diverse motives to act with courage demonstrating a fighting spirit, but without confusing it with a quarrelsome spirit, turning us into people who for everything make an irrational quarrel. In particular, I have known people who, from the moment they get up in the morning until they go to bed at night, spend the day arguing about absolutely everything, even about the breeze that blows. This is something that makes me sad rather than annoying because these people have no peace and deprive those around them of it, by defending points of view many times without arguments. Just thinking about some situations where it is not worth a fruitless defense makes me listless.

I am a journalist and as such I have social zeal for the defense of human rights and for the fulfillment of the duties of all of us who make up society, including the privileged leaders. I have some favorite topics that are related to children's life and their rights, without leaving aside their duties. Of course autism, as you know, is a topic that becomes important once I realize that it is a condition that goes unnoticed and misjudged following the diagnosis of my first child. These are issues on which nothing and no one can change my position or my desire to contribute my grain of sand in any way, whether it be through an article, an image with a thoughtful message as a wake-up call, even in person before an audience at a counseling workshop or conversation, on the street or wherever the opportunity presents itself.

I remember getting off a bus when a grandmother violently attacked a child almost breaking his wrist because she didn't notice that he had loose braids on his shoes. This happened while the mother was present along with other younger children and it seemed to be acceptable to the mother and grandmother. I was with my youngest child and had to go in another direction, but I decided to follow them until I caught up. I stopped them and took the child's hand to check his wrist, asking him if it hurt. The boy looked at the grandmother and, shaking his head uncertainly, said no, but I saw that the injured area was red. I told them that I saw how the lady squeezed the child and they both got upset telling me to stay out of it and to take care of my son who might even be a delinquent. I told them that I know very well about my son but if they continue to mistreat their son he will end up in a cemetery because of them.

I ended by telling them that I had taken a picture of them because I work in defense of children denouncing mistreatment, that they would look for them in the press in the next few days because I would do a note denouncing them. That was a lie, I accept it and I regret the bad example of lying because I do not work in a print media for a long time, but I sowed doubt and I imagine that I put them to buy newspapers for several days.

I have many anecdotes to tell and the truth is that they give me encouragement not to desist in my social zeal for children and the autistic population, so vulnerable and at the same time easy target for abusive people. In relation to children, I do not confuse love with pampering, which creates spoiled children. I am one of those who know that correction (not mistreatment) in time is necessary for the formation of future responsible adults, likewise children with autism should receive education at home where firmness, without excesses, is present according to the recommendations of specialists. For me, it is fascinating to delve into these topics which I am not satisfied with repeating "something I heard or read over there", I like to investigate and combine with my experiences to present my arguments when I defend my positions to the hilt cloak and sword.

On other issues, more than once I have lost the sweetness in my lines and as a journalist I have attacked with my poison pen, which I reserve for those abusers regardless of rank because I do not exist to praise bandits. I manage other spaces reserved for denunciation because for me not everything can be bread with jam when I represent a power that must be well used, and although I do not reach a large group, for me every audience is important to defend cloak and sword the social justice.