Sitting in the coffee shop in the park, Selina and Angus were enjoying a delicious coffee as they did every morning before she went into her class at the university. He was helping her review her lesson for the presentation she had that day, and she was answering all the questions he asked her about the subject. When she finished, he said to her:

         --- Excellent my dear! You are very well prepared for today. Those 20 points are already guaranteed.

         --- Thank you for always supporting me my dear Angus, I don't know what I would do without you ---she replied and hugged him goodbye.

         She walked up the stairs to medical school, the career she had always wanted to study after her father died of cancer. She felt the desire to save lives and prepare herself to help others when she saw how difficult it was for her parents to pay for his treatments because of their limited resources. Thanks to a scholarship she received for her good grades, she was able to enroll in that career.

         Angus always encouraged her to fight for her dreams, ever since they met when she was only 4 years old, exactly on the day of her father's funeral. She was walking with her grandmother in the park near the cemetery after buying some flowers for her father and Angus was sitting on a park bench eating an ice cream. He was 6 years older than Selina at the time, that is, he was 10 years old. She gave him a flower, and told him how sad she was that her dad couldn't be saved because he didn't have the money to continue with such an expensive treatment, and he encouraged her to become a doctor when she grew up to help as many people in need as her dad, to fight such hard diseases.

         They became best friends, every time she came to the cemetery or the park, they would meet and talk for a while. As time went by, Angus and Selina went everywhere together, he was her unconditional companion and friend, she would not do anything unless she consulted him. Her mom was worried because she talked about a good friend but she never took him home. Her college friends didn't know him either, and when they went out together he didn't go. They even thought they were Selina's inventions to avoid her lonely and introverted personality.

         Selina managed to finish her degree, and had already been working in a hospital in the city for a few years. One afternoon, leaving her shift with Angus, she felt sick and fainted. He rushed her to the emergency room. The doctors and nurses looked for him to ask him what had happened, but when they turned around he was gone. They called her mother and grandmother and notified them that she was suffering from the same disease as her father, leukemia, and that her condition was already terminal, that there was nothing they could do to save her. That same night Selina died, her anguished mother searched among her things for her friend's name and a phone number to notify her, but she got nothing. Only a card among her books that read: "My dear Selina, you will be my friend for all eternity. Signed: Angus Gabriel Ruíz".

         Forgetting that, they went about preparing the girl's funeral and burial. They found it strange that their friend did not show up. Selina was buried next to her father's grave because those plots had been bought previously. In the following days, her mother had her mother's grave made very beautiful, with a dedication on her tombstone. While supervising the work of the laborers, he walked a bit among the nearby graves and almost fell backwards when he found a grave that had the following written on its headstone:

         Sentados en el cafetín del parque, Selina y Angus disfrutaban de un delicioso café como todas las mañanas antes de que ella entrara a su clase en la universidad. Él la ayudaba a repasar su lección para la exposición que tenía ese día, y ella iba respondiendo a todas las preguntas que él le hacía sobre el tema. Al terminar le expresó:

         --- ¡Excelente querida! Estás muy bien preparada para hoy. Esos 20 puntos ya están garantizados.

         --- Gracias por apoyarme siempre mi querido Angus, no sé qué haría sin ti ---le respondió ella despidiéndose de él con un fuerte abrazo.

         Subió las escaleras de la facultad de Medicina, la carrera que desde siempre quiso estudiar después que su padre murió de cáncer. Ella sintió el deseo de salvar vidas y prepararse para ayudar a otros cuando vio lo difícil que fue para sus padres costear los tratamientos de él por los escasos recursos que tenían. Gracias a una beca obtenida por sus buenas calificaciones, pudo matricularse en esa carrera.

         Angus la animaba siempre a luchar por sus sueños, desde que se conocieron cuando ella tenía apenas 4 años, exactamente el día del entierro de su papá. Ella caminaba con su abuela por el parque cercano al cementerio después de comprar unas flores para su padre y Angus estaba sentado en un banco del parque comiendo un helado. Tenía 6 años más que Selina en ese momento, o sea, contaba con 10 años de edad. Ella le regaló una flor, y le contó lo triste que estaba porque su papá no se pudo salvar ya que no tenía dinero para continuar con un tratamiento tan costoso, y él la animó a ser doctora cuando creciera para ayudar a tantas personas necesitadas como su papá, a luchar contra esas enfermedades tan duras.

         Se convirtieron en los mejores amigos, cada vez que venía al cementerio o al parque, se encontraban y conversaban un rato. Con el pasar del tiempo ya Angus y Selina iban juntos a todos lados, era su compañero y amigo incondicional, ella no hacía nada si no lo consultaba con él. Su mamá se preocupaba porque ella hablaba de un buen amigo pero nunca lo llevó a la casa. Sus amigas de la universidad tampoco lo conocían, y cuando salían juntas él no iba. Hasta pensaron que eran inventos de Selina para evadir su personalidad tan solitaria e introvertida.

         Selina logró finalizar su carrera, ya estaba trabajando en un hospital de la ciudad desde hacía unos años. Una tarde, saliendo de su guardia en compañía de Angus, se sintió mal y se desmayó. Él la trasladó de inmediato a urgencias. Los doctores y enfermeras lo buscaron para preguntarle qué había pasado pero cuando voltearon ya no estaba. A Selina le hicieron varios exámenes, llamaron a su madre y a su abuela y les notificaron que padecía la misma enfermedad de su padre, leucemia, y que ya su estado era terminal, que no podían hacer nada para salvarla. Esa misma noche Selina murió, su madre angustiada buscó entre sus cosas el nombre de su amigo y un teléfono para avisarle, pero no consiguió nada. Sólo una tarjeta entre sus libros que decía: “Mi querida Selina, serás mi amiga para toda la eternidad. Firma: Angus Gabriel Ruíz”.

         Ya olvidando eso, se dedicaron a preparar el funeral y el entierro de la chica. Les pareció extraño que su amigo no se presentara. A Selina la enterraron al lado de la tumba de su padre porque ya esas parcelas habían sido compradas con anterioridad. A los días siguientes, su madre le mandó a hacer su tumba muy hermosa, con una dedicatoria en su lápida. Mientras supervisaba el trabajo de los obreros, caminó un poco entre las tumbas cercanas y casi cae de espaldas al encontrar una tumba que tenía escrito en su lápida lo siguiente: