✒️Historia corta: Bruja [Esp-Eng ]✒️Short story: Witch, by CarlosMiguelFM

  En latino América existe la antigua creencia acerca de la existencia de las brujas, más específicamente en el oriente de Venezuela se tiene una certeza colectiva de su existencia; pero no me refiero a brujas como las de películas, con escobas voladoras y verrugas en la nariz, no. Las brujas a las que muchos le temen en los pueblos de oriente son criaturas malignas, que a través de brujería toman la forma de grandes aves negras, a las que aquí se conocen como zamuros (buitres negros), caminan por los techos de las casas buscando víctimas para chuparles la energía, preferiblemente jóvenes varones, con cierto grado de inocencia y vulnerabilidad.

  Para Mauro, estas historias de brujas que chupan energía, solo son eso, historias para asustar y nunca las ha tomado en serio, aunque una parte de él cree que existen una especie de otro mundo, a los que algunos llaman “otra dimensión”, u otro plano astral, hasta el purgatorio puede estar en ese grupo, Mauro cree que ese “otro plano” es el culpable de acontecimientos que terminan siendo inexplicable, como apariciones o visiones, pero como aprendió de su padre, cuando se trata de esas cosas inexplicables, lo mejor es no saber, no creer en nada y así no permitir que nada te afecte, porque ese otro plano está por debajo de nuestro, es inferior, el temor es quien le da el poder para afectar a las personas. Claro, eso pensaba Mauro hasta que vivió los acontecimientos que le narraré a continuación.

  Llegaron las vacaciones escolares y Mauro, quien era profesor de Matemáticas, viaja junto a su esposa Eliana y su hijo de 12 años, Sebastián, el destino es la vieja casa que heredó de su madre, la cual, está ubicada en un pequeño pueblo del oriente del país llamado San Antonio de Capayacuar, lugar en el que planean pasar menos de 3 meses, para acondicionar y vender la casa.

  Era un miércoles por la noche cuando llegaron a la casa, luego de conducir por un camino azotado por una fuerte lluvia. - Mamá, ¿por qué el techo suena tan fuerte? – preguntó el joven Sebas, ya que él siempre ha vivido en apartamento y no conocía ese tipo de techo. Eliana le explico que ese era un techo de láminas de acerolit, que eran láminas muy delgadas que sonaban fuerte cuando llovía, además agregó que cuando alguien caminaba por el techo era imposible no escuchar los pasos, Mauro aprovecho para contarle que cuando eran niño, durante las noches se escuchaban gatos caminando por el techo, a veces hasta peleaban y todo se escuchaba aterrador. La lluvia terminó y luego de Mauro le mostrará la casa y se acomodarán, se acostaron a dormir. Sebas se acostó en la antigua habitación de Mauro, mientras que Mauro y Eliana se acostaron en la habitación de los padres de Mauro. Cerca de las 11:00 pm se cucha un garo caer en el techo, Eliana lo escucha justo arriba de su cama, en el instante que ella aguanta la reparación y busca apretar el brazo de Mauro, él lo comenta –Tranquila, ese es Pancho, el gato de vecino, acostúmbrate a oírlo-.

  Las primeras dos semanas se hizo normal oír a Pancho todas las noches caminando por el techo. Pero la noche del tercer lunes, era una noche de esas sin luna, muy oscuras, a las 12:30 am Mauro escucha caer a Pancho en el techo, pero esta vez se escucha diferente, se siente más pesado. Mauro abre los ojos y le presta más atención a los pasos. Se siente como la lámina del techo es más forzada, definitivamente es más pesado que Pancho, ese no puede ser Pancho, se siente los pasos más lentos y pesados de lo normal, al prestar más atención se pueden sentir que es un animal con garras. Mauro esta atente y confundido, pero no se mueve de la cama, no quiere despertar a Eliana, él solo escucha y lo deja pasar hasta dormirse, pensando en muchas cosas, pensaba en las historias de las brujas, la cuales él sabe no pueden ser verdad. Durante un mes se hizo rutinario escuchar esos pasos en el techo después de la medianoche, no solo él, Eliana también podía escuchar esos pasos, especulaban sobre que animal era el que caminaba, tomando en cuenta todos los factores llegaron a la conclusión de que era un animal de dos para, pesado y con garras, podía ser un búho o un zamuro, pero ninguno de los dos quería creer que podía tratarse de una bruja.

