Cronos tirano, inexorable. Sus pasos medidos en 86.400 segundos al día en las magníficas máquinas actuales, más titánico si se quiere, que en tiempos remotos, cuando sus pasos se median por una sombra arrojada en los días soleados o por la lenta caída de la fina arena dentro de una burbuja de vidrio.
Desde que sentimos su poder, por lo inexorable de sus pasos, que nadie logra detener, soñamos con máquinas del tiempo.

Increíbles, ingeniosos artilugios que nos permitan controlar sus pasos, o hacernos viajar adelante o atrás por su camino. Ilusiones de la fantasía plasmadas en vehículos, cápsulas o mágicos artilugios sencillos en apariencia, pero que no dejan de enfrentarnos a las llamadas paradojas o imposibilidades.
Pensadores que han especulado sobre tan discutible tema, encuentran una solución plausible al calcular que el hipotético viajero, no lo hace en el tiempo, sino por diferentes universos paralelos, los más cercanos tan similares al propio, que se dificulta distinguirlo.

Todo es posible en un universo infinito.

Apartándonos un poco de la ficción y la fantasía y sin caer en el autoengaño de las cirugías cosméticas, adquirir excéntricas costumbres, suscripciones a gimnasios, tenemos una magnífica oportunidad de viajar sobre el tiempo y liberarnos de la tiranía de Cronos.

Olvidemos su paso inexorable que no se detiene y adoptemos a Kairós. Tiempo significativo, de calidad, momento presente. Hagamos de cada momento del día, algo significativo, lejos de la rutina. Luego de despertar y pasar por los necesarios rituales de higiene, no nos dejemos capturar por la monotonía y menos por el aburrimiento. Busquemos un proyecto que acometer con agrado, alejémonos de mirar y escuchar la pantalla sin interés y ocupados en alguna sencilla pasión, entraremos en la eternidad del momento presente. Olvidándonos del transcurrir, en tiempo se olvida de nosotros y cuando la fatiga o el cansancio nos saca de la eternidad, nos encontramos vacunados contra el tedio y el aburrimiento dispuestos para abrazar el descanso reparador y quien sabe, en el reino de Morfeo viajar por el tiempo, el espacio y los universos posibles.

Imagen de mi propiedad tomada con la camara de un telefono Redmi A9 / Image of my property taken with the camera of a Redmi A9 phone

Time, dimension or illusion

Chronos tyrant, inexorable. His steps measured in 86,400 seconds a day in today's magnificent machines, more titanic if you will, than in remote times, when his steps were measured by a shadow cast on sunny days or by the slow fall of fine sand inside a glass bubble.
Ever since we felt his power, due to the inexorability of his steps, which no one manages to stop, we dream of time machines.

Incredible, ingenious gadgets that allow us to control their steps, or make us travel forwards or backwards on their path. Illusions of fantasy embodied in vehicles, capsules or magical gadgets that are simple in appearance, but that do not stop confronting us with the so-called paradoxes or impossibilities.
Thinkers who have speculated on such a debatable subject find a plausible solution by calculating that the hypothetical traveler does not travel in time, but through different parallel universes, the closest ones so similar to their own that it is difficult to distinguish them.

Anything is possible in an infinite universe.

Departing a little from fiction and fantasy and without falling into the self-deception of cosmetic surgeries, acquiring eccentric customs, subscriptions to gyms, we have a magnificent opportunity to travel through time and free ourselves from the tyranny of Cronos.

Let's forget his inexorable step that doesn't stop and let's adopt Kairós. Significant, quality time, present moment. Let's make every moment of the day something meaningful, far from the routine. After waking up and going through the necessary hygiene rituals, let's not let ourselves be captured by monotony and even less by boredom. Let's look for a project to undertake with pleasure, let's move away from looking and listening to the screen without interest and busy with some simple passion, we will enter the eternity of the present moment. Forgetting about passing, in time it forgets us and when fatigue or tiredness takes us out of eternity, we find ourselves vaccinated against tedium and boredom ready to embrace restful rest and who knows, in the kingdom of Morpheus to travel through the time, space and possible universes.