Antes de darme cuenta que debía buscar la forma de equilibrar mi cuerpo y mi mente para poder manejarlas de una manera eficiente, me pasé durante muchos años analizando mis apegos, porque me había dado cuenta que reaccionando de cierta manera a cosas que el mundo real me arrojaba, me estaba haciendo más daño que bien. Me había enterado de la filosofía y cómo dejar atrás ciertas fortalezas mentales iba a contribuir a mi bien estar. Pero... ¿Qué es un apego?
Un apego, en mi experiencia, es una idea con la que te identificas. La cosa es que no basta simplemente con "superar" esa idea, sino que hay muchas, muchísimas. Si tuvieramos consciencia de cuantos apegos tenemos nos abrumaríamos al instante. Se habla mucho de ellos en ciertas doctrinas y libros sagrados, pero es importante considerar por qué nos sería útil, hoy día, dejarlos para nuestra productividad.
¿Cuál es el problema?
Hace poco dí este ejemplo. Si te identificas con un equipo de soccer, cuando ellos pierdan también te dolerá a ti. Podemos notar que hay grados de apego así que dependiendo de la reacción podríamos determinar la fuerza con la que está fundida en nuestra identidad.
"Tengo derecho a sentirme molesto", es uno culturalmente importante en nuestros tiempos. Una cosa es intentar algo hasta cierto punto, fallar y sentir frustración que luego superamos. Otra cosa es "tener el derecho" a molestarse porque en ese plan, tendemos a atesorar el enojo. Como alguien hizo algo que nos molestó, encima nos sentimos con el derecho de disparar insultos e improperios y en el peor de los casos pasar a la violencia física.
¿Con qué te sientes identificado?
Si queremos pertenecer a cierto grupo, comenzamos a imitar sus preceptos. Estas identidades se vuelven una especie de característica compartida entre grupos. Comenzando con ser "humano". Desde luego existe un cierto orgullo por pertenecer a nuestra especie porque tenemos la impresión de que las demás son inferiores, de modo que si alguien en un ataque de ira te dice "animal" el orgullo te dolerá y te verás impulsado a devolver el insulto.
Es por este juego de las etiquetas y de las identidades que los sabios de la antiguedad nos anconsejaban no identificarnos con nada, precísamente para evitar esos problemas... y alcanzar la iluminación, pero ese es otro tema.
Ser bueno
Un apego muy pillo es la identidad de "buena persona". Haha, en mi experiencia este es un apego terrible. "Buena persona" trae consigo una serie de derechos y de responsabilidades imaginarias. También contiene un enorme listado de cosas que las personas amables hacen y cosas que no hacen. Pues lo que suele ocurrir es que cuando te toca hacer respetar tus límites, a veces con razón, tiendes a ceder una y otra vez porque la opinión de los demás sobre ti es que "no eres una buena persona".
Pronto te hallarás en un gran problema, soportando cosas innecesarias y relegándote siempre al último en todas tus necesidades porque las personas "buenas y sacrificadas" hacen eso. Es una identidad extremadamente triste, prepotente y amargada.
Hoy día, muchos hombres dicen que se "merecen" afectos simplemente por ser medianamente soportables, como si la atención femenina se les fuera jurada con el solo nacer. Es innegable que volverse una persona consciente de sí misma requiere de ciertos sacrificios, pero son cosas que uno hace para sí mismo, porque nos parece que podemos dejar atrás las cosas que nos hacen sufrir.
Cada vez que siento ansiedad por algo me pregunto qué es lo que estoy intentando defender desesperadamente, porque la realidad es que solo un 0,001 de las veces, la ansiedad realmente me ha servido para resolver un problema. La mayor parte del tiempo mi cabeza se hace enorme con escenarios que nunca suceden, todos catastróficos, para luego no experimentar ni uno solo y encima, con la resolución más pacífica posible. Después de unas cuantas (muchas) veces simplemente llegas a la conclusión:"Pude haberme ahorrado esto".
He luchado con muchas ansiedades en mi vida y te puedo garantizar que dejarlas no solo me ha abierto la mente sino que te ahorra mucha energía. ¿Cuántas veces por querer adelantarnos a un problema terminamos cansados y agotados de tanto pensar? Si ya sabes como resolverlo, ¿por qué temerle? Eso es lo que debes preguntarte, y la respuesta es solo tuya, estimado lector.
¡Todo temor es aprendido!
)Before I realize that I should find balance in body and mind, I had heard about philosophy and how to leave behind certain mental strongolds was going to contribute to my wellbeing. But ... What is an attachment?
An attachment, in my experience, is an idea with which you identify. The thing is that it is not enough to "overcome" that idea only, but there are many more. If we were aware of how many attachments we have it would overwhelm us instantly. There is a lot of talk of them in certain doctrines and sacred books, but it is important to consider why it would be useful, today, leave them for our productivity.
What is the problem?
Recently I used this example. If you identify with a soccer team, when they lose it will also hurt you. We can notice that there are degrees of attachment so depending on the reaction we could determine the force with which it is cast in our identity.
"I have the right to feel angry" is a culturally important one in our times. It is one thing to try something to some extent, fail and feel frustration that we then overcome. Another thing is to "have the right" because we tend to treasure anger. As someone did something that bothered us, we felt on the right to shoot insults and expletives and in the worst case to go to physical violence.
What do you feel identified with?
If we want to belong to a certain group, we begin to imitate their precepts. These identities become a kind of shared characteristic between groups. Starting with being "human." Of course there is a certain pride to belong to our species because we have the impression that the others are lower, so that if someone in an anger attack tells you "animal" the pride will hurt you and you will be driven to return the insult.
It is for this game of the labels and identities that the sages of antiquity anchored us not identify with anything, precisely to avoid those problems ... and achieve enlightening, but that is another issue.
Be good
A very cool attachment is the identity of "good person." Haha, in my experience this is a terrible attachment. "Good person" brings with it a series of rights and imaginary responsibilities. It also contains a huge list of things that kind people do and things they don't do. Well, what usually happens is that when you have to enforce your limits, you tend to give up again and again because the opinion of others about you is that "you are not a good person."
Soon you will find yourself in a big problem, supporting unnecessary things and always relegating yourself to the last in all your needs because "good and sacrificed" people do that. It is an extremely sad, arrogant and bitter identity.
Today, many men say that they "deserve" affections simply because they are moderately bearable, as if female attention were sworn to them as a birth right. It is undeniable that becoming a person aware of himself requires certain sacrifices, but those are things that one does for oneself, because we believe we can leave behind the things that make us suffer.
Every time I feel anxiety about something I wonder what am I trying to defend desperately, because the reality is that only 0.001 of the times, anxiety has really helped me to solve a problem. Most of the time my head becomes huge with scenarios that never happen, all catastrophic, and then not even one of these happens and on top, with the most peaceful resolution possible. After a few (many) times you simply conclude: "I could just have skipped all this nonsense."
I have fought with many anxieties in my life and I can guarantee that leaving them not only opened my mind but saved me a lot of energy. How many times for wanting to get ahead of a problem we end up tired and exhausted from thinking so much? If you already know how to solve it, why fear it? That is what you should ask, and the answer is only yours, dear reader.
All fear is learned, and comes from somewhere!