Tenía días queriendo escribir esta publicación. Me emociona contarles sobre el proceso de creación de Trompín, un cuento infantil para los más tímidos de la casa.
Este cuento nació como una participación para el Hispaliterario 7 / Que sus obras nos iluminen, cuya temática era los elefantes. Lo escribí dos días antes de la fecha de cierre del concurso. Esa mañana, se lo mostré a Hannah, mi prima de diez años, que junto a su hermana menor y mis tíos viven en la misma casa donde resido. Quería saber si el cuento le gustaba. Y le gustó.
Ahora solo hacía falta pulir el cuento, conseguir las imágenes adecuadas y publicar. Pero sabía que ninguna de las imágenes que había en internet me gustaría.
Así que pensé en Ailyn, mi prima de seis años. Ella se la pasa dibujando casi todos los días. Sus dibujos son bonitos, a pesar de que no conoce ninguna técnica y rara vez se copia de alguna imagen. Es una niña muy creativa.
Aún no le había leído el cuento porque estaba dormida. Alrededor de las once la vi pasar por el pasillo de la casa y la llamé. Ella escuchó el cuento con atención y le gustó. Cuando le pregunté si quería hacer los dibujos para la publicación se emocionó y se puso manos a la obra.
Al principio, la idea era que ella dibujara la portada, la escena donde Trompín sube al escenario y a Trompín bañándose. Le pedí que hiciera los dibujos como quisiera y en la tarde me enseñó los resultados.
Me encantaron los dibujos y le pregunté si podía hacer otro en donde saliera Trompín con el grupo de músicos para colocarlo al final de la publicación. Ella dijo que sí y una hora después regresó con el siguiente dibujo, en el que Carlota, la mofeta de la bella voz, fue la única que le costó hacer y le pedí que la hiciera aparte, en otra hoja.
Ahora solo hacía falta editar los dibujos en photoshop. Pero mientras editaba se me ocurrió que podía hacer algo más con ellos. Después de vectorizarlos, la idea se hizo clara y salí corriendo emocionado a preguntarle a mi prima si podía hacer una ardilla, una jirafa, un murciélago, una paloma mensajera, una casa, un árbol, una ventana, un sol y una nube.
Ailyn se negó, pero le expliqué lo que quería hacer y se animó otra vez. Hizo los dibujos al día siguiente. No hubo problema. La idea de participar en el Hispaliterario, fue remplazada por el cuento que la misma originó y ahora solo importaba darle forma. Honestamente, estaba agradecido porque la historia se había convertido en un bonito cuento ilustrado, y todo gracias a ella.
A partir de allí, comencé a dedicar mi tiempo libre a la creación de las escenas. Fue una gran experiencia. Aunque a veces me bloqueaba y dejaba la tarea para el día siguiente. Lograr una buena relación entre las escenas y las palabras fue un trabajo duro, pero divertido. Así pasó una semana.
Luego vino el proceso de colorear. Ailyn, principalmente, y Hannah, eligieron los colores y pintaron varias páginas, mientras yo las ayudaba con el manejo del programa. A medida que avanzábamos, el cuento se veía cada vez mejor. La selección de colores fue más que acertada.
En las páginas que solo están los personajes del cuento, acompañados de varios párrafos, se utilizó la herramienta «degradado» para crear los fondos. Dicha herramienta fue empleada también para algunos detalles de otras páginas. Luego de combinar las capas de cada página, se utilizó el filtro de «granulado» y se guardaron las imágenes en formato PNG.
El sábado de la semana pasada, terminamos el cuento. Los resultados nos gustaron. No es un trabajo profesional, pero sin duda es agradable de leer. Esperamos que muchos en la comunidad disfruten la historia que compartiremos en la próxima publicación. Queremos conocer la opinión de los niños en casa. Y también agradecerles a ustedes por llegar hasta acá.
Ailyn está emocionada con la idea y feliz de mostrar su arte.
I have been wanting to write this post for days. I am excited to tell you about the creation process of Trompin, a children's story for the shyest in the house.
This story was born as an entry for the Hispaliterario 7 / Que sus obras nos iluminen, whose theme was elephants. I wrote it two days before the closing date of the contest. That morning, I showed it to Hannah, my ten-year-old cousin, who along with her younger sister and my aunt and uncle live in the same house where I reside. I wanted to see if she liked the story. And she did.
Now all that was left to do was to polish the story, get the right images and publish. But I knew that none of the images on the internet would suit me.
So I thought of Ailyn, my six-year-old cousin. She draws almost every day. Her drawings are beautiful, even though she doesn't know any technique and rarely copies from any picture. She is a very creative child.
I hadn't read her the story yet because she was asleep. Around eleven o'clock I saw her pass by in the hallway of the house and called out to her. She listened to the story attentively and liked it. When I asked her if she wanted to do the drawings for the publication she got excited and got to work.
At first, the idea was for her to draw the cover, the scene where Trompin goes on stage and Trompin bathing. I asked her to do the drawings as she wanted and in the afternoon she showed me the results.
I loved the drawings and asked her if she could do another one with Trompin and the group of musicians to put it at the end of the publication. She said yes and an hour later she came back with the next drawing, in which Charlotte, the skunk with the beautiful voice, was the only one she had trouble doing and I asked her to do it separately, on another sheet of paper.
Now all that was left was to edit the drawings in photoshop. But while I was editing it occurred to me that I could do something else with them. After vectorizing them, the idea became clear and I run out excitedly to ask my cousin if I could make a squirrel, a giraffe, a bat, a carrier pigeon, a house, a tree, a window, a sun and a cloud.
Ailyn refused, but I explained to her what I wanted to do and she perked up again. She did the drawings the next day. There was no problem. The idea of participating in the Hispaliterario, was replaced by the story it originated and now it only mattered to give it shape. Honestly, I was grateful because the story had become a beautiful illustrated tale, and all thanks to her.
From there, I began to dedicate my free time to the creation of the scenes. It was a great experience. Although sometimes I blocked myself and left the task for the next day. Achieving a good relationship between the scenes and the words was hard work, but fun. That's how a week went by.
Then came the coloring process. Ailyn, mainly, and Hannah, chose the colors and painted several pages, while I helped them with the program. As we went along, the story looked better and better. The color selection was more than successful.
On the pages with only the characters of the story, accompanied by several paragraphs, the "gradient" tool was used to create the backgrounds. This tool was also used for some details of other pages. After combining the layers of each page, the "grainy" filter was used and the images were saved in PNG format.
On Saturday last week, we finished the story. We liked the results. It is not a professional work, but it is certainly enjoyable to read. We hope many in the community will enjoy the story which we will share in the next publication. We want to know the opinion of the children at home. And also thank you for making it this far.
Ailyn is excited about the idea and happy to show off her art.
