¡Estoy empalagada! Soy en estos momentos un revoltijo que no entiende que ha hecho hasta ahora, y que es, lo que me llevó a este punto. ¿Alguna vez sentiste esto en tu interior? Estoy en la Ciudad de Buenos Aires el día de hoy o mejor dicho estuve en Argentina hasta ayer.
—Bastardo infeliz traidor.
Los hombres también pueden ser una lombriz luctuosa, bueno es que siempre se dejan llevar por lo que tienen abajo entre las piernas, ¡les encanta follar muy bien! Irreverencia, y molestia de un bastardo más que se me cruzó en el camino con la misiva de anidar los tóxicos pavores de una mujer que no tiene o mejor dicho no posee la intención de soñar en golondrinas.
—Quería hablar, pero él es un farsante más.
Lo único que pronunció en aquella situación fue: —no te marches cariño.
No estaba para palabras románticas luego de esa situación.
Debí tomar un cuchillo afilado y rozarlo en su modesto amigo para que no pudiera utilizarlo en una nueva oportunidad, no obstante, sería muy indecoroso. Me fuera gustado convertirlo en eunuco, ¡le pude haber dado un poco de castidad! Aunque la virginidad la podría perder inclusive con la boca, bueno, es que esta pureza ya no la tiene.
—En definitiva, es un puto más.
Asimilé el hecho enfático de verle acostarse con mi hermana en mi cama, no, mejor dicho en la cama que reservamos `para este viaje que se suponía serian unas buenas vacaciones.
—Coño, pero que descarado termino siendo Albert.
Se aprovechó de mis tarjetas de crédito, es más, él gozó de forma fogosa con la traidora de mi hermana, ¿¡no sé quién es más descarado!? Tuvieron unas buenas revolcadas en la cama a mis espaldas.
Parece que estoy en busca de riqueza literaria, no es un universo, es que sí, ella está perdida en sus propios deseos inauditos. Tintineos y, gotas sarcásticas con burlas influyentes, desgarran la rabia en mi sangre.
La noche comenzó a temblar y la explicación es que sería una de perdición. ¿Si él lo hizo por qué yo no? Voy a pagarle con la misma moneda, ¡esto no es un tabú!
—Ódiame bebe.
—Ódiame, antes de que comience el arrebato de lo prohibido.
Para la ocasión utilicé un vestido rojo, muy corto, una gargantilla gótica con punzones y, venga, he pillado una buena discoteca, ¡por lo menos no es un bar de mala muerte! Parece que puede haber un poquito de risotadas entre ustedes, pero no estoy dispuesta a perder.
El vigilante me dijo: —su vestido está muy corto. Simplemente, coloqué un billete de 20 dólares en su bolsillo y todo se calmó.
¡La diversión comenzó!
—“¿De qué tamaños eran mis tacones?” Piénselo usted en esta ocasión.
La entrada estaba muy alumbrada, parecía la discoteca cerca de mi apartamento en la ciudad de Barquisimeto, ¡para nada! Esto era muy moderno, aunque un poco más calmado, no obstante, ahí estaban ellos dos.
—Sí, dos lindos chicos.
Me desesperé un poco y comencé a acercarme a donde ellos se encontraban, ¡Perversiones con la mirada! Un trío podría ocurrir en este contexto, es lo que creía en mi imaginación.
El mesero llegó: —traiga un martini para disfrutar la traición. Él no me entendió lo que le dije, pero si captó muy bien lo que quería ordenar para tomar.
Los chicos en la distancia me observaban, sí, sentía que me querían devorar en la fogosidad de la noche, esa de locos jóvenes depravados, y que se sumergen en los propios pertrechos, maullando en la fortuita necesidad de pagar con la misma moneda que aquel bastardo que me engaño.
Puede que sea inmadura, es que me comporté como una chica que desea en exclusiva vengarse por la pugna. En los miles arrebatos que apabullan mi alma, uno de los chicos comenzó a hacer un estríper mientras se iba acercando. Mi mirada se centró en su abdomen, me atraganté con el martini al visualizar tan formidable escultura. Pensé que pasar mis manos por ese lugar sería muy agradable.
El chico seguía bailando, pero bueno, eso fue realmente cautivador hasta que llegó a pocos centímetros de distancia de donde me encontraba. Su pregunta enfática fue: —¿quieres tocar nena?
Estaba dudosa en responder, pero todas las personas que se encontraban en el sitio estaban atentas a nuestro comportamiento, a mi posicionamiento o mejor dicho a mi respuesta.
Me perdí por unos minutos, perdónenme ayer, no publiqué.
Él me reto y de forma atrevida le respondí: —ven a aquí corazón.
No puede aguantar, es más, no me pude detener y me acerqué para jugar un poco con él. ¿Recuerdan al segundo chico? Le grité y con uno de mis dedos le indiqué que viniera hasta aquí. La locura comenzó.
¡La historia inició!
Me atreví a bailar con los dos.
Un baile para nada tradicional, uno adelante, otro atrás…
Las manos se sentían como las que colocaban los adolescentes en mi edad de esplendor, la canela es más simple, pero a la vez no tan básica. Un fuego que me llenaba y que me erizaba de pies a cabeza.
Uno de ellos puso su mano en mi cadera y el otro en unas de mis piernas, ¿incómoda? Para nada, estaba únicamente subsumiéndome en el juego liberal que acontecía en la noche. ¡No estaba drogada! Sencillamente, me estaba retando un poco.
—Lo inicial fue sutil, pero también atrayente.
Ambos me dijeron de forma sínica e interesante lo siguiente: —vamos a un hotel.
