Me gusta analizar mucho la realidad, esto para nadie es un secreto sabiendo que tengo esta serie reflexiones filosóficas que publico asiduamente. Y hoy particularmente, me puse a reflexionar mucho sobre cómo tomamos las decisiones en nuestras vidas; o sea, me dediqué a analizar un poco cuál es el esquema mental o personal que seguirmos para priorizar lo realmente importante dentro de lo que no lo es. Así que les hablaré un poco sobre este tema en este post.

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Las decisiones en la vida: El enfoque
La vida de todas las personas que habitamos en este mundo está llena de decisiones que tomamos sea que lo sepamos o no. En ese sentido, uno puede decidir hacer algo y lanzarse hacia lo que naturalmente esa decisión implica que es la acción, y que es consecuencia natural de la misma. Naturalmente, toda decisión y acción tiene a su vez consecuencias derivadas; por lo que esto es una especie de ciclo, que proviene de la dicotomia de tomar siempre una elección entre dos caminos.
Pero entonces, ¿Cómo nos enfocamos para tomar decisiones en un sentido o en otro en la vida? ¿Cómo finalmente decidimos lo que es importante para nosotros y descartamos lo que es "sin valor"? Estas preguntas y muchas otras ocuparon sobremanera mi mente en el día de hoy. El caso es que (viéndolo objetivamente) una decisión nunca es buena ni mala en el fondo, sino que lo que la hace buena o mala es qué tan apegada está hacia lo que queremos lograr y alejada de lo que queremos evitar.
Es algo complejo, pero hay que decir que hasta si queremos abstenernos de tomar decisiones, ese solo acto es una decisión en sí mismo. Así que tratar de no tomar decisiones es un ejercicio fútil, y un absoluto "sin sentido". Ahora, siendo así, analicemos lo que pasa con respecto a las decisiones que tomamos por iniciativa propia.
¿Qué nos hace decidir lo realmente importante e impactante respecto a una situación? Tras mucho pensar, creo que la respuesta es aquello que queremos alcanzar. Entonces en cada decisión que los seres humanos consideramos está sutil y naturalmente envuelta nuestra capacidad para anticiparnos a las respuestas o consecuencias posibles de nuestros actos. Por lo que las decisiones que realizamos siempre van (o deberían ir) en consonancia con aquello que deseamos lograr.

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Lo que dice la ciencia sobre las decisiones que tomamos
La ciencia y el sentido común nos dicen que el ser humano hace lo que hace en su vida en función de decisiones, mismas que van orientadas de manera primitiva e instintiva siempre a la búsqueda del placer y la felicidad, y a evitar el dolor y el sentimiento de insatisfacción. Entonces, ya con eso, podemos entender que si nos enfocamos en lo que queremos, las decisiones que tomamos deberían ser siempre coherentes con las metas que buscamos, ¿Verdad?
Error, lamentablemente, si algo vemos en la cotidianidad es que el ser humano muchas veces dice querer una cosa y orientar sus decisiones y acciones en sentido contrario a lo que dice querer alcanzar. ¿Y porqué sucede esto? Es interesante preguntárnoslo porque no parece tener sentido, ya que es como si fuésemos conduciendo un vehículo sabiendo que queremos ir a determinado sitio que está en determinada dirección, y lo manejamos y orientamos para ir en una dirección totalmente opuesta al mencionado sitio.
¿Qué falla en tales casos? ¿Queremos ir en esa dirección o no queremos? ¿Sabemos realmente lo que hacemos y podemos anticipar realmente las consecuencias de nuestras decisiones o nos mentimos descaradamente al respecto? Quizás lo que falla en esos casos es nuestra capacidad de anticipación a los resultados, pero si eso es lo que pasa ¿A qué se debe?

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Lo vital que hay que entender respecto a este tema
Uno podría especular un poco respecto a todas estas cosas, pero siendo objetivos, lo que falla cuando el ser humano toma decisiones en un sentido y los resultados van en un sentido opuesto, son las acciones. Las acciones son (como ya dije) lo que hacemos en relación con nuestras decisiones.
Si decidimos alcanzar un propósito (como graduarnos de la escuela de leyes, por ejemplo), nos incribimos en una universidad en la carrera de derecho para ello, pero lo que sigue a eso es que entonces habrán a su vez una serie de decisiones y acciones que derivarán de esa acción para que consigamos lo que queremos. No basta solo con decidir, sino que pasar a la acción efectiva es vital, y en ello, priorizar lo que será efectivo para alcanzar lo que estimamos como la cima de lo deseable para nosotros es elemental en el proceso.
Esas decisiones y acciones que tomaremos (y que son posteriores a la decisión y acción inicial) deberán estar enfocadas en lograr graduarnos. Ergo, a partir de allí todo deberemos priorizarlo para conseguir el logro magno de ser profesionales del derecho. Ya que si no lo hacemos, estaríamos siendo incoherentes en nuestras decisiones y acciones y no estaríamos enfocándonos en lo que es importante para nosotros.
Ahora, esto demuestra el punto vital en todo este tema (y que nunca se puede recalcar lo suficiente) que es que los seres humanos priorizamos las decisiones que tomamos en función de lo que queremos y lo que creemos que necesitamos. Y entonces descartamos lo que no queremos y lo que sabemos que no nos lleva por donde queremos ir. Es un doble juego donde buscamos lo que creemos que nos dará la felicidad o un sentimiento de bienestar, mientras evitamos lo opuesto.
En este proceder, si tenemos coherencia con lo que decidimos y hacemos, entendemos que la gratificación instantánea no es el norte, sino que hay que saber posponer la gratificación en el tiempo. Entender que la satisfacción de un logro que lleve su esfuerzo y su tiempo será mayor que la de un logro que sea demasiado fácil y se obtenga demasiado rápido es importante.

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Si priorizamos lo realmente importante las buenas decisiones en la vida están garantizadas
Esto nos demuestra también que (por sentido común), si sabemos priorizar lo realmente importante para nosotros en la vida, las buenas decisiones estarán garantizadas. Y si tomamos buenas decisiones, lógicamente emprederemos las acciones adecuadas que nos llevarán a alcanzar sin dilación nuestras metas (sean cuales sean). Esto es verdaderamente reconfortante entenderlo ¿No lo piensan así?
Pero si es tan sencillo, ¿Por que tanta gente comete errores en sus decisiones de vida? Es muy fácil, por una de dos razones creo yo: 1. Porque no se conocen lo suficiente para saber lo que realmente quieren. O 2. Porque tienen una visión parcial o totalmente enajenada de la realidad que les lleva a fallar en su enfoque en lo que es realmente importante para lograr lo que quieren.
En ambos casos hay un problema severo y crónico que debe atenderse y solucionarse sin retraso; que es que las personas no llegan a alcanzar (a través de sus decisiones de vida), la visión de lo que deben priorizar para llegar a donde quieren. ¿Suena enredado? Tal vez, pero es simple: O quieres algo, o no lo quieres. Así que qué te lleva a enfocarte en una decisión o en otra, es lo que te debes preguntar.
Como es de sentido común suponer, hay que conocernos muy bien a nivel personal y ser capaces de no mentirnos a nosotros mismos para saber qué es lo que queremos para así vislumbrar las decisiones adecuadas que debemos tomar en el proceso. Con el tiempo esto nos dará una clase especial de fortaleza que habremos ido obteniendo a pulso, pero que nos hará priorizar las mejores decisiones siempre.
¿Qué opinas sobre el tema tratado? Por favor comenta.
