I started to feel the warming sun enter through the window and land on my still closed eyes that day. I finally decided to open them and leave my comfy bed. Everything looked like a regular day. My brothers were still in bed; they were lucky enough to sleep far from the window. The day passed as usual: we had breakfast, we played with our dinosaurs and he-man figures, we watched Baby Muppets, we had lunch, we read, we played with our dog Dolly; nothing out of the ordinary. That was true except for one thing: it was my birthday. I sought in the eyes of my mother a reaction, a tell, a secret, anything that would lead me to believe she remembered my special day. I looked and I looked, but I couldn’t decipher any secret plans. My brothers would not remember since they were as little as I was, and I was turning five.
Empecé a sentir el calor del sol entrar por la ventana y aterrizar en mis ojos aún cerrados ese día. Finalmente decidí abrirlos y dejar mi cómoda cama. Todo parecía un día normal. Mis hermanos todavía estaban en la cama; tuvieron la suerte de dormir lejos de la ventana. El día transcurrió como siempre: desayunamos, jugamos con nuestros dinosaurios y muñecos, vimos Baby Muppets, almorzamos, leímos, jugamos con nuestra perra Dolly; Nada fuera de lo común. Eso era cierto excepto por una cosa: era mi cumpleaños. Busqué en los ojos de mi madre una reacción, un relato, un secreto, cualquier cosa que me hiciera creer que se acordaba de mi día especial. Miré y miré, pero no pude descifrar ningún plan secreto. Mis hermanos no se acordaban ya que eran tan pequeños como yo, y yo estaba por cumplir cinco años.
As the night approached, I thought, “My dad is going to arrive from work, and then we will all celebrate my birthday.” I started to feel worried when I looked at the oven. It was as cold and silent as it could be. There was no sweet smell coming from the kitchen either, and my mother was not anywhere nearby that part of our house. My concerns increased to the point of decision. “I am going to ask my mother about it.” To my inquiries she just replied “Oh that’s right; it is your birthday. Sorry, my child, we can’t celebrate today.” That turned into ice even the warm sunrays that woke me up that day. I dragged my hurt heavy soul to the front porch and decided to wait for my dad. The sun was setting; he was not home yet.
A medida que se acercaba la noche, pensé: “Mi papá va a llegar del trabajo y luego todos celebraremos mi cumpleaños”. Empecé a preocuparme cuando miré el horno. Era tan frío y silencioso como podía ser. Tampoco salía un olor dulce de la cocina, y mi madre no estaba cerca de esa parte de nuestra casa. Mis preocupaciones aumentaron hasta el punto de la decisión. "Voy a preguntarle a mi madre al respecto". A mis preguntas ella simplemente respondió “Oh, eso es correcto; Es tu cumpleaños. Lo siento, mi niña, no podemos celebrar hoy”. Eso convirtió en hielo hasta los cálidos rayos del sol que me despertaron ese día. Arrastré mi alma herida y pesada hasta el porche delantero y decidí esperar a mi papá. El sol se ponía; todavía no estaba en casa.
I finally heard the most familiar sound; it was my father’s car just right about the corner. Anxiously I waited until he got out of the car. His hands were empty. He entered the house, kissed my check as usual, and went inside. There was no “happy birthday.” I laid on the border between the house floor and the garden, placed my hands crossed over my knees, and let my head rest while I hid my tears. Dad promised me a Pin & Pon farm, but he came without it. After my mother told him, my father ran outside looking for me. He sat next to me in front of the garden. He was crying too. He tried to explain a now five years old child how we did not have money to celebrate, to make a birthday cake, or to buy presents. He apologized for forgetting my birthday, and told me how much he loved me.
A week after that, my father, brothers, and I were returning from the park. I encountered a sign in front of our black fence door. It was a drawing of a chubby sir, with a curly moustache, and a tall pompous hat. As we entered the house, we found signs guiding us until we arrived to the kitchen through a side door. My mother created a pizza restaurant. She welcomed me in Italian, and explained this was a make up celebration for my birthday. Immediately after that, I received a box I could not fully wrap my arms around; it was my very own Pin & Pon farm!
Finalmente escuché el sonido más familiar; era el auto de mi padre justo a la vuelta de la esquina. Esperé ansiosamente hasta que salió del auto. Sus manos estaban vacías. Entró en la casa, me besó la mejilla como de costumbre y entró. No hubo un "feliz cumpleaños". Me acosté en el borde entre el piso de la casa y el jardín, coloqué mis manos cruzadas sobre mis rodillas y dejé descansar mi cabeza mientras escondía mis lágrimas. Papá me prometió una finca Pin & Pon, pero vino sin ella. Después de que mi madre le dijo, mi padre salió corriendo a buscarme. Se sentó a mi lado frente al jardín. Él también estaba llorando. Trató de explicarle a un niño que ahora tiene cinco años que no teníamos dinero para celebrar, para hacer un pastel de cumpleaños o para comprar regalos. Se disculpó por olvidar mi cumpleaños y me dijo cuánto me amaba.
Una semana después de eso, mi padre, mis hermanos y yo regresábamos del parque. Encontré un letrero frente a la puerta de nuestra cerca negra. Era un dibujo de un señor regordete, con bigote rizado y un sombrero alto y pomposo. Al entrar a la casa encontramos carteles que nos guiaban hasta llegar a la cocina por una puerta lateral. Mi madre creó una pizzería. Me dio la bienvenida en italiano y me explicó que era una celebración de maquillaje para mi cumpleaños. Inmediatamente después de eso, recibí una caja que no podía abrazar por completo; ¡Era mi propia granja Pin & Pon!
The feeling of my family forgetting my birthday perdured in my memory till present day. I was just turning five, but I still remember such details. For some people, birthdays are really important. It is not about a present or a cake, but the main feeling of being remembered, noticed, and important enough to produce an action in others. That action does not have to be a present; it is usually enough with a single message.
Some people are fragile on that special day because it produces a recount on blessings, accomplishments, past traumas, lost battles, or life changes. Since that birthday of mine, I have always made an effort to remember other people’s special days. I have received responses like “thank for remembering me!” “you completely changed my day!” “thank you, thank you, thank you!” “I needed those words…” We are not responsible for other people’s feeling or emotional states, but we can act upon feelings we have towards them. Always remember birthdays; always show others that you love and care about them.
El sentimiento de mi familia olvidando mi cumpleaños perduró en mi memoria hasta el día de hoy. Estaba por cumplir cinco años, pero todavía recuerdo esos detalles. Para algunas personas, los cumpleaños son muy importantes. No se trata de un regalo o un pastel, sino del sentimiento principal de ser recordado, notado y lo suficientemente importante como para producir una acción en los demás. Esa acción no tiene por qué ser un regalo; suele ser suficiente con un solo mensaje.
Algunas personas son frágiles en ese día especial porque les produce un recuento de bendiciones, logros, traumas pasados, batallas perdidas o cambios de vida. Desde ese cumpleaños mío, siempre me he esforzado por recordar los días especiales de otras personas. He recibido respuestas como “¡gracias por recordarme!” “¡cambiaste completamente mi día!” "¡Gracias, gracias, gracias!" “Necesitaba esas palabras…” No somos responsables de los sentimientos o estados emocionales de otras personas, pero podemos actuar sobre los sentimientos que tenemos hacia ellos. Recuerda siempre los cumpleaños; siempre muéstrales a los demás que los amas y te preocupas por ellos.
@gaeljosser
Photos of my authorship
Story essay wrote to expose a credo lesson about birthdays
as an assignment for my ENG 301 class