La importancia de tomar decisiones: mi historia de codependencia emocional (ESP/ENG)

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¡Hola, comunidad! ¿Cómo están?, después de un tiempo alejada, hoy quiero compartir con ustedes algo que ha sido muy importante en mi vida: la toma de decisiones, muchas veces, nos guardamos tantas cosas para nosotros mismos, que nos tomamos nuestro tiempo para procesar lo que pensamos. Sin embargo, hay momentos en los que tomar una decisión es fundamental para nuestro bienestar emocional y nuestra calidad de vida.

En estas palabras, quiero contarles sobre la importancia de reconocer la codependencia emocional y cómo esto puede afectar nuestras decisiones, a veces, creemos que somos los únicos que sufrimos por no saber qué hacer, pero en realidad, es una situación muy común, la falta de decisiones puede producir malestar, afectar nuestro estado de ánimo e incluso nuestro sueño.

Es fundamental poner límites y reconocer el agotamiento en estas situaciones para poder llegar al momento de la decisión, cuando leí sobre la codependencia emocional, me sentí identificada con muchas de las experiencias descritas, durante mucho tiempo, sentí una gran presión por parte de mi madre para ser perfecta y cumplir con todas sus expectativas, lo que me llevó a una sensación de agotamiento emocional constante.

Por eso, quiero invitarlos a reflexionar sobre cómo las expectativas de los demás pueden influir en nuestras decisiones y cómo podemos tomar el control de nuestra vida emocional, espero que estas palabras les sea útil y que juntos podamos aprender a tomar decisiones que nos hagan sentir bien.

Mi historia

Sé que me podía reservar mi experiencia, pero me gustaría compartirla con ustedes, un poco de lo que viví, durante años sufrí mucho en casa de mis padres, mi mamá me hacía la vida muy dura, siempre me comparaba con las demás personas, sentía que me menospreciaba, pero eran comparaciones para mí, muy absurdas, por ejemplo: la vecina se casó con tal persona y ahora le compro una gran casa, no sé que esperas para conseguir a alguien que te dé lo que mereces, era absurdo el comentario: la diferencia entre esa relación era de 20 años, el tipo con esposa y ella una trepadora, entonces yo me enfocaba solo en estudiar, un día comente que quería hacer dos carreras y pues en vez de sentir apoyo me dijeron: quieres matar dos pájaros de un tiro, ya verás que no terminaras ninguna.

Logre mis dos carreras y aun así obtuve un empleo fijo en una Universidad de prestigio "UNIVERSIDAD DEL ZULIA" mientras otros rumbeaban yo amanecía estudiando, pero para ella siempre fue poco, siempre me dice cosas que me decepcionaban, después de conseguir pareja, ahora me reprocha que no tiene dinero y sobre todo que no me representa, yo toda mi vida he sido bastante respetuosa y sería incapaz de faltarle el respeto, mi mamá tenía un carácter tan difícil que yo tenía 13 años de noviazgo y ya con anillo en mano no me atrevía a casarme porque siempre influía sobre mí, vivía como pisoteada, y para terminar de contar mi historia pensaba mudarme con él a un apartamento en agosto del 2019 ya todos sabían de los planes, viaje y pospuse mi mudanza, aunque ya la gran mayoría de mis cosas estaban en el apartamento, resulta que regreso embarazada de 6 semanas y mi mamá me propone que me quede en casa, que porque me iba a ir de mi casa, obvio ella no toleraba a mi novio, no lo quería y lo primero que me dijo fue te quedas, pero sin él, claro ya nosotros teníamos un apartamento alquilado y equipado, tras 13 años de noviazgo y ahora embarazada con 30 años de edad yo no podía dudar ni un segundo que lo indicado era estar con el padre de mi bebe, nos amábamos y ya no tenía muchas razones para seguir en la casa, mi mamá no me dejaba salir (estamos hablando de que tenía 30 años) y le molestaba cualquier amistad así que fue bastante difícil.

Con unas semanas de embarazo a medida que pasaban los días yo analizaba mi situación y pensaba en lo tonta que había sido y claro se preguntaran porque aguante tanto, mi repuesta es fácil, mi mamá no nos dejaba vida a ninguno, mi papá sufre del corazón y no se tomaba los medicamentos, éramos tres trabajando y las otras tres estudiaban y yo sentía que era responsable de todas esas situaciones por ser la mayor y claro también sabia que si me iba, mis hermanas se iban enseguida, aguante hasta donde pude el 16 de septiembre le dije: Me voy hoy porque necesito hacer mi vida, ella se molestó mucho y me dijo, y que acaso yo no te he dejado hacer tu vida, espero que después no te arrepientas de lo que haces, yo agarre mi maleta y me despedí de todos igual viviría muy cerca, (yo sabía que mi decisión era la mejor, pero sabía que tenía consecuencias), mi mamá estaba tan molesta que la pagaba con mis hermanas, mi hermana la que me seguía también era mayor de edad, poco después también decidió dejar el nido, no aguanto tanto como yo, han pasado tres años, estamos graduadas y nos fuimos en pandemia, estamos bien quedo solo la menor de 11 años y a veces dice que no soporta las actitudes de nuestra mamá, yo no la juzgo, ella como madre siempre va a querer lo mejor para sus hijas, pero fue bastante dura, yo me he vuelto intolerable de ser dulce y sumisa, pase a contestarle a quien sea, vivo con mi esposo y tenemos una bebe de tres años, conservo mi trabajo y hago lo necesario por ser yo misma, en la actualidad mi mamá no ha cambiado, aún no me ha venido a visitar la primera vez, no entra a mi casa, se queda afuera, mi papá es totalmente diferente a ella, y mis hermanas y yo más unidas que nunca, ambas tenemos buenos esposos y gracias a Dios no va bien en los trabajos, pero siempre me siento como vacía al pensar que nunca mi mamá se siente satisfecha.

Para resumir todo lo que siento, en mi experiencia, puedo decir que durante mucho tiempo, me encontré atrapada en una dinámica de codependencia emocional hacia mis padres, especialmente hacia mi madre. Sentía una gran presión por parte de ella para ser perfecta y cumplir con todas sus expectativas, lo que me generaba un gran estrés y agotamiento emocional, me sentía constantemente culpable por querer tomar decisiones que pudieran desagradarle o causarle problemas, lo que me llevaba a tomar decisiones basadas en el miedo en lugar de en mis propias necesidades y deseos. Además, me sentía responsable de las situaciones difíciles en mi familia, especialmente en relación con mi padre, quien sufre del corazón, y a mis hermanas, esta carga emocional adicional me hacía sentir atrapada en una situación codependiente, donde tenía miedo de hacer cualquier cosa que pudiera empeorar las cosas en la casa.

Sin embargo, finalmente llegué a un punto de quiebre donde decidí que necesitaba poner límites y valorarme a mí misma, aunque tuve que enfrentar consecuencias negativas por mi decisión de alejarme de mi madre y tomar el control de mi propia vida, aprendí a ponerme a mí misma en primer lugar y a dejar de sentirme responsable por las situaciones en mi familia.

Fue difícil al principio, me di cuenta de que al tomar decisiones que me beneficiaban a mí misma, también estaba mejorando la vida de mi familia en general, ahora, siento que tengo más autoestima y autoconfianza, lo que me permite tomar decisiones con más claridad y seguridad, aprendí que la codependencia emocional puede ser una trampa peligrosa, pero que siempre hay una salida y una forma de liberarse.