  Los días pasaron y una tarde fueron visitados por Carmen, una vecina amiga de la infancia de Mauro, decidieron cenar y destapar una botella de wiski para hablar y recordar el pasado. Entre tragos, Eliana comenta el sonido que escuchan en la noche, a lo que Carmen respondió alterada y en voz alta –¡Esa es la vieja Graciela! Esa vieja bruja, coño de madre-.

  -¡Claro que no!- Replico Mauro. Totalmente escéptico al tema.

  -Tú nunca crees nada, dejarme verte los brazos- decía Carmen mientras tomaba los brazos de Mauro buscando algún tipo de marca. Entonces Eliana alarmada mencionó el nombre del pequeño Sebastián, en ese instante los tres fueron de prisa al cuarto donde dormía Sebas, y al revisarlo con cuidado para no despertarlo, pudieron notar unas marcas en sus brazos, cuello y espalda. Eran como picadas de mosquitos, pero más rojas y grandes de lo normal, - Esa bruja coño de madre está chupando a Sebas.- dijeron casi unísonas las dos mujeres.

  Durante las noches siguientes, Mauro y Eliana estaban atento a los sonidos del techo, pasaron dos noches sin dormir, esperando escuchar algo, pero no sucedió nada, mientras esperaba debatían sobre lo que podía está pasando, especulaban sobre las marcas en el cuerpo de Sebas, Podían ser los puri-puri (una especie de zancudos que hay en los pueblos que mucha vegetación), pero los puri-puri causan dolor cuando pican y Sebas no se ha quejado de las picadas. Eso también descartaba la teoría de cualquier insecto, ya que Sebas no era consciente de que existían esas marcas es su cuerpo. –Tiene que ser la bruja Mauro, esa bruja está chupando a mi hijo, vámonos de aquí-, repetía Eliana mientras no lograban conseguir respuestas lógicas. Pero Mauro se negaba a creer en que se trataba de una bruja. Esa noche estaban esperando a que sonará el techo, el reloj marcaba las 3:30 y ambos estaban cayendo en el sueño, escucharon caer algo en el techo, pero ambos se quedaron dormidos. En la mañana se despertaron conscientes de lo que había sucedido, corrieron para ver a Sebas, Eliana estaba muy asustada y Mauro con un tono determinante dijo –Hasta hoy, no te preocupes que esta noche yo resuelvo esto.

  Esa tarde Mauro fue al depósito de la casa, donde sabía estaba guardada la escopeta con la que su padre solía ir a cazar, la limpió y aceitó, tomo la linterna de cabeza, esa que su padre se colocaba para cazar luego tomo una escalera y la coloco cerca de la puerta trasera de la casa, de manera tal que pudiese subir al techo rápidamente. Carmen les decía –Debes pegarle con un palo, debes darle una paliza y veras que al día siguiente la vieja Graciela vendrá adolorida a pedirte que le regales un poco de sal.- Lo que hizo que a Mauro se le ocurriera colocarse una cámara go pro en el pecho. Le comentó a Eliana y Carmen que iba a matar a ese pájaro y lo iba a grabar en video, para que así quedará prueba de que era solo un ave y no una bruja como ellas decían. Esa noche actuaron normalmente y Mauro se mantuvo preparado atento para emboscar a la criatura.

  Cuando el Reloj marco las 3:30am se escucha caer algo en el techo, Mauro corrió y mientras subía las escaleras dijo – Esta noche te mato y te grabo pájaro maldito!, te juro que te voy a matar y te voy a grabar.

  Pero no se vio nada. Después de esa noche no volvieron a oír nada atípico, las marcas en el cuerpo de Sebastián desaparecieron y no volvieron a aparecer, durante una semana Mauro estuvo tratando de emboscar al ave, pero está no volvió más. Una tarde Mauro salió a comprar algo de comida, en el camino vio a la señora Graciela, la supuesta bruja, saco su teléfono y le grito –Una foto señora Graciela- mientras le sacaba una foto, ella se tapó el rostro con una mano mientras le decía que no con la otra. Al llegar a casa le comentó lo que hizo a Eliana, mientras hablaba busco la foto en el teléfono para mostrársela, pero la foto no se guardó.

  Mauro y Eliana aún no se ponen de acuerdo acerca de que fue lo que sucedió, Ella insiste en que la bruja no volvió por temor a ser grabada y asesinada, y Mauro insiste es que solo fue casualidad el ave no volviera más. Esos debates terminan siempre con la misma frase en forma de broma por parte de Mauro: “Yo no creo en brujas, pero de que vuelan, vuelan”.