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Ahí estaba yo en medio de esa nada, era una especie de desierto, asumí que era eso, porque no había árboles, no había agua, no había nada, solo estaba yo ahí parada debajo de aquel sol inclementemente avasallante.
Volteé y vi algo parecido a un camino, realmente no era uno, pero así lo sentía, era como si necesitara caminar por ahí y continuar sin rumbo fijo, a un lugar donde ni siquiera se vislumbraba una luz, a un espacio donde todo parecía ser más peligroso aún.
De repente se formaron unas especies de paredes blancas a mi alrededor que no me dejaban avanzar, sentía como si se acercaran cada vez más, como si en algún momento pudieran presionar mi tórax y no dejarme respirar, se movían cada vez a mayor velocidad, no entendía nada, pero tuve miedo, sentí que no iba poder escapar.
Y nuevamente sin entender nada desaparecieron, pero la presión en el tórax persistía ahí, no podía respirar con libertad, mis pulmones estaban a punto de explotar, era mucho el dolor, yo solo quería respirar, pero no podía ni siquiera inhalar, sentía un nudo en la garganta que no dejaba pasar nada más.
La brisa sopló con fuerza y arrastró con ella mucha tierra, partículas de piedras volaron por todos lados y llegaron a mis ojos obligándome a cerrarlos, y aunque no me dejaban ver con claridad, me obligaron a ver lo que no había querido entender hasta esa tarde.
Era eso, era lo que siempre había temido, era esa lágrima que empezó a correr por mi mejilla la causante de todo aquel martirio, ella era la representación de lo que había estado ocultando mientras veía todo aquel vasto vacío y seco desierto, era el interior de mí que necesitaba llenar con mucho de aquel salado líquido.
Una a una empezaron a bajar por mi mejilla, a correr por mi cuello y a mojar mi camisa y, de repente, ya no lo soporté más, el nudo en mi garganta se hizo cada vez más fuerte y la presión en mis pulmones por igual, el dolor era demasiado, ya no lo pude soportar más.
No podía seguir de pie, solo me agaché a llorar y abrazarme a mí misma en aquel horrible vacío; de repente, todo llegó a mi mente con múltiples imágenes sin un orden en específico, todas eran borrosas, habían pasado ya, salieron con tanta velocidad que no pude ni siquiera detallar, en mi mente solo eran la representación de un pasado oscuro, doloroso y sombrío.
Estuve un rato ahí sollozando un tiempo que aún no determino, con los ojos cerrados mientras muchas lágrimas caían en el piso y, sin entender cómo ni cuándo, sentí como descendió la temperatura de mi tacto, una brisa cálida rozó mi mejilla y me dio escalofrío, secó un poco mis lágrimas y me obligué a abrir los ojos para entender qué pasaba.
Y ahí estaba, todo a mi alrededor tenía ahora plantas, grandes árboles frutales crecían en todos lados, pastos verdes, flores de muchos colores, pájaros y un río que llegaba hasta la orilla de la planta de mis pies, fue tan hermoso lo que vi y sentí, que empecé a llorar, pero de felicidad esta vez.
Entonces lo noté, como cada lágrima que caía de mis ojos corría por aquel río y alimentaba a un nuevo grupo de flores, como nuevos pájaros se sentían atraídos a beber agua de aquel hermoso lugar, como soplaba aire muy fresco y se llevaba mis lágrimas a lugares más alejados, ahora todo tenía un olor agradable y colores llamativos, nada tenía que ver con aquel desierto tan claro, pero a la vez tan sombrío.
Ahora sí podía ver el sol, antes sentía como me cubría y me quemaba exageradamente la piel, pero no podía ni siquiera levantar la vista para poder ver, ahora sí sabía dónde estaba, rodeado de todos esos anaranjados y azules en aquel horizonte, ahora todo tenía sentido, siempre fue eso lo que debí ver desde un principio.
Y fue ahí cuando comprendí que mis lágrimas tenían un sentido, que todo lo que veía antes en mi alrededor era una expresión de lo que en mi interior había sentido y que si dejaba fluir mis emociones todo podría verse mejor, con más detalles más colores, más belleza, más tranquilidad...