Los hombres siempre son imbéciles y, se dejan llevar por una simple atracción sexual, a estos dos también valía la pena intentar pasarles el cuchillo en su amiguito. ¡Yo quería diversión! Pero no soy una desquiciada para acostarme con dos reptiles musculosos.
La venganza quedaría exclusivamente en bailar en un tono perverso con ellos dos.
Mi respuesta inminente fue: —no jugaré a un trío el día de hoy.
La cara de los chicos fue como abofetearlos con una chancleta en la cara, era: “¡desmoralizadora!” Una vez culminada la emoción di media vuelta y comencé a reír de emoción. Las palabras finales fueron: —Bajen ustedes su erección.
Abigail se marchó.
English
I'm sick to my stomach! I am at this moment a jumbled mess that does not understand what I have done so far, and what it is, that brought me to this point. Have you ever felt this inside you? I am in Buenos Aires City today or rather I was in Argentina until yesterday.
"Bastard traitorous bastard."
Men can also be a luctuous worm, well it's just that they always get carried away by what they have down between their legs, they love to fuck very well! Irreverence, and annoyance of one more bastard who crossed my path with the missive of nesting the toxic dreads of a woman who doesn't have or rather doesn't possess the intention of dreaming in swallows.
“I wanted to talk, but he's just another phony.”
The only thing she uttered in that situation was: “Don't leave, darling.”
I wasn't in the mood for romantic words after that situation.
I should have taken a sharp knife and rubbed it on his modest friend so that he could not use it at another opportunity, however, it would have been very unseemly. I would have liked to make him a eunuch, I could have given him a little chastity! Although he could lose his virginity even with his mouth, well, he no longer has this purity.
“In short, he's just another whore.”
I assimilated the emphatic fact of seeing him sleeping with my sister in my bed, no, rather in the bed we reserved for this trip that was supposed to be a good vacation.
“Cunt, but how cheeky Albert ended up being.”
He took advantage of my credit cards, what's more, he enjoyed himself in a fiery way with my treacherous sister, I don't know who's more cheeky?! They had a good romp in bed behind my back.
I seem to be in search of literary riches, it's not a universe, it's just that yes, she's lost in her own unheard of desires. Tinkles and, sarcastic drops with influential mockery, tear rage in my blood.
The night began to shiver and the explanation is that it would be one of doom. If he did it why not me? I'm going to pay him back with the same coin, this is not a taboo!
“Hate me baby.”
“Hate me, before the rapture of the forbidden begins.”
For the occasion I wore a red dress, very short, a gothic choker with punches and, come on, I've caught a good disco, at least it's not a sleazy bar! Looks like there might be a little bit of giggling among you, but I'm not willing to lose.
The watchman said to me, "Your dress is too short. I simply put a $20 bill in his pocket and everything calmed down.
The fun began!
"What size were my heels?" Think about it this time.
The entrance was brightly lit, it looked like the disco near my apartment in the city of Barquisimeto, not at all! This was very modern, although a bit calmer, nevertheless, there were the two of them.
“Yes, two nice guys.”
I got a little desperate and started to approach where they were, perusing them with my eyes! A threesome could happen in this context, that's what I thought in my imagination.
The waiter arrived: “bring me a martini to enjoy the betrayal.” He didn't understand what I said, but he understood very well what I wanted to order to drink.
The boys in the distance were watching me, yes, I felt they wanted to devour me in the fieriness of the night, that of crazy depraved young men, and who immerse themselves in their own perquisites, mewling in the fortuitous need to pay with the same coin as that bastard who cheated me.
I may be immature, it's just that I behaved like a girl who exclusively desires revenge for pugnacity. In the myriad raptures that overwhelm my soul, one of the boys began to make a stripper as he approached me. My gaze focused on his abdomen, I choked on my martini as I visualized such a formidable sculpture. I thought running my hands over that place would be very nice.
The boy was still dancing, but well, that was really captivating until he came within inches of where I was standing. His emphatic question was: “do you want to touch baby?”
I was hesitant to answer, but all the people in the place were attentive to our behavior, to my positioning or rather to my answer.
I got lost for a few minutes, forgive me yesterday, I didn't post.
He challenged me and I boldly answered him: “come here sweetheart.”
He can't hold it in, in fact, I couldn't stop myself and went over to play with him a little. Remember the second guy? I shouted at him and with one of my fingers I indicated him to come over here. The madness began.
The story began!
I dared to dance with the two of them.
A dance not at all traditional, one in front, one at the back...
The hands felt like those placed by teenagers in my age of splendor, cinnamon is simpler, but at the same time not so basic. A fire that filled me and made me bristle from head to toe.
One of them put his hand on my hip and the other on one of my legs, uncomfortable? Not at all, I was just subsuming myself in the liberal game that was happening in the night. I was not drugged! He was simply challenging me a little.
“The initial thing was subtle, but also appealing.”
Both of them told me the following in an interesting and synical way: “let's go to a hotel.”
Men are always jerks and, being carried away by a simple sexual attraction, these two were also worth trying to put the knife in their little friend. I wanted to have fun! But I'm not too crazy to sleep with two muscular reptiles.
Revenge would be exclusively in dancing in a perverse tone with the two of them.
My imminent response was: “I won't play a threesome today.”
The look on the boys' faces was like slapping them in the face with a flip-flop, it was, "demoralizing!" Once the excitement culminated I turned around and started laughing with excitement. The final words were, -You guys get your boner down.
Abigail left.
I am an author and this is the fruit of my imagination. I used the last image of Alexander Krivitskiy in Unsplash to design the separator (The source is properly identified).