En ese momento lo entendí todo, no tenía por qué sentir aquel dolor, que el liberarme de aquel sufrimiento de mi pasado me permitiría ver todo mi alrededor actual mucho mejor; y mientras estaba en aquel momento de total lucidez, de repente escuché que dijeron mi nombre –¡Lorena!, ¡Lorena!– tocaron mis hombros y me movieron con fuerza, era la voz de mi madre que me llamaba con dolor y desesperación…
No sé cómo sucedió, pero aquella tarde lo logré, desperté de aquel sueño permanente en el que yo misma me había sumergido por tantos pensamientos intrusivos, al tomar todos aquellos medicamentos que planeé ingerir meses antes, cuando determiné que sería el final de mi agonía, el día de mi suicidio.
There I was in the middle of that nothingness, it was a kind of desert, I assumed it was that, because there were no trees, there was no water, there was nothing, it was just me standing there under that inclement and overwhelming sun.
I turned around and saw something similar to a road, it was not really one, but that's how I felt, it was as if I needed to walk there and continue aimlessly, to a place where not even a light could be glimpsed, to a space where everything seemed to be even more dangerous.
Suddenly some kind of white walls formed around me that did not let me move forward, I felt as if they were getting closer and closer, as if at some point they could press my thorax and not let me breathe, they were moving faster and faster, I did not understand anything, but I was afraid, I felt that I would not be able to escape.
And again without understanding anything they disappeared, but the pressure on my thorax persisted, I could not breathe freely, my lungs were about to explode, the pain was too much, I just wanted to breathe, but I could not even inhale, I felt a lump in my throat that did not let anything else pass.
The breeze blew strongly and dragged with it a lot of earth, particles of stones flew everywhere and reached my eyes forcing me to close them, and although they did not let me see clearly, they forced me to see what I had not wanted to understand until that afternoon.
It was that, it was what I had always feared, it was that tear that began to run down my cheek the cause of all that martyrdom, she was the representation of what I had been hiding seeing all that vast emptiness and dry desert, it was the inside of me that I needed to fill with much of that salty liquid.
One by one they began to run down my cheek, to run down my neck and to wet my shirt and suddenly I could not stand it anymore, the lump in my throat became stronger and stronger and the pressure in my lungs equally, the pain was too much, I could not stand it anymore.
I could no longer stand, I just bent down to cry and hug myself in that horrible emptiness, suddenly, everything came to my mind with multiple images without a specific order, they were all blurred, they had already passed, they came out with such speed that I could not even detail, in my mind they were only the representation of a dark, painful and gloomy past.
I stood there sobbing for a while, a time that I still can't determine, with my eyes closed while many tears fell on the floor and, without understanding how or when, I felt the temperature of my touch drop, a warm breeze brushed my cheek and gave me a shiver, it dried my tears a little and at that moment I forced myself to open my eyes to understand what was going on.
And there it was, everything around me now had plants, big fruit trees were growing everywhere, green grasses, flowers of many colors, birds and a river that reached the shore of the soles of my feet, it was so beautiful what I saw and felt, that this time I started to cry, but from happiness this time.
Then I noticed how each tear that fell from my eyes ran down that river and fed a new group of flowers, how new birds were attracted to drink water from that beautiful place, how fresh air blew and took my tears to farther places, now everything had a pleasant smell and bright colors, nothing had to do with that desert so clear, but so gloomy.
Now I could see the sun, before I felt how it covered me and exaggeratedly burned my skin, but I could not even look up to see, now I knew where I was, surrounded by all those orange and blue on that horizon, now everything made sense, that was always what I should have seen from the beginning.
And that was when I understood that my tears had a meaning, that everything I saw around me before was an expression of what I had felt inside and that if I let my emotions flow everything could look better, with more details and beautiful colors.
At that moment I understood that I didn't have to feel that pain, that freeing myself from that suffering of my past would allow me to see everything around me much better, and while I was in that moment of total lucidity, suddenly I heard my name being called -Lorena, Lorena!- they touched my shoulders and moved me strongly, it was my mother's voice calling me with pain and desperation....
I don't know how it happened, but that afternoon I made it, I woke up from that permanent dream in which I had submerged myself, taking all those medicines that I had planned to ingest months before, the day of my suicide.
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